Perfecto para ella

Capitulo dos

No hablé, no parpadee, juro que ni siquiera estoy respirando. Han pasado 12 años desde la última vez que lo vi, cuando lo fui a despedir al aeropuerto a él y a mis amigos, los cuales también están aquí, sólo que ellos se hacen los desentendidos ¡Melanie, reacciona! gritó mi conciencia y respondo.

- Hola, Jake - dije pasándolo de largo.

Noto que Tomás me esta mirando muy confundido y es que se debe estar preguntando "¿De donde conoce a Jake Peterson una secretaría?" Era de esperarse, me subestima todo el tiempo pero algún día, se dará cuenta de que soy mas de lo que aparento. Le doy los papeles y le mencionó a Lauren en un susurro a lo que el responde "Deshaste de ella" Me encaminó a la salida cuando me llega un mensaje.

"¿Qué te dijo el señor todo-poderoso?"

Miró el mensaje y me causa gracia como lo llamó pero no reiré, se supone que soy seria.

"Que espante una piruja"

Lo escucho contener la risa antes de salir de la sala. Realmente estoy impactada, el me mencionó que iba a una reunión pero nunca me dijo que sería en la empresa donde trabajó pero claro, el no supo nunca en donde trabajaba. Cuando Jake se fue a estudiar al extranjero, perdimos mucho contacto, claro que nos mandamos mensajes pero siempre eran los mismos. Cuando la reunión termina, todos se retiran menos Jake y creo que la chica rubia a su lado es su esposa.

- Melanie, que gustó verte - dijo Jake sonriendo mientras nos presentaba - Melanie, ella es Teresa, mi esposa. Mi amor, ella es Melanie, una vieja amiga de la secundaria.

- Mucho gusto - dije dándole un apretón de manos - Jake, no quiero ser grosera con ninguno pero en mi trabajo no puedo mezclar roles personales con laborales por lo que aquí debes llamarme Sta. García.

- Y dígame, Sta. García, ¿el reencuentro de esta noche sigue en pie? Porque tienes mucho que contarme.

- No faltare - dije poniendo mis ojos en el ordenador de mi escritorio - Que tengan un buen día.

Una vez que termine mi jornada laboral y llegue a casa, pude respirar tranquila. Nunca esperé encontrarlo nuevamente pero es bueno que se haya casado, después de todo lo que pasamos. Jake no solo fue mi amigo, fuimos novios por los últimos 2 años de la secundaria pero terminamos justo en el último año y no solo porque se fuera a estudiar a otro país. Por la forma en la que su esposa me miró, supongo que ella no sabe quién soy.

En fin, me cambió para reencontrarme con mis viejos amigos, subo al auto y arranco. Cuando llegó y pago por mi entrada, los busco con la mirada. No fue difícil hallarlos, están todos sentados en la misma mesa de siempre, ah, que recuerdos. Siempre que uno de nosotros sacaba una mala nota, veníamos aquí a levantarle el animo con diversos temas como criticar al profesor Mackouski, como odiábamos a ese profesor.

- ¡Viniste! - dijo Dylan, mi otro amigo. Junto a ellos están Vanesa, Florencia, Facundo y Delfina.

- Les dije que vendría, nunca les he mentido - dije tomando asiento junto a Jake - ¿Tú esposa sabe quién soy?

- Aún no le he contado sobre ti, para eso tendría que pedir tu permiso para contarle sobre ti y... Claire - dijo Jake un poco incómodo, ha pasado tanto tiempo pero se que aún le duele.

- No hasta que no la conozca, lo prometiste - dije suspirando -  Y bien, ¿qué han hecho en mi ausencia?

Todos empezaron a contarme de lo exitosos que son con sus empleos y lo felices que son con sus parejas, lo mas feliz que he sido fue cuando finalmente compre la cama que quería, su colchón es tan... no se como decirlo, tan... me siento como una princesa. En cuanto me toca hablar a mi, les cuento de mi empleo como pasante y luego secretaría, todos parecen asombrados al oír eso.

- ¿Nunca te dio un ascenso? - dijo Vanesa asombrada.

- Siempre que se lo pido me dice lo mismo, entonces yo lo amenazó con renunciar y el me aumenta el sueldo para que me quedé. En serio, no puedo entender su actitud - dije frustrada.

- No hay duda, el jefe está interesado en ti - dijo Florencia con una sonrisa pícara ¿Quién necesita enemigos si tengo a Flor? - Por ser su secretaría, tienes que estar pendiente de TODO lo que te diga.

- Chicos, no empiecen - dije sujetando mi sien - Aunque eso fuera cierto, no voy a salir con el.

- ¿Por que no? - dijo Vanesa con un tono chillón - Quiero que esas feliz.

- Mentirosa, lo único que quieres es ser testigo de una de tus novelas cliché sobre jefes y secretarias en la vida real -  dije posando sobre ella mi "mirada de águila acusadora"

- También - al menos lo admite - Pero también quiero que tengas novio, no has salido con nadie desde que terminaste con Jake.

- Bien... - dije derrotada, a Vanesa le brillaron los ojos - pero no con mi jefe - Vanesa hizo un puchero y todos se rieron.

Luego de intercambiar anécdotas, volví a casa un tanto cansada. La verdad fue bueno verlos, ya extrañaba sus ocurrencias aunque ya no pueda corresponderlas con una sonrisa. Desde hace 12 años no he sonreído, puede parecerles broma pero es la verdad, con el tiempo he olvidado lo que es ser feliz. Mi vida perdió sentido hace 12 años cuando eso paso, desde entonces mis labios no volvieron a tener esa curvatura hacia arriba que la gente llama sonrisa, no la necesito para lo que hago, a mi no me pagan por sonreír. Con esos pensamientos en mi cabeza y con mi pijama puesta, me quede dormida.

Desperté con menos ganas (por no decir ninguna) de ir al trabajo, cosa que no me ha pasado nunca. Me levante, me vestí y fui a desayunar pero antes de cruzar mi puerta fui al cuarto de Claire, toque y me despedí de ella. Subí a mi auto y conduje como siempre al trabajo, cuando llegue al ascensor, sentí una opresión extraña en mi estomago, como si me dijera que hoy va a pasar algo diferente. Llego a mi escritorio y justo cuando iba a dejar mi bolso, Tomás se me acerca.

- García, quiero que vengas conmigo a mi oficina - dijo el, yo lo seguí hasta allá - Toma asiento - obedecí mientras me preguntaba interiormente "¿Por que me llamo justamente a mi?"




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