Estoy frente a la que se supone es también mi empresa, donde se supone que la palabra de mi padre y mía pesa lo mismo, pero no hoy estoy uno acabando de bajar de un autobús como todo el mundo no es nada nuevo para mí, ya que cuando salía de la universidad a veces lo hacía para no atosigarme con el ritmo diario de mi vida y terminaba disfrutando los viajes, no me importaba los olores, las malas caras y cosas como esa,
—No puede pasar sin su edificación — Me detiene con una mano impidiendo mi paso a Ragassa Company, mi Ragassa Company, pero es entendible y agrada el sentido de seguridad que percibo.
—Lo siento es mi primer día y no me la han dado así que tengo que ir a recursos humanos para mi identificación — Se lo digo con una sonrisa que hace que termine acomodando el cuello de su camisa, ¿Será mi manera decirlo? Siempre oí en las películas que cuando la chica lo dice en un tono agudo con voz como de cachorrito combinado con ojos de gatos con botas funciona.
—Está bien pase, pero antes deme su nombre para anotarla de todas maneras y si puede su número de teléfono — ¡Dios está coqueteando conmigo a las ocho de la mañana! Termino anotándome y dándole mi número y claro que uno falso.
Termino entrando al edificio, es bastante luminosa como se espera de un lugar como ese, la entrada en recepción hay dos mujeres endemoniadamente delgadas, perfectamente peinadas y maquilladas, sé que son la imagen de la empresa y lo primero que ven los posibles clientes, pero me gustaría algo más de variedad. Me acerco amablemente y con una sonrisa en los labios.
—Muy buenos días, señoritas, ¿Podrían indicarme donde está el departamento de recueros humanos? — Y sigo con mi sonrisa hasta que pasan uno segundos y me ignoran, vuelvo a repetir mi pregunta, pero soy ignorada otra vez, no lo soporto y alzo la voz para hacerme escuchar
—Es la segunda voz que le pregunto lo mismo y me ignoran de una manera grosera, solo quiero saber ¿Dónde queda el departamento de recueros humanos? — Sé perfectamente dónde queda dicho departamento, pero vine a probar a las personas.
—Estábamos haciendo cosas más importantes además que no somos un estand de direccionales, no debería venir sin una cita en primer lugar— Alza la mirada y me mira de mala manera como si mi presencia le fastidiara o quisiera hacerme sentir mal por cómo me mira de arriba para abajo.
Juro que quiero ahorcarla y solo me indica a la derecha y vuelve su vista al computador y sus dedos se mueven como tentáculos de una película animada, yo y mi dignidad nos dirigimos hacia allá y un hombre muy bajito y casi sin cabello me recibe, otra vez esa maldita costumbre de verme de arriba para abajo
—Señor González ¿Cierto? Bueno vengo por mi identificación en seguridad casi no me dejan ingresar y en minutos empieza mi jornada de trabajo según las indicaciones que me enviaron por correo electrónico.
—Me imagino que es la señorita Newman, la amiga de la familia Porter, eso pasa cuando se tiene contactos la pueden meter donde sea sin tener un ápice de experiencia, la esperaba hace diez minutos — Gonzales ni te imaginas con quien estás hablando, si lo supieras estarías horrorizado de ti mismo, eres el típico lame botas además Como le digo que llegue tarde porque su vigilante me coqueteaba y sus recepcionistas me trataban como a cualquier cosa.
—Lo siento no volverá a suceder, — Me entrega mi identificación de mala manera mientras sigue buscando unos documentos
» Gracias, que tenga un buen día — Me lo pongo en el pecho de mi camisa celeste con rayas blancas y mi falda hasta las rodillas de color azul marino, quien me viera creería que soy una secretaria y no la pasante del departamento de diseño.
Subo al ascensor, aunque fui la de la idea, no puedo evitar sentirme nerviosa, tener que analizar hasta encontrar al maldito que está robando en la empresa de mi padre, adicional a eso tener que verla la cara a ese grupo te quinta, ¡Dios que rabia! Seguramente, llego hasta el cuarto piso, cuando las puertas del ascensor se abren lo que veo me espanta, están hechos locos y un tipo muy alto le está reclamando a una chica que lo quiere es que la tierra la trague.
—¡Eres una inútil! ¿Qué tienes en ese cerebro? ¿Tierra? — La chica está llorando mientras él camina de un lado al otro y otra chica llora, es tan menuda y delgada que parece que con un soplido sale volando cuál pluma, también puedo identificar a dos de ellas siguen siendo las mismas plásticas de siempre Lorelein y Kristin que se ríen de la pobre.
—Señor lo siento no sé qué paso con las muestras de telas lo juro. — Creo que tengo a mi primera protegida, me siento como mi bello genio concediendo deseos espero que sea lo que estoy pensando porque si no quedare en ridículo en mi primer día.
—Buenos días, mi nombre es Emma Newman, la nueva pasante los oí discutir por una muestra de tela y como sé que están a punto de sacar una colección a base de hilo de alpaca y vicuña traje unas muestras, ya que quiera hacer una investigación de mercado y normalmente me gusta trabajar con mi propio material.