Perfecta

PARTE 51

CINCO MESES DESPUÉS DEL ATENTADO.

 

ANAROSA

 

—Vamos hija, no te muevas mucho, que no podre trenzar tu cabello como cuando eras niña — Me muevo como si me picara algo, siempre decía eso mi madre cuando yo era pequeña, en la época en que era curiosa todo preguntaba o como me decía, no podía estar quieta, miro todo a mi alrededor y suspiro como tonta pensando que pude perdérmelo.

 

—Es que extrañaba esto —me acurrucó con ella como niña pequeña, como una que busca la protección de su madre. Siento tanta culpa el no acudir a ella cuando tenía dudas, el no acudir a ella cuando debía hacerlo.

 

Ella me abraza y besa mi frente, luego me ayuda a levantarme, con esta barriga de casi siete meses no es muy fácil, me miro al espejo y me arreglo el vestido, la trenza de lado quedo hermosa debo practicar hacerla para las niñas del estudio, después de todo, me di cuenta de que aunque lo anhelara con todo mi ser el baile no era para mí, lo intente con todas mis fuerzas, pero por fin me di cuenta de que no era para mí como siempre pensé, pero si podía enseñarles a otras niñas que si de verdad lo querían lo intentarían hasta que sintieran que dieron todo de sí, les enseño también que no hagan las cosas solo por no hacer que otros se decepcionen, que piensen en su felicidad primero, algo que me di cuenta muy tarde.

 

Ahora estoy en el jardín de la casa de mi hermano, le están realizando el baby shower por el próximo nacimiento de mis sobrinos, tanto que esperaron y la vida los recompenso con tres hijos de un solo porrazo, nunca pensé que ser tan ciega de dejarlo de lado, cuando él solo quería que yo fuera feliz, aún recuerdo ese día.

 

—Anarosa, ¿Cómo te sientes? — Yo no puedo evitarlo y me lanzo a sus brazos a llorar como cuando era pequeña y me hacía alguna herida y yo lloraba desconsolada.

 

—Perdóname, Oliver, perdóname por todo.

 

—Nada que perdonar, tranquila, todos nos equivocamos, yo debí preguntar y hacer que confiaras en mí. Después de todo, soy tu hermano mayor, debí cuidarte, mejor hermanita, ya deja de llorar que tus sobrinos no deben tener tías lloronas.

 

—¿Sobrinos? — Mientras me seco las lágrimas.

 

—Imagina que son tres, no me mires así son milagros de la vida con una pequeña ayuda de la ciencia.

 

—Te lo mereces, hermano, ambos se lo merecen, serás un gran padre, de eso estoy segura.

 

—Y tú, una gran madre, no le llegaré a enseñar fútbol, pero matemáticas, creo que sí.

 

Amo a mi hermano y le agradezco a la vida que él me haya perdonado. Ahora sigo mirando a mi alrededor, mi corazón está inquieto, es qué.

 

—Te veo inquieta, cariño, te sientes bien, necesitas algo —y sigo mirando a cada entrada de la casa, a cada columna buscándolo con la mirada, pero aun así no está, llevó casi una semana sin saber de él.

 

—No es nada mamá. — Y sigo mirando hacia todos lados.

 

—Deberías confesarle lo que sientes y callar, no me mires así. Estoy segura de que si lo haces te sentirás mejor, es un buen chico, toda la familia lo sabe, pero no lo hagas porque te lo digo yo, solo hazlo por dejar que tu corazón se libre, lo mereces, cariño.

 

—Pero madre, yo … — Nada más suspiro profundo, me costó tanto reconocerlo ante mí misma que hacerlo ante otros es complejo, pero es verdad no sé si fue cuando le di el beso, o cuando me protegió durante él atentando, pero me terminé enamorando de él y mi mente solo piensa en él, mi corazón se agita cuando está cerca, hasta mi bebé pareciera que dijera es él es porque se mueve como loco cuando escucha su voz cerca e incluso en este instante está pateando demasiado fuerte, cuando alzo la mirada, lo puedo ver está recostado en una de las columnas con las manos en los bolsillos con una melancolía en sus ojos, en poco tiempo he aprendido a conocerlo tanto.

 

—Ve, antes que sea tarde — Ahora es mi padre quien me alienta, no sé ni cuándo se había acercado, no sé cómo pude alejarlos de mi vida como lo hice, creo que tienen razón, debo tomar valor para bien o para mal, aunque sea solamente para sacar esto que tengo aquí dentro, si me rechaza bueno, pues me rechazo ni que fueron un crimen no querer a alguien.

 

Cuando él me ve llegar, se sorprende, pero me da una sonrisa que no llega a sus ojos. Siento como si quisiera llorar, no lo veo bien.

 

—Clark, pensé que vendrías mucho más temprano, porque no vamos con todos.— Trato de tocarlo, pero no me lo permite y yo no entiendo por qué lo hace, porque siento como que quisiera alejarme de él.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.