Al parecer los medicamentos que me dio mi madre fueron en realidad efectivos pues cuando desperté en la mañana ya me sentía mejor.
Este día empezó bien, e incluso las cosas con Graüben se aclararon, y estaba dispuesto a llamarla para pasar un día junto a ella. Aunque me molesta la idea de ser solo amigos, así que ideé un plan en el cual solo estamos Graüben y yo, decidí que llevaría a Graüben a un lugar que me encanta, este lugar queda por las colinas.
Decidido esto me vestí y agarre un poco de dinero para finalmente salir a la casa de Graüben, mientras caminaba me preguntaba cómo iba a decirle que salgamos, no sabía si iba a decirme que sí, pero aun así lo intenté.
En poco tiempo me hallé en su puerta, y seguía con el dilema de qué decirle pues tenía planeado llegar y decir:"Hola, eh… pasaba por aquí y me pregunte si querrías salir conmigo a pasear o algo por el estilo, sin embargo cuando llegué me arrepentí de estar allí, empecé a caminar de regreso pero, la puerta se abrió de golpe, me asuste y de pronto alguien salió.
Era Graüben y me dijo muy asombrada.
-Axel, que sorpresa, ya te encuentras bien.
-Sí, gracias por preguntar. -Le respondí sonriendo.
-Sabes Axel justo ahora iba a verte.
-Enserio, mira que coincidencia. Yo también he venido a verte para que salgamos un rato ¿te parece?
-Sí, esa era la misma razón por la que yo iba a tu casa, pero a decir verdad no sabía que decirte. -Se Sonrojo.
Me quedé asombrado ante esto, no creí que ella estuviera en el mismo cuestionamiento que yo, pero ya que es así solo nos quedó salir a caminar juntos.
Ella y yo seguimos caminando, como amigos, aunque había un silencio que me mataba, pues no sabía que decirle, hasta que por fin le dije:
-Sabes Graüben, cerca de las colinas hay un lugar en el que venden unos helados muy ricos, ¿te gustaría ir?
-Sí, -sonrió-. Axel, te puedo hacer una pregunta.
-Claro.
-¿Te gusta Samara?
-Es muy atractiva pero no es mi estilo. -Me sonrojé.
-Y ¿Cuál es tu estilo?
-Pues las chicas que suelen caer sobre mí en un partido. -Respondí con la intención de vacilar.
-Te recuerdo Axel que eso fue un accidente.
-También me gustan los accidentes.
-Pues talvez te guste Samara.
-Ya te he dicho que no.
-Dime por qué.
-No hay química entre ella y yo, tampoco hay cosas que nos gusten en común.
-Y como lo sabes, si no has hablado con ella.
-Porque ya hay alguien que me gusta y solo con ella me gusta hablar y rescatar animales que se encuentran en peligro.
Graüben se ruborizó al escucharme y me miró fijamente, casi podía soportar su mirada, así que seguí con su juego de miradas hasta que ni ella ni yo pudimos soportar la intensa vista del uno y del otro.
-Graüben: Axel, me confundes siempre.
-De qué forma.
-Graüben: Parece que te gusto pero a veces me evitas, que es lo que tramas.
La tomé de su brazo, pero ella me rechazó diciendo:
-Otra vez haces lo mismo, me tomas del brazo y me miras como si quisieras besarme pero no lo haces.
La tomé de las manos. -No te beso porque no sé si sientes lo mismo que yo por ti. Tampoco sé si tienes a alguien especial aparte de mí, tampoco sé si estas solo estás conmigo para que la ausencia de este no te afecte tanto, mira Graüben, tener a una persona que al principio me ignoró y que luego me acepte me confunde mucho.
Graüben solo se limitó a verme y guardo silenció.
-Yo: Lo vez hay alguien, a quien amas y yo solo te confundo.
Ya estábamos en la heladería, pero no tenía ganas de comer, así que la evitamos y subimos por la colina sin dirigirnos palabra alguna.
-Yo: dime porque guardas tanto silenció.
-Graüben: Es que es muy gracioso…
-Yo: Graüben te estoy diciendo la razón por la cual no me acerco lo suficiente hacia a ti y esto te parece gracioso.