Perfectamente imperfectos

6:Cena

 

Ansel Donovan


 

Escucho el sonido del despertador, por lo tanto, decido despertarme, veo el reloj que marcan las 7:00am. Siempre los fines de semana salgo a correr. Voy al baño, me doy una ducha y lavo mis dientes. Ya listo bajo a la cocina por una botella de agua, la casa está silenciosa, ya que mis padres están dormidos. Salgo de casa y empiezo mi rutina.

 

Regreso a casa a eso de las 9:00 am, veo a mis padres en el comedor desayunando, me acerco a mi madre y le doy un beso en la frente.

 

—¿Cómo amaneciste cielo?—pregunta mi madre.

 

Mi madre es una mujer bastante cariñosa, amable y tiene un corazón gigante. Es una escritora bastante conocida, es toda una celebridad.

 

—Muy bien mamá— diciendo esto me siento en el comedor para desayunar.

 

En eso escucho a mi padre hablar—¿cómo te va en la escuela hijo?, Espero que esas calificaciones estén subiendo.

 

A diferencia de mi madre, mi padre es un hombre bastante perfeccionista, le gusta que todo esté en orden y le gusta manejar a las personas a su antojo. Él es un abogado bastante importante, tiene varios bufetes por la ciudad y en otros países. No me llevo mal con él, pero la relación es un poco tensa a decir verdad, debido a que me presiona bastante con que saque buenas calificaciones, él cree que estudiaré derecho igual que él y mi hermano Daniel, la verdad no sé cómo va a reaccionar cuando le diga que no estudiaré lo que él piensa.

 

—Sí, papá, todo va bien en la escuela— le respondo de manera un poco cortante.

 

—Hijo, no hagas planes para esta noche porque tenemos una cena en casa de Rachel— lo que me faltaba, Rachel, es la madre de Olivia Hampson.

 

—Mamá, ¿es obligatorio ir?, la miro en forma de súplica.

 

—Vamos a pasar un rato agradable, ya lo verás, además Olivia es una muchacha muy simpática.

 

—¿Simpática mamá?, esa loca me rompió la nariz cuando tenía 7 años y así dices que es simpática. Le dije a mi madre bastante indignado.

 

—Eso fue hace bastante tiempo, y tú te lo buscaste por empujarla primero.

 

Niego con la cabeza a escuchar a mi madre, no puedo creer que tendré que aguantarla toda la noche.

 

Subo a mi cuarto para darme otra ducha y recostarme un rato. Cuando salgo de la ducha escucho que me llega un mensaje y es Miranda.

 

𝘔𝘪𝘳𝘢𝘯𝘥𝘢: 𝘣𝘦𝘣𝘦, ¿𝘯𝘰𝘴 𝘷𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘢 𝘷𝘦𝘳 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦?.

 

𝘓𝘰 𝘴𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘯𝘰 𝘷𝘰𝘺 𝘢 𝘱𝘰𝘥𝘦𝘳, 𝘵𝘦𝘯𝘨𝘰 𝘱𝘭𝘢𝘯𝘦𝘴 :(

 

𝘔𝘪𝘳𝘢𝘯𝘥𝘢: 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘳𝘦 𝘳𝘰𝘱𝘢 𝘪𝘯𝘵𝘦𝘳𝘪𝘰𝘳 𝘯𝘶𝘦𝘷𝘢 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘵𝘪.

 

𝘋𝘦 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘢𝘥, 𝘯𝘰 𝘷𝘰𝘺 𝘢 𝘱𝘰𝘥𝘦𝘳, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘵𝘦 𝘱𝘳𝘰𝘮𝘦𝘵𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘭𝘢 𝘱𝘳𝘰𝘹𝘪𝘮𝘢 𝘮𝘦 𝘷𝘰𝘺 𝘢 𝘦𝘯𝘤𝘢𝘳𝘨𝘢𝘳 𝘥𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘵𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘦𝘴𝘢 𝘳𝘰𝘱𝘢 𝘪𝘯𝘵𝘦𝘳𝘪𝘰𝘳 𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦𝘴. ;)


 

La relación que tengo con Miranda no va más allá del sexo, cuando ella estaba en el instituto me gustó, ella es bastante sexy, pero no más, no puedo decir que me enamoré o algo por el estilo, simplemente es atracción.


 

Me acerco a la ventana y veo a Olivia salir de su casa con una sonrisa en su rostro. La verdad es que Olivia es una chica muy guapa, cabello castaño hasta los hombros, ojos marrones claros y tiene unas largas piernas que estoy seguro son la envidia de muchas, ni siquiera voy a hablar de su trasero. Lástima que sea una loca, con un lenguaje de camionero y ni hablar de su actitud agresiva. Desde que la conozco no hemos parado de pelear, discutir. Pero en mi defensa ella es la que empieza.

 

—Hijo, Henry, está aquí— grita mi madre desde la sala.

 

—Dile que suba— le grite de vuelta.

 

En eso escucho como abren la puerta de mi cuarto, y veo a Henry entrar con una sonrisa de oreja a oreja. Henry se convirtió en mi mejor amigo desde que llegué a esta ciudad, fue el primero en hablarme. Aún recuerdo ese día que me hablo solo para decirme que una niña llamada Cindy era muy guapa y desde entonces no nos hemos separado.

 

—Tengo los mejores planes para esta noche—dice sentándose en mi cama.

 

—Esta noche no puedo, tengo cena en casa de los padres de Olivia.

 

—¿Y eso que?, la fiesta será a las 12:00 am, no creo que dures tanto tiempo en casa de tu querida vecina.

 

Pensándolo bien tiene razón, será una cena corta y después me podré ir a la dichosa fiesta.

 

—Tienes razón, ahí estaré— dije sonriendo

 

—¿Por qué tu tienes que ir a esa cena?.

 

— Sabes que mis padres son amigos de los suyos y nos invitaron a cenar.

 

—Solo espero que no se maten en esa cena o al menos que gasten esa energía teniendo sexo en el baño—esa es la forma de hablar de Henry, sin filtro.

 

—Pero que mierda dices.

 

—Ya sabes lo que dicen que del odio al sexo solo hay un paso.

 

—No es así, es del odio al amor, solo hay un paso.

 

—¿Quién mierda quiere amor?, nada mejor que el sexo sin compromiso y fin del asunto—no pude evitar negar con la cabeza.

 

Un rato después, Henry se fue haciéndome prometerle que iré a la fiesta. Unas horas después ya estamos en la casa de los Hampson, nos recibe la señora Rachel, bastante amable y junto a ella está el señor Benjamín, también con una sonrisa.

 

—Que bueno, ya llegaron, tomen asiento mientras Clara prepara la mesa.

 

Mis padres y los señores Hampson se ponen a platicar, y en eso la puerta se abre de repente y veo entrar a Olivia con una sonrisa que se esfuma únicamente al verme, mientras que yo le sonrió con falsa cortesía. Ahora si empezó la noche para mí.

 

—Que bueno verte Olivia, que grande y hermosa estás— le dice mi madre.

 

—A mí también me da mucho gusto verla señora Donovan.

 

—Nada de señora, me puedes decir Nora.

 

Olivia le sonríe en respuesta a mi madre mientras que su madre nos dice que podemos pasar al comedor. Nuestros padres charlan animadamente mientras que Olivia y yo cenamos en silencio, es bastante raro que ella apenas me mire y no me esté lanzando miradas de odio, más bien creo que está tratando de evitar mi mirada, raro pensé.



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En el texto hay: romace, polosopuestos, novela juvenil 18

Editado: 13.11.2024

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