Perfectamente imperfectos

14: Búsqueda

Ansel Donovan
 

Siento mi mejilla arder, es ahí que me doy cuenta de que Olivia me acaba de pegar, pero todavía estoy en trance por lo que me dijo, la veo como se va con su amiga que me da una mirada de querer matarme, paso las manos por mi rostro tratando de procesar lo que me acaba de decir, Dios que mierda he hecho, sé que no fue una buena manera de reaccionar, pero que iba a saber yo que esa noche ninguno se cuidó, eso no pasó ni por un minuto por mi cabeza, fue una gran irresponsabilidad por parte de los dos, lo sé, ahora Olivia no va a querer hablarme porque prácticamente la llame zorra, soy un estúpido no me puedo imaginar como debe de sentirse con todo esto, esta noche estamos celebrando que entro a la universidad, lo que quiere decir que sus padres no lo saben, solo sé que mi padre me va a matar, por supuesto que me voy a hacer cargo y la voy a apoyar en la decisión que tome, solo que ni siquiera sé cómo acércame sin que quiera matarme en el proceso. Salgo de mis pensamientos y voy hacia el jardín en busca de Olivia, pero no la encuentro por ningún lado, es como si se la hubiera tragado la tierra.


 

—Hijo, ¿dónde estabas?, te estaba buscando para presentarte a unos amigos—mi padre se me acerca con su sonrisa de galante.

 

—Ahora no papá estoy ocupado.

 

—Me importa un carajo, estas personas son muy importantes para que entres a la facultad de derecho.


 

Otro problema más a mi lista, mi padre y su obsesión con que estudie derecho, ya me está sacando de quicio, tendré que hablar con él lo antes posible y también comentarle que va a hacer abuelo, creo que le dará un infarto, eso lo tengo por seguro.


 

—Lo siento, ahora no—ni siquiera dejo que me conteste, me doy la vuelta y sigo con mi búsqueda, una que es fallida porque no la veo por ningún lado.


 

Le he preguntado a sus padres y algunos conocidos si la han visto, me han dicho que no, que quizás está en su cuarto, subo y encuentro su cuarto al final del pasillo, entro sin tocar esperanzado con que esté aquí, pero no, su cuarto está perfectamente ordenado, vaya cualquiera pensaría que sería todo un desastre. Escucho mi celular que me acaba de llegar un mensaje de Henry:


 

Polla caliente: fiesta en el club, ¿vienes?.


 

La verdad que no estoy de ánimos para fiestas, estoy a punto de negarme cuando el bombillo en mi cabeza se enciende, ahí debe de estar Olivia, supongo que se escapó de esta falsa.


 

Voy de camino.


 

Así que hacia allá me dirijo sin despedirme de nadie para que no me detengan, necesito encontrarla cuanto antes para aclarar y tratar de buscar una solución, no sé por qué reaccione así, mi madre me ha enseñado a hacer todo un caballero no un patán como lo fui con ella. Llego al club y está rebosado de gente bailando todos sudados pegados como chicles, a lo lejos veo a Henry y me alza la mano para que me acerque.


 

—Esto está de puta madre—es lo primero que me grita Henry al llegar a su lado.


 

—Para ti todas las fiestas están de puta madre—le digo negando con la cabeza.

 

—Es que siempre es así.

 

—Oye, ¿has visto a Olivia?—me mira con cara de sorprendido a escucharme preguntar por ella.

 

— La estás buscando para repetir, si es así déjame decirte que si la vi con su amiga que por cierto está muy buena.

 

—¿No viste a donde fue?


 

—Vaya, parece que estás muy desesperado, por echar otro polvo con ella—me mira de forma perversa.


 

—No seas idiota, esto es serio—a verme tan serio deja de sonreír.

 

—Vi que subieron al vip, ¿va todo bien Ansel?—me dice al fin.


 

—Hermano, he metido la pata—escucho que me dice algo, pero ya voy de camino hacia el vip que está en el segundo nivel.


 

Antes de poder subir siento que me agarran del brazo, cuando volteo veo a Miranda mirándome muy molesta.


 

—Me dejas plantada, porque tienes compromisos y aquí estás—dice cruzándose de brazos.


 

—Ahora no estoy para discutir—este es otro asunto que tengo que resolver, pero la verdad que no sé cómo, no quiero soportar un berrinche de Miranda, que sé que hará cuando de por terminada esto que tenemos.


 

—Eres un descarado, simplemente me dices eso y no me explicas nada—doy un suspiro


 

—Te recuerdo, que lo nuestro es sin compromiso, por lo tanto, no tengo que darte ninguna explicación—sé que estoy siendo un hijo de puta, pero ya no sé cómo sacármela de encima.

 

—Pero para acostarte conmigo ahí si me llamas no.

 

—No tengo la culpa de que siempre estés disponible—veo como se pone toda roja, iba a decir algo, pero no dejo que termine porque subo las escaleras lo más rápido que pude. La zona vip es un lugar bastante amplio, pero más oscuro que la primera planta, para darle más privacidad a los clientes, empiezo mi búsqueda, esto parece una película de misterio que debería llamarse, ¿dónde está Olivia?, hasta en un momento serio me saca de mis casillas, hasta que al fin la veo encima de una mesa bailando de una manera muy sensual, su vestido se está subiendo más de la cuenta y veo como varios babosos se quedan viéndola, aunque no los culpo si está hermosa con ese vestido, me acerco para bajarla y que deje de dar tremendo espectáculo, escucho como se queja en mi espalda, pero no le presto atención y la saco a fuera del club que está oscuro y no hay nadie, supongo que es un buen lugar para hablar, pero lo dudo por el estado en el que esta, tiene las mejillas sonrojadas debido al sudor, algunos mechones de su cabello pegados en su rostro, el rímel todo corrido y los labios entre abiertos.


 

—Pedazo de mierda, ¿quién te crees para sacarme de esa forma?—balbucea y se me acerca para golpearme el pecho.



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En el texto hay: romace, polosopuestos, novela juvenil 18

Editado: 13.11.2024

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