Capítulo 4.

Capítulo 4 - Un final feliz.

Abro los ojos de golpe, me siento en la cama tan rápido que casi me caigo. Estoy en mi cuarto. Me cubro la cara con las manos, incapaz de creer lo que acaba de pasar ¿Volví a mi mundo? ¿O siquiera fui a otro? poco a poco voy quitando las manos de mi rosto sintiendo que la adrenalina va disminuyendo.

Luego de varios minutos llego a la conclusión de que no puedo ni procesarlo. ¿En serio estuve en el Reino de Araro'y? ¡Y conocí al Rey Jasy! Eso tiene que haber sido un sueño, pero... no sé, todavía puedo sentir el frío de su espada contra mi piel.

Me estiro, mirando hacia mi mesita de noche. Las siete de la mañana. Eso significa que mientras duermo, voy a ese mundo. Y cuando duermo allá, vuelvo aquí. Lo que explicaría por qué todo se sintió tan... raro la primera vez que dormí. Era demasiado temprano, y mi mente ni siquiera había alcanzado a dormir en el mundo real.

¡Es una locura!

—¡Arami, se te hace tarde!

—¡Talde! —Repite mi sobrina.

Oh, mi trabajo a tiempo parcial, había olvidado que comencé a trabajar la semana pasada en una tienda de sándwiches. No era algo difícil de hacer y tampoco iba todos los días, el lugar no era muy concurrido por las mañanas así que tenía un buen tiempo para preparar los pedidos.

—¡Ya estoy despierta! —Suspirando me desenredo de las sábanas para ir directo a la ducha. Creo que mis pensamientos tendrán que ser pospuestos nuevamente.

Luego de alistarme para el trabajo bebo un sorbo de jugo y con tostada en boca salgo de casa corriendo. Como vivo en el centro de la ciudad no me es difícil llegar caminando bueno "corriendo" al trabajo, me fijo en mi reloj de muñeca y al ver que me quedan cinco minutos me permito bajar la velocidad.

Agh, estoy sudando mucho y mi cabello se pega a mi cuello así que con una liga lo ato, extraño el cabello de mis sueños... tan sedoso y brillante... Cuando llego frente a la tienda veo a mi compañera de trabajo adentro limpiar las mesas.

El lugar es pequeño, solo cuenta con cuatro mesas de cuatro sillas y una barra con seis asientos. Los lunes si suele ser algo caótico y todavía no se el porqué aunque solo he trabajado un lunes aquí así que hoy podría llegar a ser distinto.

—Buenos días, Estela.

—Un poco más y llegas tarde—Me disculpo con la mirada. No soy una persona impuntual, llegar tarde me produce ansiedad así que prefiero correr para llegar puntual, o salir mucho más temprano solo que hoy no estoy pudiendo procesar toda la información que tengo en la cabeza.

Con rapidez me voy a cambiarme al baño, no sin antes dejar mi ficha. Mientras me cambio pienso en qué demonios es lo que debería hacer ahora que estoy aquí... como debería escribir la continuación del libro siendo que ya le dieron una muerte a Jasy ¿Lo dejo como un sueño premonitorio de Yeruti? Eso tendría sentido, es una maga talentosa y el agregarle un poder más no sería problema.

El problema es que según mis sueños falta mucho para el día de la coronación. Una duda que también me persigue es... ¿Qué pasa cuando estoy aquí? ¿Mi cuerpo allá se queda dormido? ¿Y si alguien intenta despertarme?

Es muy difícil de explicar para mi toda esta situación, todavía hasta me parece un sueño lejano, mi mano inconscientemente va a mi cuello y como lo había notado en la ducha no hay nada, ninguna marca.

Esto es tan confuso.

Escucho la campanilla sonar, lo que significa que mi compañera ya abrió el lugar. Dejo mis cosas en el armario y me pongo en posición.

—¿Crees que el local cierre pronto? —Pregunta Estela mientras ambos estamos paradas frente al mostrador viendo la gente pasar y ninguna entrando para comprar algo.

—No digas eso, esta es mi segunda semana —Digo con nerviosismo. Aunque he terminado una carrera no veo los frutos de ello.

La vida no es como todos te dicen que será. Terminas tus estudios, vas a la universidad, luego trabajas y formas una linda familia o te conviertes en una solterona adinerada.

Siendo franca, no creía en ese ciclo convencional desde un principio. Sonaba todo muy "lindo" pero cuando iba creciendo me di cuenta de que la profesión que quería no me traería ese tipo de vida en donde iba a trabajar fácilmente teniendo un buen sueldo garantizado. Al menos en donde vivo las oportunidades laborales son escasas y hasta ahora ni siquiera una editorial ha querido trabajar conmigo debido a que los libros que empiezo no puedo terminarlos.

Así que debí buscar otras opciones laborales y una de esas fue este trabajo a medio tiempo, también estuve pensando en enseñar pero soy muy alborotada así que no sé que saldría conmigo teniendo que liderar un grupo.

Desde pequeña fui muy enérgica y me metía en problemas por ello, soy un poco tímida con gente que no conozco pero esa timidez se rompe cuando entro en confianza. Según mis hermanos digo cada tontería por minuto que no saben cómo es posible que diga tantas ocurrencias pero eso es parte de mi encanto.

Y creo que el pobre de Jasy ya se dio cuenta de eso... oh dios.

Jasy...

Recuesto mis codos en el mostrador mientras sonrío como tonta al pensar en él.

Sabía que sería guapo, vamos, lo había imaginado en mi cabeza de tantas formas pero jamás pensé que sería mucho más hermoso de lo que imaginaba.

Siento hasta ahora ese nudo en la garganta al recordar cuando lo vi por primera de pie frente a mí. El alivio que recorrió mi cuerpo fue tan grande que mis piernas no me respondieron y las lágrimas corrieron por mi rostro como cataratas sin remedio.

Me asusta el pensar que algo pueda pasarle nuevamente así que daré todo lo mejor de mí para ayudarlo.

—Un sándwich de atún, Ara —Salgo de mi ensimismamiento.

—¡Voy!

Luego de eso vinieron unos clientes más y cerca de la hora una cabellera rojiza se asoma por la puerta con un uniforme escolar azul marino.

—¡Arami! ¡Arami! —Salgo de detrás del mostrador para acercarme a ella y callarla antes de que comience a parlotear demás—. ¡Explícame cómo es que vas a escribir...