Perfecta

PARTE 50

 

 

WILLIAM

 

No tengo tiempo de procesar nada, no tengo tiempo de pensar en nada que no sea que ella y mi hijo estén bien

 

—Sáquenla de aquí, sáquenla, Clark, sácala, sé que estás abrazándola, protégela, maldita sea.

 

No puedo ver casi nada, oír mucho menos, si grito, la humareda entra por mi garganta. A mi mente vienen los recuerdos, los momentos en que tenía que quitarle la botella a mi padre, pero él me juró que había dejado la bebida y no me había dado cuenta, toda mi vida ronda a mi mente en este momento, toda mi vida rondo a esa pérdida a la muerte que pensé injusta, a esa muerte que pensé que era de una forma y al final no fue.

 

—Ubiquen a la muñequita que la quiero para mí, si se encuentran con el imbécil de William métanle plomo hasta dejarlo como coladera

 

Reconozco esa voz, es Lorenzo, quien se supone que es mi socio, mi mano derecha, entonces todo lo ordenó él, esa rata me traicionó, puedo divisar el vestido blanco de Anarosa. Me acerco a ellos tratando de no soltar el arma.

 

—Sígueme y no hagan preguntas, tienen que escapar de aquí, si no es así no saldrán vivos —les digo cuando por fin los encuentro. Siento su tensión, no quieren moverse, pero su padre la hace entrar en razón.

 

—Vamos princesa, no hay tiempo de preguntas, tenemos que sacarte de aquí — En eso escucho disparos, maldigo para mis adentros, les digo por donde caminar, no por algo conozco esta casa como la palma de mi mano cosa que Lorenzo no, se oyen explosiones y puedo ver que se está quemando parte de la casa, ella no puede evitar lanzar un grito de desesperación.

 

—Señor creo que están por allá — Es uno de sus hombres,

 

—William recuerda que tienes en tus manos la vida de mi hija y mi nieto por ende tu hijo, piensa bien lo que estás haciendo — Empezando a toser, no deberíamos hablar, pero luego veo a la mujer que amo, la que fue víctima de mis más profundas bajezas, aquella que hice víctima sin merecerlo porque tengo que reconocerlo nunca debí entrar en su vida, porque al final la contamine con mi mundo, ella fue transparente, fue como una hoja de papel donde yo hice lo que quise, ella no tiene idea de que otras cosas la hice víctima, los videos las drogas para someterla a mis métodos de lujuria, todo por una estúpida venganza, una por la cual nunca tuve un motivo, al final simplemente me cegó esa sed de venganza que no tenía sentido, me cerré, me empecine en hallar un culpable y me era más fácil lanzarle toda la culpa a Owen que afrontar que idealicé a mi padre, fui tan estúpido, arruine mi vida y la de ella por nada.

 

—Si lo sé, toma esto Anarosa tapate la boca y trata de no respirar — Me tapo la boca con mi antebrazo para luego darle un pañuelo que es más efectivo.

 

—Gracias —dice Clark, al final siempre fue mejor hombre que yo. Al final, en el fondo de mi alma, debo reconocer que, entre los dos, no soy yo quien la merece.

 

Los disparos pasan muy cerca de nosotros, pero llegué hasta la puerta que da al estacionamiento subterráneo, uno al que solo yo tengo acceso. Hago que entren, puedo sentir su mirada clavada en mí, puedo sentirla, suena estúpido siendo el tipo de hombre que soy, pero es como si mi corazón sabe que ella me está mirando, es por primera vez que me permito abrirle mi corazón uno que nunca quise poner en riesgo al empezar todo este caos sin sentido, para que al final lo termine perdiendo pensando que no lo tenía.

 

—Sé feliz Anarosa y nunca le hables de mí, que mi apellido muera conmigo, mi lugar es el infierno, pero aún ahí velaré por ustedes — Cierro la puerta del ascensor sintiendo un dolor indescriptible, sintiendo que lo que acabo de hacer es el castigo a todo lo que malo que hice, que pensé y que debo pagar en vida, lanzo un grito de desesperación sin importar que me siento débil producto de la humareda y por el calor de lugar, disparo como loco sabiendo que tengo varias armas en mi cuerpo, Luis mi fiel Luis se acerca a mí no necesito hablar con porque sabe lo que tiene que hacer, necesito atrapar a ese mal nacido aunque sea lo último que haga sobre la tierra, no merezco el amor de nadie y mucho menos de un ser inocente como mi hijo.

 

Camino unos pasos, cuando veo a alguien con una máscara verde como si fuera un engendro del diablo y eso es lo que es, aunque todos a estas alturas saben que yo también.

 

—Muere desgraciado, esto es por mi familia — Le disparo directo al corazón sin darle tino a que reaccione, sin dejar que mueva un músculo cayendo al suelo en el acto, mi vista estaba puesto en un solo lado que pude ver su corazón, me doy la vuelta para tratar de escapar, pero un disparo llega al lado derecho de mi estómago, siento el impacto, siento ese ardor en mi piel, Luis me sostiene, pero no podemos avanzar, las inmensas cortinas que amoblaban mi jardín, han caído una sobre otra, de pronto sin previo aviso empiezo a sentir mi carme arder, siento mi cuerpo siendo arrastrado en vida al mismo infierno, siento que me estoy quemando vivo. Mis pensamientos, a pesar del dolor indescriptible que estoy sintiendo, son hacia ellos. Veo a un niño tan parecido a mí corriendo feliz por el gras de un gran parque, la veo a ella y a mí de la mano y sonriendo, siento que así debió ser mi vida a su lado, así debió ser siempre.




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