Lunes, 6:00 am
Lentamente, voy abriendo mis ojos, tratando de acostumbrarme a la luz que entra por la ventana, vaya, mi cama está más suave de lo normal, pensé, me levanto con las sábanas envueltas en mi cuerpo desnudo, un momento, ¿por qué estoy desnuda?, entonces ahí todos los recuerdos de anoche llegan a mi mente como flashes. Donovan y yo besándonos, Donovan y yo quitándonos la ropa, Donovan y yo teniendo sexo...! TENIENDO SEXO!, carajo y mil veces carajo, ¿cómo pude hacer algo así?, juro por Dios que no vuelvo a tomar en mi vida, que me paso por la cabeza aceptar la ayuda de Ansel anoche, quizás mi mente de borracha lo confundió con Chris Evans, solo así puedo justificar tremenda metida de pata. Trato de levantarme lo más silenciosa que puedo para no despertar al fenómeno, en eso veo como Ansel está acostado boca abajo, con su pelo despeinado, me acerco un poco y veo chupones en su cuello, ¿esos los hice yo?, no lo puedo creer esto va de mal en peor. Trato de buscar mi ropa y la encuentro en una esquina del cuarto, lo que no encuentro es mi ropa interior, donde carajos estará mi tanga, sigo buscando hasta que hago un ruido que hace que Ansel se mueva, por lo tanto, decido irme antes de que despierte, porque la verdad no sé cómo enfrentar este asunto.
Lunes, 8:00 am
Estoy entrando al instituto con unas gafas de sol, negras para evitar que vean mis ojeras y para rematar tengo una resaca de mil demonios. Voy hacia mi casillero para buscar los libros de la clase de hoy, cuando alguien me grita al oído:
—Hello, bella dama—haciéndome sobresaltar, me doy vuelta y veo a Morgan con una gran sonrisa en su rostro.
—Uno, no me grites porque tengo una resaca de mil demonios, y segundo, ¿por qué estás tan feliz un lunes a esta hora?—le pregunto a Morgan mientras me quito mis gafas y veo como se encoge de hombros.
—Porque la vida es bella querida amiga—No sé que le pasa a Morgan últimamente que la veo tan feliz, sé que le dije que no le preguntaría nada hasta que ella me contara, pero mi lado chismoso lo quiere saber.
—¿A dónde te metiste ayer?, Caleb y yo te estuvimos buscando.
Entonces la realidad volvió a mí por segunda vez en el día, me había acostado con Ansel, imágenes llegan a mi mente de los besos que dejaba por toda mi piel.
—Tierra llamando a Olivia—dice Morgan sacándome de mis pensamientos. Me doy la vuelta para contarle lo que sucedió, pero en eso veo a Donovan llegar con su caminata de Beyoncé, todo despreocupado, como si no pasó lo que ya saben qué pasó.
—¿Olivia estás bien?.
—No, no lo estoy— la agarro del brazo, arrastrándola por el pasillo para que Ansel no nos vieran, mejor dicho para que no me viera.
—Se puede saber que te pasa esta mañana, el alcohol que tomaste anoche te afecto el cerebro.
—Estoy de acuerdo contigo, Morgan, ese alcohol me afectó el cerebro, tuvo que hacerlo porque es la única manera que encuentro para justificar lo que hice.
—¿Y se puede saber, que hiciste?, porque estás bastante rar...
—Me acosté con Ansel.
—Que mierda—escuche decir, nos giramos para ver quien nos había escuchado, pero respiré aliviada a ver qué solo se trata de Caleb.
—Ahora si te creo que el alcohol te afecto—veo a Morgan en un estado de shock.
—No sé en qué momento pasó, él llegó, me pregunto si me podía ayudar, yo le dije que si y en un segundo ya nos estábamos quitando la ropa—dije de manera muy rápido, caminado de un lado a otro.
—Wow, esto es algo bastante difícil de procesar—dice Caleb.
—No sé cómo actuar cuando lo vea, le digo, oye, gracias por esa noche divina que me dijiste.
—¿o sea que te gustó?— me pregunta Morgan con una sonrisa.
—Pero que dices, fue con Donovan, DONOVAN, es una aberración pensar en si estuvo bueno o no.
—Pero porque tanto drama, ni que haya sido la primera vez que te acuestas con alguien—escuche que dice Caleb restándole importancia.
—No lo entiendes Caleb, Ansel es mi enemigo número uno, con quien peleo todos los días, le saco el dedo medio a diario y siempre le digo que nunca caería en sus encantos, ¿ahora entiendes la gravedad del asunto?—le digo sarcásticamente.
—Eso lo entiendo, pero fue eso, sexo, sin compromiso, nada más—quisiera que el asunto fuera tan fácil como lo dice Caleb, pero algo me dice que esto va a traer grandes consecuencias.
Escuchamos el timbre y nos fuimos a clases, mi suerte no podía ser peor, a primera hora tengo biología, nada más y nada menos que con Donovan.
Entramos al salón y voy hacia mi asiento de siempre, que es en medio de Caleb y Morgan. La puerta es abierta y vemos a varios de nuestros compañeros entrar a clase, al final veo entrar a Ansel, que me da una mirada, que la verdad no sé cómo interpretar.
—Amiga, pero te comiste a ese hombre, mira nada más como le dejaste el cuello—Caleb me hace una señal de garras, provocando que Morgan se ría.
No pude contestarle porque en ese instaste entra la profesora de biología, con sus lentes y su cola de caballo perfectamente peinada.
—Buenos días, chicos, espero que estén listos para la excursión de hoy, vayan saliendo en orden, que los autobuses están afuera.
—No lo puedo creer, se nos olvidó que hoy es la tal excursión—digo recostando mi cabeza en el pupitre.
—Así es amiga, hoy va hacer un día bastante largo para ti—siento como Morgan me da una palmada en mi espalda en forma de consuelo.
Ya en el autobús, Morgan y yo nos sentamos juntas y Caleb se sentó con sus amigos, por lo menos no tengo que verle la cara al fenómeno porque le toco en el otro autobús, un problema menos, vamos a un bosque que está bastante cerca de la escuela, para hacer un proyecto relacionado con plantas o algo así, la verdad que no recuerdo bien de que va esto. El autobús se detiene, lo que indica que ya llegamos.