Capítulo 2 - Jasy
Siento un pinchazo persistente en mi hombro izquierdo.
—Mmm... —Me remuevo e intento quitarme lo que sea que me está molestando pero al tocarlo mi piel arde, es como si se estuviese quemando y la aparto.
Abro los ojos asustada. Estoy acostada en el suelo, e intento levantarme poniendo mis brazos en el frio suelo cubierto de nieve pero ahí siento nuevamente la presión en mi hombro.
—Quieta —Ahí lo recuerdo. Lo miro fijamente a sus ojos azules y siento que el frío abandona mi cuerpo, capaz esa mirada es asesina pero verlo frente a mí me hace liberar tantos sentimientos que no me creo capaz de reaccionar—. ¿Quién eres? ¿Qué haces en los alrededores de mi reino?
Alto. Demasiado, y no es solo porque se encuentra parado frente a mí y yo esté en el suelo, en verdad es el hombre más alto que he visto en mi vida. Su cabello blanco está atado en una coleta mientras dos mechones largos de este caen frente a su rostro. Sí, me lo había imaginado de distintas formas cuando lo leía pero mi imaginación no le hace justicia al hombre que tengo en frente.
Es hermoso... no, es un dios sumamente perfecto.
Su perfil no es una broma, siento que sus rasgos gritan que es un Dios... su mirada fría paso a una mueca extraña y capaz sea debido a que tengo la boca abierta. Su espada se mueve hasta mi barbilla sin tocarme pero obligándome a cerrarla y trago saliva.
—Jasy...
Parpadea confundido, su espada baja unos centímetros y aprovecho ese momento para ponerme de rodillas. Mis ojos pican y las lágrimas no tardan en salir, me cubro el rostro mientras comienzo a llorar desconsoladamente.
—¿Ahora lloras? ¿Quién te mandó? —Su voz parece ya no ser tan severa y eso me llega hasta el fondo de mi corazón.
Levanto la cabeza y lo veo, con una sonrisa en la cara le respondo.
—Lloro de alivio —Digo con los labios temblando—. Estás vivo.
Si no valorase tanto mi vida saltaría encima suyo y lo abrazaría, capaz no lo soltaría nunca pero él ni siquiera sabe quién soy yo y por lo que dijo estoy en sus terrenos. Mi llanto se detiene, esperen... ¿Puedo parecer una infiltrada?
—¿Alguien planea asesinarme? —Pregunta arqueando sus cejas. Su espada desaparece de su mano dejando una onda fría en el aire. Eso fue deslumbrante.
—Su majestad —Me levanto lentamente con las manos en donde el pueda verlas. No necesito que desconfié de mi, creo que ya entiendo a que se refiere Mire con que a la noche puedo perderme en este mundo—. Me llamo Arami, esto puede sonar absurdo pero no soy de este reino...
Creo que elegí mal mis palabras debido a que con un movimiento de mano su espada vuelve a aparecer apuntando en mi dirección pero está vez brilla.
—¿Quién de mis hermanos te mando aquí, maga?
¿Maga? Oh, lo había olvidado. Solo los magos son capaces de viajar de reino a reino. ¿Debo mentirle? No creo que eso sea bueno hacerlo... necesito saber en qué momento de la historia nos encontramos, tal vez pueda alterar un poco los sucesos.
—Ninguno de ellos. Soy de un mundo que ni usted ni nadie conocen. Sé que es difícil de creer pero estoy aquí para salvarlo su majestad —Doy un paso al frente y su espada sigue apuntándome pero sé que no me hará daño—. Soy una maga enviada de ese mundo para salvar su vida ¿Me concedería unos minutos de su tiempo Rey Jasy?
Me observa inexpresivo, yo me arrodillo en el suelo juntando las manos en señal de suplica y soltando un resoplido asiente.
—Adelante, estaba aburrido así que es mejor que tu historia me entretenga.
—¿Cuándo será la coronación?
Mi pregunta lo toma por sorpresa. Ver sus facciones de confusión me hace saber que voy por buen camino, necesito que me crea para que esto funcione. Si miento y digo que solo soy una maga común y corriente... él no me querrá consigo por lo que ayudarlo a construir su historia sería difícil.
—¿Qué coronación?
Parpadeo extrañada ¿En qué parte de la historia estoy presente?
—La coronación del príncipe del reino humano...
—Oye maga —Se agacha hasta quedar a mi altura. Su aproximación es poderosamente peligrosa para mi alma lujuriosa, aunque estoy en una situación en donde si me equivoco de palabra podría provocar mi muerte, no me importa, si morir abrazada a este hombre es posible creo que no moriría en vano—. Si entraste aquí para espiarme mejor ve diciéndolo —Baja la cabeza hasta quedar a unos centímetros de mi rostro, por la frialdad con la que me observa sé que esto no es un acercamiento romántico pero que Dios me ayude, siento que mi corazón está a punto de explotar en mi pecho—. Odio las mentiras.
Oh, los cuatro reyes no pueden mentir había olvidado eso.
—No soy una mentirosa, puedo comprobar lo que estoy diciendo.
Eso capta su atención se aleja más lo cual lamento pero rápidamente ese sentimiento es reemplazado por otro de admiración al ver como los mechones de su cabello caen hacia el frente. Podría sentarme y admirarlo todo el día sin cansancio.
— ¿Cómo?
Me aclaro la garganta.
—El día del cumpleaños del Rey mortal se dará aviso a la coronación del príncipe.
Él sonríe de costado... Es una sonrisa burlesca pero noto el brillo en sus ojos.
—Sigue hablando... ¿Por qué habría una nueva coronación? —Clava la punta de su espada en la nieve y lo usa de soporte mientras sigue en cuclillas frente a mí—. ¿Cuál es el motivo?
—Primero responda mi pregunta, por favor.
Me observa unos segundos, creo que esta analizándome cosa que no me gusta. No estoy presentable, estoy con unos trapos andrajosos muerta de frío, no tengo una pizca de maquillaje y no me quiero ni imaginar cómo luce mi reflejo ahora.
—El cumpleaños del Rey es mañana.
¿Mañana? Necesito hacer una línea del tiempo. Esta etapa temporal no sucede en el libro, gracias a la protagonista Yeruti sabemos que el Rey sufría de una gran enfermedad sin cura por lo que en el día de su cumpleaños anuncia la coronación del rey dentro de un año. Cosa que termina siendo seis meses debido a la muerte del rey.