Espero que ellas estén bien, que, a pesar del espectáculo que está ocurriendo en este momento en la vida de ambas, se mantengan juntas y no dejen que nada derribe su amor, porque creemos en ellas y creemos que su amor siempre ha sido real, a pesar de los obstáculos.
Sin embargo, debo admitir que me siento un poco cansada de toda esta situación. Me parece que el punto al que ha llegado Sara es patético; la supuesta relación con el actor es una farsa tan evidente que me resulta difícil creer que alguien pueda tomarla en serio.
Karen, por su parte, también se ve envuelta en una trama de engaños. La escritora con la que dice mantener una "relación" es más una ilusión que una realidad palpable. Las palabras que salen de su boca suenan huecas y sus miradas no proyectan lo mismo que cuando miraba a Sara.
Confieso que estoy agotada, abrumada por la carga emocional de toda esta situación. La mentira, como un peso invisible, se ha vuelto tan abrumadora que siento que me está consumiendo. A veces me pregunto si la verdad alguna vez saldrá a la luz.
A pesar de todo, sigo aferrándome a la creencia de que el amor, cuando es verdadero, tiene la fuerza para superarlo todo. Quizás, en medio de esta tormenta, puedan encontrar la calma que necesitan.
Decidí apartarme del espectáculo de Sara y su actor, esperando que la paz volviera a mi vida una vez que dejara de seguir sus fotos. Le pedí a las chicas del grupo que no me compartieran información de Sara con el actor. Paso de ver sus fotos tomados de la mano, fingiendo ser la pareja perfecta, la pareja que regresó porque están muy enamorados y quieren darle una oportunidad a su relación. Para mí, era un espectáculo teatral que prefería evitar.
Sin embargo, mi estrategia de ignorancia se vio comprometida cuando, sin previo aviso, comenzaron a circular fotos de su romántico viaje a Europa. Estas imágenes eran como una ola imparable que inundó mis redes sociales. Hasta unas chicas iban hablando de las imágenes en el bus cuando iba de camino al trabajo. Fue imposible huir de esta información, estaba por todas partes.
Los dos se fueron solitos a un pueblo de Europa. Las fotos eran muy románticas, atardeceres juntos con copas de vino, cenas en preciosos restaurantes y un derroche de amor en esas imágenes. No podía evitar sentir que estaba atrapada en el escenario de una película romántica, y yo era una espectadora involuntaria.
Ambos publicaron las fotos en sus respectivas redes sociales, desatando una tormenta de comentarios de sus fans, todos deseándoles que esta segunda oportunidad consolidara su relación para siempre. Las palabras cursis y los corazones en los comentarios me hacían querer arrancarme los ojos.
Lo que más llamó la atención del grupo fue que viajaran solos. Sara y el actor solían viajar acompañados por amigos, pero esta vez optaron por la soledad romántica de un viaje a dos. Todas coincidimos en que esta elección tenía la clara intención de hacer más creíble su historia de amor reavivada. Ya no espero nada de Sara y aun así me sorprende.
El viaje a Europa diseñado para consolidar su romance frente a una audiencia ansiosa, me dejó con la sensación de que el circo del amor perfecto estaba lejos de terminar. Aunque intentara ignorar este espectáculo, las fotos y comentarios seguían acechándome, recordándome que, incluso cuando intentaba huir, Sara y su actor seguían siendo los protagonistas de una historia que no podía evitar presenciar.
Hoy vi la imagen que jamás pensé presenciar, cuatro meses después de que Sara reanudara su relación con el actor. Él compartió en sus redes sociales una fotografía en la que se encuentra sentado delante de una hermosa valla con flores naturales, sosteniendo la mano de alguien y en el dedo anular de la mano que sostiene se puede ver claramente un anillo de compromiso. Reconocería esa mano en cualquier lugar.
Esa es la puta foto más horrible que he visto en mi vida, una imagen que solo puede confirmar la mentira a la que Sara nos sometió durante todo este tiempo. Desde el día en que Karen salió del closet y Sara guardó silencio, la popularidad de ambas aumentó y Sara supo sacar provecho de ello. Se aprovechó de la comunidad LGTBIQ+ para obtener dinero y fama.
Ahora veo todo con claridad, había un patrón en sus publicaciones en redes sociales. Karen siempre publicaba primero y horas o incluso dos días después, Sara compartía una publicación relacionada con la publicación de Karen. Sara revisaba las redes sociales de Karen y buscaba contenido relacionado para subirlo, así creaba las indirectas y alimentaba la ilusión de las fans. Eso sucedió un 90% de las veces y nosotras pensábamos que era una respuesta entre las dos. Lo que Sara quería era confundirnos, sembrar la duda acerca de si eran pareja o si ella era lesbiana. ¡Nos ha visto la cara de idiotas todo este tiempo! ¡Ella no es lesbiana, ni bisexual!
Las fotos que aparecieron donde ella no se veía feliz al lado de Daniel eran actuadas, lo hacía para que pensáramos que su disquera la obligaba a estar en un PR, su cara de tristeza era para vendernos su papel de víctima. Todo lo que ella quería era despertar nuestra empatía mientras se hacía famosa y se llenaba los bolsillos de dinero. Ahora entiendo por qué nunca aclaró cuál era su orientación sexual, no le convenía.
No entiendo cómo fue capaz de hacernos esto, nosotros nos desvivimos noches apoyando sus proyectos y todo fue una mentira, producto de su maldad y codicia. Sara solo sabe usar a las personas, nos usó a todos, a todos menos a él.
Nosotras vivíamos del pasado, viendo evidencias del pasado y nos olvidamos de analizar el presente por sí solo.
Sara es una puta, ambiciosa, falsa. Individuos como ella no deberían formar parte de este mundo.