Se podía escuchar el andar de una carroza que era jalada por caballos, dentro de ella se encontraba el señor Antoine, el cual lucia muy impaciente por llegar a su destino. Todo lo contrario a Nanaba, que tenía una expresión de total desinterés y que parecía interesarle más lo que se observaba por la ventana, aunque solo fueran arboles, que indicaba que estaban fuera de la cuidad.
-¿De verdad tenemos que ir?, padre-pregunto Nanaba, con su vista aún en la ventana.
-Claro que si. No podemos quedar mal con tan noble familia.
Nanaba rodó los ojos.
-Ni siquiera notaran nuestra presencia.
-Por su puesto que lo notaran. No creo que nadie puede apartar la vista de lo hermosa que eres, hija. A pesar de tu cabello corto.
Nanaba para esta ocasión traía el más elegante de sus vestido, y por elegante significaba pesado e incomodo. Sobretodo porque para esta ocasión le habían apretado más el corsee, tanto que le costaba respirar un poco.
Después de esa corta charla entre padre e hija, el camino continuo en silencio.
Minutos después ya llegaban a su destino.
-Llegamos, mi señor-anuncio el portero abriendo la puerta.
-Gracias-el señor Antoine bajo de la carroza y ayuda a Nanaba a bajar-Al fin estamos aquí, hija.
-La mansión Jeager-Nanaba le dio un visto rápido a aquella gran casa-Tan exageradamente grande como el ego de sus dueños.
-¡Ya basta!-le llamo la atención su padre-No quiero ningún comentario desatinado en cuanto entremos, así que compórtate.
-...Si, padre-susurro Nanaba.
Emprendieron camino hacia la puerta, donde les abrió uno de los sirvientes.
-Mis señores, la familia Richis-anuncio el sirviente a Grisha, Carla y Eren.
-Sean bienvenidos-les saludo Grisha.
-Gracias, nos honra el que nos hayan invitado-respondió el señor Antonie.
-Nanaba, querida, luces encantadora-dijo Carla con una sonrisa.
-Gracias-por alguna razón Nanaba sintió confianza en aquella mujer, a pesar de haberla visto solo una vez.
-¿Gusta bailar?,señorita-Eren extendió su mano hacia Nanaba
-Le encantaría-Antoine respondió por su hija.
A mala gana, Nanaba acepto la mano de Eren.
Mientras bailaba solo podía pensar en Mike, hace más de dos meses que no lo veía. ¿Qué será de él?
Cambiando de escenario.
Se llevaba a cabo una gran fiesta para celebrar el matrimonio doble de los capitanes de la policía militar, cada uno tomado de la mano de sus respectiva esposa, recibiendo el aplauso de todos sus invitados. Entre todos ellos se encontraba Mike, que era el invitado de honor en esa boda doble.
-Muchas felicidades capitanes, Porco y Marcel Galliard.
-Gracias, Mike-agradecieron Porco y Marcel, dejando a sus esposas atrás para acercarse a Mike.
-Y gracias a ustedes por invitarme.
-Seria irrespetuoso de nuestra parte no hacerlo-dijo Porco
-Nos casamos gracias a ti-añadió Marcel
-Me hace feliz escucharlos-Mike sonrió un poco-Ahora vayan con sus esposas, que es el día de su boda-señalo a Pieck y a la otra chica, de cabello y ojos castaños, la cual hizo un silbido con los dedos para llamar la atención de su ahora esposo y cuñado.
-¡Oigan!¡Vengan para acá!-la esposa de Marcel tenía un carácter especial.
-Jajaja-Pieck solamente rió un poco.
-Lo siento, Anka. Ya vamos-ambos chicos dejaron a Mike y se fueron al lado de sus esposas.
-Al capitán Marcel Galliard, si que le gustan las mujeres con carácter-comento una cuarta voz.
Mike volteo y vio a Falco, quien estaba de mesero en esa fiesta.
-Si, ahora entiendo porque le gustaba Ymir-opino Mike.
-¿Gusta champan?-le extendió una copa a Mike.
-Si, muchas gracias.
La fiesta continuaba, todos bailaban y tomaban mientras la pasaban bien. Incluso Mike la pasaba bien, a pesar de no conocer a casi nadie ahí, hasta que llego la persona con la que menos quería encontrarse.
-Oye, novato...hip... Sirveme otra copa de champan...hip...
-Si, señor-Falco, que se había entretenido conversando con Mike durante toda la fiesta, se retiro.
-Me sorprende verte aquí,...hip... Zacharius... No sabia que tendrías amistades tan importantes...como los hermanos Galliard...hip... por lo general solo eres invitado a bodas de pueblerinos...
-También es un gusto verlo, comandante Dawk-Mike ignoro el comentario de Nile.
-Nile, gracias por venir-Marcel y Porco otra vez se haciuan presentes.
-De nada...los felicitaría pero no hay nada por lo cual...hip...felicitarlos...-Nile ya se encontraba bastante ebrio-Tú te casaste con una puta...hip-señalo a Porco-...Y tú con una mujer que necesita ser adiestrada...hip...para que sepa cual es su lugar...-señalo a Marcel
Porco y Marcel no dijeron nada, solo le dedicaron mala cara a Nile.
-Me sorprende de ti-volvió a señalar a Porco-Siempre tan serio y recto... dando el ejemplo a todo... Pero no de ti-señalo de nuevo a Marcel-Estuviste dos años de desquiciado por esa atrevida de Ymir...aunque no voy a mentir...hip...la tipa si que tenia su encanto...-movió los brazos y manos como formando unas curvas de mujer-...jajajajaajajajaja...hip...no sé porque no la tomaste a la fuerza y te la cogiste...hip...es una simple pueblerina....jajajajajaja
-Es suficiente-la paciencia de Marcel se estaba terminando.
-Aquí tiene, señor-Falco hacia su aparición con una copa de champan.
-¡Ya era hora!-Nile le quito la copa a Falco y se la tomo de golpe.
-También le traje una a usted, señor Zacharius le extendió otra copa a Mike.
-Gracias, es muy amable de tu parte-Mike recibió la copa.
-¡Oye!...¡no le des cumplidos a este novato!-Nile ya estaba algo ebrio-¡Es solo un maldito inútil y debilucho!...¡No debería de estar en la policía militar!
-¡Ya basta!-Porco tomo a Nile por las solapas de su uniforme-¡Te invitamos solo por obligación!¡Pero no permitiremos que ofendas a nuestras esposas!¡Así que lárgate!-lo empujo fuertemente para taras, tanto que choco con la pared.