Capítulo 11

Capítulo 11| Una oportunidad contigo
 

*DREW*

—Rosas rojas, ¿cierto? —me pregunta la dueña de la floristería y por ser siempre un cliente frecuente, me regala una, pero esta vez no estoy seguro de ese detalle como regalo de despedida.

El plan es solo comprar un obsequio para Kelly, quedarme unos minutos e ir al Central Park por Lena, pero ahora estoy dudando si comprar flores como de costumbre o hacer algo diferente.

Diferente. Quiero intentar algo diferente, es por eso que decidí ir con Lena para cambiar mi horario y relajarme como todos dicen que debería. Y de paso demostrarle que llevar un plan organizado y bien estructurado tiene sus grandes beneficios. A veces me pregunto si estoy haciendo lo correcto, si esto es lo que necesito.

—¿Ya se decidió? —Me pregunta la dueña del local con una sonrisa amistosa.

Algo diferente no estaría mal. Quiero que se dé cuenta que he cambiado y que seguiré adelante.

—¿Tiene algún objeto inanimado sobre rosas?

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Repaso mentalmente todo lo que he apuntado para decirle, para despedirme de ella. No obstante, llego a comprender que hasta una sonrisa puede dejarte la cabeza completamente en blanco. Jamás lo había creído posible si no fuera por ella. Kelly está charlando con sus compañeras de baile, y en cuanto nota mi presencia. Sus negruzcos y profundos ojos adquieren cierta chispa.

—Drew, pensé que no vendrías —confiesa animada, y mi mirada cae en el vestido cremoso que lleva puesto—. ¿Te gusta?

—Te queda bien —Es lo único que puedo decir, pero en el fondo ansío abrazarla. Mis dedos pican por rozar sus rosadas mejillas y enredarla en su sedoso cabello. Sin embargo, no haré nada de eso, no es lo correcto.

Ahora, no somos nada más que extraños que conocen los secretos y sueños del otro. Quizás en un futuro podamos vernos nuevamente, y con diferentes ojos.

—¿De verdad haremos esto? —pregunta con un tono apagado, y el pecho me comienza a arder que decido responderle con un asentimiento de cabeza lento e indeciso—. Tu tampoco quieres esto, Drew. Podemos empezar de nuevo y con buen pie.

Cierro los ojos por un momento y repito mentalmente "es una despedida, una despedida".

—Al final, llegó tu ex novio —Una voz femenina y bastante conocida me obliga a abrir los ojos de golpe—. Que emoción verte, Drew —comenta con falsedad y aprieto los dientes. Esta chica es una de las peores compañeras de baile. He visto como trata a las demás como sus esclavas, y siempre tiene esa aura de querer pisotear a todo el que se le cruce.

—Madison, me alegra que hayas asistido —le habla Kelly, y al instante es callada con la actitud de la morena.

—Guarda tus modales bajo esa actitud hipócrita —espeta con cierta acidez en su tono.

—No le hables así —le advierto mientras me coloco frente a Kelly.

—¿Ahora la defiendes? Creí que ya no eran novios y que te habías conseguido a otra —comenta divertida por la situación—. Es la que estudia arte, ¿no? La he visto un par de veces con libretas y pinceles por los pasillos. Parece que ya te cambió en un día, Kelly.

—Esto no es asunto tuyo —comento, molesto de que haya metido a Lena en esto.

—Entonces sí tenía razón. Ya me había parecido extraño que salieras al Central Park y a montar bicicleta, ¿no te parece diferente, Kelly? —Aprieto mis manos al notar la intención de esta chica: provocar a Kelly.

—No, él puede salir con quien quiera —arguye de manera serena, lo cual me obliga a mirarla por encima de mi hombro. Tiene la misma mirada cuando su madre desaprobó su pasión al baile: dolor, decepción y algo más que no pude ni puedo descifrar.

—¡No puedo creerlo! De verdad eres tan blanda y tonta —espeta la morena, fuera de control porque su plan no salió como esperaba, y en un segundo salpica el ponche de frutas en todo el rostro de Kelly—. ¡Ups! Se me resbaló.

Todos en el lugar dejan de charlar para mirar la escena con asombro. Su cabello ha pasado de ser chocolatoso a negro y las gotas caen después de acabar el trayecto por su cabellera. Su vestido tiene, en parte, manchas rojas. Pero lo que más me preocupa es su comportamiento corporal: es como si no estuviese a la defensiva.

—¿Qué te pasa? —Le espeto a la morena al borde del enojo. Si mucho antes, Kelly me impidió que le devolviera las ofensas, con más razón éste será la recopilación de todas ellas. No obstante, ella parece ver mis intenciones porque me detiene del brazo con la mirada por los suelos.

—Así logra despertar —es lo único que comenta la morena antes de perderse entre la multitud con ese vestido rojo, como el diablo.

—¡Se acabó la fiesta! —anuncio y me llevo a Kelly fuera de este lugar.

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—¿Por qué eres tan dulce con ella? Mira lo que te ha hecho —le paso la toalla mientras ella remueve lo que quedó del maquillaje. Estamos en su pequeño departamento a unas cuántas calles atrás de la universidad y cerca del Central Park. Lena debe estar esperándome ya, llevo diez minutos tarde.

—Eso no importa, quiero saber si nos darás una oportunidad —retoma el tema mientras deja la toalla en la letrina para mirarme directo a los ojos, y estando en el mismo lugar donde guardamos más recuerdos juntos me cuesta decirle las tres palabras que escribí en negrita y en mayúscula. Sin embargo, no puedo detener la furia que comienza a ascender por mi cuerpo a una gran velocidad.

—¿Darte la oportunidad de olvidarme de nuevo? ¿Darte la oportunidad de que rompas más en pedazos las esperanzas que tuve? ¿Eso es lo que quieres? —espeto con los ojos inyectados en cólera.

El silencio nos engulle en un segundo, y me arrepiento de haberle hablado de esa manera. Paso mi mano por el cabello con desesperación. ¡Joder! esto no tenía que terminar así.

—Lo haré bien esta vez, lo prometo —asegura, y me deja en un mutismo que no sé cómo romper—. Lamento lo que hice, fui muy egoísta. No sabía que estabas pasando por cosas miserables por mi culpa. Lo siento mucho, Drew, pero esta vez será diferente.