Perfume de venganza (cinco sentidos)

Capítulo 17

El sol de París comenzaba a descender, pintando el cielo con tonos cálidos de naranja y rosa. La Salle des Parfums, ubicada en un histórico edificio neoclásico cerca del Palais Garnier, era el escenario del tan esperado concurso internacional. Las puertas de hierro forjado, decoradas con intrincados diseños de flores, daban paso a un vestíbulo revestido en mármol y con una cúpula de cristal que dejaba pasar la luz tenue del atardecer.

Hye-Jin y Min-Jae caminaron juntos hacia el salón principal. Ella vestía un elegante vestido negro de seda, sencillo pero sofisticado, que reflejaba su personalidad fuerte y reservada. Él, con un traje azul marino perfectamente ajustado, irradiaba la confianza de alguien que había pasado por el fuego y sobrevivió.

Los competidores y asistentes estaban rodeados de vitrinas con muestras de perfumes históricos, cada uno con una historia que contar. El ambiente olía a lujo: una mezcla de oud, jazmín y toques de vainilla, como un recordatorio del poder evocador de las fragancias.

La sala principal estaba decorada con enormes candelabros de cristal y largas mesas cubiertas con manteles blancos inmaculados. En el centro, un escenario elevado mostraba un podio donde los participantes presentarían sus creaciones ante un jurado compuesto por los perfumistas más reconocidos del mundo, críticos y figuras influyentes de la industria.

Hye-Jin miró el escenario con una mezcla de nerviosismo y determinación. Sus dedos se cerraron alrededor del pequeño frasco de su perfume, que había llamado “Renacer”, un tributo al renacimiento emocional que había experimentado durante todo este proceso.

Min-Jae, a su lado, sostenía su frasco, titulado “Eco”, una fragancia diseñada para capturar los ecos de los recuerdos más profundos.

—¿Estás lista? —preguntó él, con una voz suave que mostraba más preocupación que competitividad.

La chica lo miró de reojo, con sus labios curvados en una pequeña sonrisa irónica.

—Más que tú —respondió, aunque su corazón latía con fuerza.

Los competidores fueron llamados uno por uno. Cada presentación era un despliegue de creatividad y habilidad, pero también de ego y espectáculo. Algunos presentaron fragancias inspiradas en paisajes exóticos, otros en obras de arte famosas. Cada perfume era un mundo en sí mismo.

Finalmente, llegó el turno de Hye-Jin. Caminó hacia el escenario, sintiendo el peso de todas las miradas sobre ella. El silencio en la sala era absoluto, excepto por el eco de sus tacones sobre el suelo de madera.

—Buenas tardes, señores y señoras —comenzó, con un tono firme aunque sus manos temblaban ligeramente—. Mi creación se llama “Renacer”. Está inspirada en la capacidad humana de superar las pérdidas y encontrar belleza incluso en los momentos más oscuros. Cada nota de esta fragancia representa una etapa emocional: el dolor, la nostalgia, la aceptación y, por último, la esperanza.

Los jueces recibieron las muestras y, uno por uno, inhalaron el perfume. Las reacciones fueron inmediatas: un ligero levantamiento de cejas, un suspiro, incluso una pequeña sonrisa. La joven observó desde el podio, tratando de leer sus expresiones, mas sus rostros eran en gran parte impenetrables.

Cuando regresó a su asiento, Min-Jae le ofreció un leve asentimiento, un gesto de reconocimiento que decía más de lo que cualquier palabra podría expresar.

Luego fue su turno. El chico subió al escenario con una confianza tranquila, con sus movimientos precisos y calculados.

—Mi fragancia, “Eco”, busca capturar los recuerdos que nos definen, esos momentos que permanecen con nosotros como ecos en el tiempo. Quiero que quienes lo huelan recuerden lo que realmente importa: los instantes que nos cambian.

Su presentación fue sencilla, pero poderosa. Los jueces parecían igualmente cautivados, con sus expresiones relajadas mientras analizaban las complejas capas del perfume.

Después de las presentaciones, los jueces deliberaron durante lo que parecieron horas. En el intermedio, Hye-Jin y Min-Jae permanecieron juntos en una esquina del salón, observando cómo los otros competidores conversaban y reían.

—¿Te das cuenta de que estamos aquí porque trabajamos juntos? —dijo él de repente, para romper el silencio.

Ella se giró hacia él, con sus ojos oscuros encontrándose con los suyos.

—No habría elegido trabajar contigo por decisión propia —respondió, aunque no con el tono amargo de antes. Algo en su voz era más suave, como si estuviera empezando a aceptar las vueltas del destino.

El hombre soltó una risa breve, cargada de autocrítica y espetó:

—Lo sé. Pero aquí estamos.

Antes de que pudiera responder, un miembro del jurado los llamó. Era hora de anunciar al ganador.

Los participantes se reunieron frente al escenario, donde los jueces estaban de pie con sus notas en la mano. El líder del jurado, un hombre mayor con cabello blanco impecablemente peinado y una voz grave, comenzó a hablar:

—Este año hemos presenciado creaciones extraordinarias. Cada fragancia presentada aquí hoy cuenta una historia, pero dos en particular han capturado algo que va más allá de las notas y acordes. Han logrado despertar emociones universales, trascendiendo las barreras de la técnica para llegar directamente al corazón —los corazones de Hye-Jin y Min-Jae latieron con fuerza cuando el juez hizo una pausa antes de continuar—: Por primera vez en la historia de este concurso, hemos decidido otorgar el primer lugar a dos fragancias: “Renacer”, de Hye-Jin, y “Eco”, de Min-Jae.




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