Perfectamente imperfectos

28: Detenidos

 

Ansel Donovan

 

Un silencio bastante incómodo se forma en el lugar, fijo mi mirada en Olivia que se nota que está un poco tensa.

 

—No somos novios —explica Olivia.

 

—Nos estamos conociendo —expresa el hombre que por alguna razón su cara se me hace familiar.

 

—Eso es maravilloso, oli —Alice da saltitos en su sitio.

 

Por la cara de Olivia me doy cuenta de que no le gusto para nada el diminutivo que uso Alice.

 

—Nena, vamos por unas galletas a la cocina —tomo a Sofía en mis brazos, ni siquiera dejo que nadie responda, simplemente me doy vuelta.

 

—Papá, amo las galletas —Sofía está toda emocionada, sin embargo mi mente no está aquí, sino allá fuera pensando en cómo Olivia está con ese hombre.

 

—Princesa, ¿sabes quien es el hombre que está con tu madre?.

 

—Si, lo he visto, a veces con mi abuelo cuando me lleva a su trabajo —entonces entiendo que se conocen del trabajo.

 

Comienzo a jugar con mi hija de quien comes más galletas, la puerta de la cocina es abierta por Olivia.


—Cariño, ya es hora de irnos —a veces no puedo creer lo hermosa que es, ahora con su nuevo corte de pelo la hace ver más atractiva y ni hablar de esas piernas que aún me siguen volviendo loco.

 

—Hasta luego papá —Sofía se me acerca y me da un beso en la mejilla.


—Que pases linda noche —Olivia ni siquiera me mira, toma a la niña del brazo y salen de la cocina.

 

Me lastima tener este tipo de relación con ella, esto es lo que queríamos evitar pero al parecer a veces las cosas no salen como uno quisiera.

 

—Vaya, el ambiente se puso un poco tenso allá fuera —Alice entra a la cocina con su lindo uniforme de cocina.

 

—Si, porque hiciste un comentario un poco incómodo.

 

—Amor pero si solo dije lo que es obvio, estaban ahí muy juntitos y risas por aquí, risas por allá —trato de disimular que no me muero de celos.—¿a caso tengo que preocuparme que mi novio sienta celos?

 

—No es eso, es que no quiero que Sofía se entere de cosas por nosotros y no por Olivia, es su deber contarle primero —sueno convincente.

 

—Tienes toda la razón, lo siento —se acerca a mi para darme un beso en los labios.

 

No voy a negar que siento cosas por Alice, ella estuvo conmigo cuando me sentía como la mierda por separarme de Sofía y Olivia; fue mi consejera y mi compañera de lágrimas cuando lloraba como un niñito ni hablar de mis borracheras. Aún recuerdo cuando la asignaron como mi compañera de clase.


 

Flashback


 

Estoy esperando que llegue la chica que será mi compañera para la clase de matemáticas. Estoy solo en mi cuarto, ya que Caleb anda por ahí como un mendigo luego de su ruptura con Morgan. Tocan la puerta, me levanto, abro para mi sorpresa del otro lado hay una linda chica rubia de ojos azules muy bonitos.

 

—¿Tú eres Ansel Donovan? — me pregunta leyendo una nota que tiene en sus manos.

 

—Para tu desgracia o fortuna si —me hago a un lado para dejarla pasar.

 

—Como sabrás no pude asistir la semana pasada a clase, por la tanto el maestro Martín me informó que haremos equipos —empieza hablar ignorando por completo el comentario que acabo de hacer.

 

—Ruda —ella a escucharme me mira muy molesta.

 

— Mira chico bonito, yo aquí vine a estudiar, no a coquetear contigo, así que pongamos en marcha —por un momento ese comentario me hizo recordar a Olivia y mi ánimo se esfumó.

 

—Lo siento —dije después de unos segundos, tal y como la chica dijo nos pusimos a trabajar en silencio.

 

Luego de una hora de ver tantos números, la chica se levanta para irse pero antes se detiene al ver la foto de Sofía toda sonriente en el parque y se me estruja el corazón de no poder verla y abrazarla.

 

—Tienes una hermanita muy hermosa —comenta la chica.

 

—Es mi hija —me mira bastante sorprendida pero trata de disimularlo.

 

—Ya entiendo entonces —camina hacia la puerta cuando pienso que se irá sin decir nada.


—Me llamo Alice —entonces se gira y se va, así comenzó nuestra historia.


 

Fin del flashback


 

 

—Es hora de ir a casa —Alice hace que salga de mis recuerdos.


 

***


 

Estoy despierto desde hace más de dos horas desde que nos mudamos aquí no he pegado un solo ojo por la noche, de solo pensar que del otro lado de la puerta está ella no soy el mismo. Creí que al tomar la decisión de volver y de tener una pareja esto iba a hacer más fácil, no obstante veo que no por otro lado; odio a mi padre porque por su culpa estamos en esta situación, el alquilo este apartamento por un año sé que sabía perfectamente que Olivia vive al frente.

 

—Ansel vi que de nuevo madrugaste, ¿todo bien? — una Alice muy preocupada se acerca a mi.

 

—Es solo que tengo que acostumbrarme, ya sabes a este nuevo cambio, solo es eso.

 

—Ya sabes que me puedes contarme lo que sea —asiento porque sé que es así.—Hasta luego ya tengo que irme a trabajar.

 

Se despide de mí y sale a toda prisa del departamento. Aprovecho este momento de soledad para ponerme al día con el trabajo que tengo pendiente porque inicio mañana, lo que si se es que alguien me matará cuando se entere de que no solo seré su vecino sino también su compañero de trabajo. El padre de Olivia me hizo una oferta de trabajo que no pude rechazar, tiene buena paga, un horario flexible, nada mejor que eso.


 

Tocan el timbre de forma escandalosa haciendo que me levante de mi asiento a toda prisa para ver quien es el maleducado que está detrás de la puerta.


 



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En el texto hay: romace, polosopuestos, novela juvenil 18

Editado: 13.11.2024

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