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Seis meses después de la tragedia, abrí una de mis redes sociales con la intención de comunicarme con la mamá de Sara. Busqué su perfil y le envié un mensaje privado, en él le explicaba quién era. En ese momento le pedí perdón por el daño que mi hija le había causado a su hija y a su familia. También le expresaba mi deseo de hablar con ella, le decía que no alcanzaba a imaginar el dolor que ella estaba viviendo por lo que mi hija había hecho. Le manifestaba que, si en algún momento sentía que una conversación entre las dos podía ayudarla en algo, no dudara en contactarme. Igualmente, le pedí que me disculpara si mi petición no era de su interés o le ofendía y le dije que si ese era el caso, por favor, olvidara mi mensaje.
Desde el primer momento en que me enteré de lo sucedido, pensé en ella, en el dolor que mi hija había causado a otra madre. No sabía si obtendría respuesta, pero necesitaba hacerlo. Finalmente, la respuesta tardó un mes y medio en llegar. Decía: “También quiero hablar con usted, ¿estaría bien una videollamada?, mañana a las 6:00 p.m., hora de su país”. Nunca me había sentido tan nerviosa de tener una videollamada.
Con el permiso de la mamá de Sara, compartiré partes de nuestra conversación durante la videollamada. La madre de Sara me confió que su hija jamás se imaginó que podía pasar algo como lo que pasó. A pesar de que le incomodaban todos los comentarios que hacían las fans de la relación entre Karen y ella, nunca dijo nada a sus fans porque sabía que iba a ser una pérdida de tiempo. Sara solía decirle a su madre que “las personas creen lo que quieren creer”. También me contó que, en los últimos meses de la vida de Sara, una de sus mayores ocupaciones había sido planear su boda, que estaba programada para celebrarse seis meses después de que la tragedia ocurriera. Sara según palabras de su madre, estaba muy enamorada de su novio.
Las historias que los fans habían inventado incomodaron todo el tiempo a la mamá de Sara. Sin embargo, jamás había sido por la razón que afirmaban: que su esposo y ella eran homofóbicos. En realidad, la incomodidad surgía porque los fans se habían vuelto demasiado invasivos con Sara por esta supuesta relación. La madre me contó que en una ocasión recibió un video que mostraba una de las teorías creadas por los fans de la relación y le pareció delirante lo que decían. En ese momento, pensó que la salud mental de esas personas tan obsesionadas no estaba del todo bien. Al igual que yo con mi hija, ella le expresó sus preocupaciones a Sara. Le dijo que el nivel de obsesión de sus seguidoras podía ser peligroso, pero Sara le respondió que estaba exagerando, que sus fans la querían y que no serían capaces de hacerle daño.
Después de escucharla, le pedí perdón por lo que mi hija le había hecho a la suya y por el dolor que le había causado a ella y a toda su familia. Pero ella me dijo que no tenía nada que perdonarme porque yo no había cometido el delito. Ella manifestó que la única responsable de toda esta situación era Laura. Además, me dio sus condolencias por la muerte de mi hija. Sus palabras fueron: “Como madre, sé lo que debe estar sufriendo, un hijo es un hijo, a pesar de sus acciones”.
En esa videollamada, ambas lloramos y tratamos de entender lo que había sucedido. Ella estaba muy interesada en saber quién era mi hija. Yo le hablé de ella y de que sabía de la obsesión de Laura con Sara, pero que jamás me había imaginado que podía pasar lo que pasó.
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Esta tragedia ocurrió debido a tres grandes factores que se juntaron. El primer factor, la obsesión de Laura con Sara. Laura estaba obsesionada por completo con Sara y con la idea de Sara y Karen como pareja. El día en que la foto del compromiso de Sara con su novio apareció, ese mundo en el que ella había vivido por tantos años se desmoronó delante de sus ojos. Para ella, no había otra verdad, ni realidad diferente a la de Sara y Karen juntas como pareja, y esta ceguera la llevó a no poder existir sin su creencia. Lo lamentable es que no se fue sola, sino que en su caída se llevó a Sara con ella.
El segundo factor, mi hija necesitaba ir a terapia. Recuerdo haberle sugerido esto en más de tres ocasiones sin éxito. Ella siempre pensó que mi punto de vista era una exageración, creía que al hacerme mayor me había vuelto una mujer aburrida que no podía entender que ser fanático era un pasatiempo. Ella no estaba en su sano juicio, creo firmemente que ninguna persona que está en sus cabales haría algo como lo que ella hizo. Sin embargo, siempre me quedará la duda de si la ayuda psicológica podría haber evitado esta tragedia.
El tercer factor, unirse a otras fans que compartían la creencia en la relación entre Sara y Karen fue un grave error. Laura sí estaba obsesionada con Sara, pero cuando se unió al grupo y comenzó a conocer a las otras chicas, su obsesión se desbordó por completo. Estas compañeras alimentaban su fanatismo con todas sus teorías y el contenido que creaban, hasta el punto en que Laura ya no pudo separar la realidad de la ficción y quedó atrapada en una situación de la que no encontró salida.
Quizás debí obligarla a ir al psicólogo, o impedir que se mudara a la misma ciudad donde Sara vivía. Desearía poder encontrar un único responsable, pero creo que eso es imposible.
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Un día a finales de julio, Karen publicó un video en una de sus redes sociales, la finalidad del video era desmentir un rumor. En el video, afirmó que ella nunca había tenido una relación sentimental con Sara. Enfatizó que se sentía un poco cansada de la situación, porque había leído muchos comentarios en donde se diseccionaba hasta la más mínima interacción entre ellas, solo para argumentar que habían sido pareja. Para poner fin al tema, Karen aclaró que siempre iba a apreciar a Sara como las amigas que habían sido, aunque ya no fueran tan cercanas.
El fin de semana después de esa entrevista, decidí hablar con Laura al respecto. Ella se encontraba en su cuarto, como de costumbre, frente a su computadora portátil, escuchando música de Sara y haciendo algo más. Me acerqué y me senté en su cama, me parece estar sosteniendo de nuevo esa conversación: