Perfectamente imperfectos

16: Decisión

 

Silencio total, el único ruido que se escucha es de algunos estudiantes que pasan por el lugar, los padres de Ansel me miran asombros, el director tiene la cara como si en cualquier momento se desmayaría, por supuesto mis padres no me creen nada, ya que es propio de mí hacer este tipo de bromas para zafarme de situaciones, pero esta vez no es una broma.


 

—Si querías que hiciéramos silencio, solo tenías que decirlo, no decir semejante cosa—mi madre me mira diciéndome con la mirada que ya basta de bromear.


 

No sé por qué Justo ahora es que tengo el valor de decírselos, quizás porque no estoy sola sin importarme la presencia del director ya es hora de contarlo.


 

—Mamá, no es broma.


 

—Olivia, ya basta de juegos, te conocemos y solo lo estás haciendo para salir librada del castigo—me encanta que mis padres me conozcan tanto, pero juzgo que en sus ojos puedo ver que saben que no estoy jugando, pero no lo quieren aceptar.


 

—Papá...—iba a decir algo cuando fui interrumpida.


 

—Es hora de irnos y dejarlos hablar en privado—dice el señor Donovan.


 

—No considero que sea posible—dice ansel.


 

—Esto es un tema privado que deben resolver los señores Hampson, no es prudente que nos quedemos aquí—habla la señora Donovan mirándome con compasión, pero en unos segundos al que mirará  así será a su hijo.


 

—Si es prudente mamá, porque yo soy el padre de ese bebé—está de más decir que todos se quedaron en silencio otra vez.


 

—Ya es suficiente de bromas jovencitos—habla el director después de su mini shock. Miro a mi madre con los ojos llenos de lágrimas, ahí ya entendió todo.


 

—Por Dios no—mi madre ya está llorando mirándome con decepción, sabía que esto iba a pasar, que los iba a decepcionar.


 

—Lo siento, fue un error, no sé cómo pasó—trato de explicar, algo que claramente no tiene una explicación.


 

—Esto es una pena de verdad, pero que tiene que ver mi hijo en todo eso—el señor Donovan me mira con desconfianza.



 

—Ya te dije papá, que soy el padre, ¿qué no entendiste?—le dice Ansel muy molesto. En todo el rato, la señora Donovan no ha dicho ni una palabra.


 

—¿Cómo estás tan seguro que es tuyo, y no de otro? —lo que me faltaba ahora es el turno del abuelo de llamarme puta en pocas palabras.


 

—Con todo respeto Bruno, no te permito que dudes de la integridad de mi hija—mi padre sale en mi defensa, si fuera otro momento correría a sus brazos a abrazarlo y agradecerle por defenderme.


 

—¿Cómo pasó esto?, si ustedes nunca se han llevado bien—mi madre pregunta todavía en shock.


 

—Fue un error, estábamos borrachos y simplemente pasó.


 

—Disculpen, los esperaré afuera—diciendo esto el director sale.


 

Puedo ver como mi madre está intentando no sacar su lado oscuro, ella cuando se enoja es otra persona y la verdad no quisiera que lo saque .


 

—¿Y qué piensan hacer al respecto?—pregunta mi madre mirándome directamente a los ojos.


 

 

—No lo sé, no lo quiero tener—Ahí basto para ver como mi madre se le pone la cara toda roja, para mis padres estos temas del aborto son un poco sensible, mi madre no podía tener hijos y antes de tenerme a mí perdió dos embarazos, por lo tanto, ellos están en contra de eso.


 


 

—Me estás diciendo, que metes la pata, eres lo suficientemente grande para abrirte de piernas, pero cuando está el problema lo quieres borrar, desaparecerlo como si nada paso, como que todo se resolverá por arte de magia— ya salió su lado malvado, puedo ver en su mirada que lo que va a salir de su boca en estos momentos no me va a gustar.


 

—Estoy de acuerdo con Olivia, son muy jóvenes para esto, yo los apoyaré—habla el señor Donovan.


 

—No Brandon, no apoyarás nada porque aquí no se hará ningún aborto—habla totalmente decidida mi madre.


 

—Es mi decisión, mamá, no puedes obligarme.


 

—Pero eres menor de edad, así que no te podrás hacer nada sin nuestro permiso—la miro indignada, no puedo creer que me quiera obligar, hace algo que no quiera, todos los que están aquí solo nos miran, nadie se atreve a hablar porque se puede sentir la tensión entre nosotras.


 

—Con o sin tu permiso lo haré así sea en un lugar de mala muerte, pero lo haré—estoy muy firme en mi decisión, ahora más que nunca.


 

—No seas inmadura, quieres hacerlo porque te sientes amenazada y no te gusta que te digan que hacer. Pero te juro por Dios que si lo haces olvídate que soy tu madre.


 

—Rachel—esta vez es mi padre el que habla.


 

—No quisiera tener una hija que haga ese tipo de cosas para salir del problema sin enfrentarlo— siento mi corazón romperse a escuchar las palabras de mi madre, entonces me doy cuenta de que estoy llorando, mierda, odio que me vean llorar, pero no puedo evitarlo.


 

 

—Lo siento mamá, pero es mi cuerpo, mi decisión, y así lo haré no me importa lo que me digas tú o papá ni siquiera lo que diga Ansel que es el padre, pero tengo claro lo que quiero y lo que no, siento si esto te remueve cosas, pero no quieras que tenga a un bebé que no quiero simplemente porque te hace recordar que perdiste a dos—mi padre me mira muy sorprendido y dolido por lo que acabo de decir, pero eso no fue lo que más me sorprendió sino la bofetada que mi madre me acaba de dar, jamás en la vida mis padres me han pegado, estoy tan desconcertada, que no me doy cuenta de que Ansel se pone a mi lado y pasa su mano por mis hombros.


 

—Esta conversación ha ido muy lejos, será mejor que sigamos otro día— la señora Donovan habla haciendo que mis padres salgan del lugar, sin ni siquiera darme una última mirada.



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En el texto hay: romace, polosopuestos, novela juvenil 18

Editado: 13.11.2024

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