Capítulo 7 - Elemento de Invierno
—¿Ya tienes una idea de cómo continuar la historia?
Dejo caer mi cabeza contra el escritorio
—¿Por qué Mire le dio el trabajo a una escritora novata como yo?
Me rindo. No sé por dónde comenzar, la idea está allí pero mis manos no parecen cooperar. Cada vez que mis manos presionan las teclas me quedo en blanco como la hoja de documento que tengo en frente.
—Fuerza y fe —Vero palmea mi espalda—. Tal vez solo debes esperar a que la historia avance más para comenzar con la escritura. Un libro no se escribe de la noche a la mañana, los lectores deberán comprenderlo.
Soy una lectora así que entiendo perfectamente lo que es esperar una continuación. Me siento mejor en la silla y volteo hacia ella que va caminando hasta llegar a mi cama, se lanza en ella como si estuviese en su casa para luego observarme.
—Puedes dormirte —Le digo cuando veo que sus ojos comienzan a cerrarse. Al final su madre le dejo quedarse a dormir aquí, mañana tiene que ir a clases así que no quiero que se desvele.
—¿Bromeas? —Pregunta —. No pienso dormirme hasta que lo hagas tú ¿Sabes lo mucho que me preocupe cuando me contaste que tú alma abandona tu cuerpo?
Volteo nuevamente al documento en blanco pero con un suspiro abandonando mis labios apago la computadora. Este ha sido mi problema a lo largo de los años, no puedo escribir nada. Antes lo hacia con una facilidad que hasta daba miedo pero mientras más años iban pasando me volvía quisquillosa con cada cosa que escribía. Los cuentos que escribía para la pequeña Mabel era lo único de lo que me sentía segura porque cada uno de ellos le encantan pero ahora que lo pienso hasta he dejado de escribir para ella.
Hablando del diablo... unos pasitos resuenan fuera de la habitación y la puerta es abierta.
—Señorita ¿Qué dijimos de abrir la puerta sin tocar?
—¡Mabel! —Chilla Veronica—. Ven aquí y cuéntame sobre las conquistas que hiciste la semana pasada —Niego con la cabeza con "conquistas" se refiere a los hombres que selecciona como candidatos para mi hermana.
—Nada —Comenta la pequeña yendo directo a mi cama. Ruedo los ojos, mi cama es como un sofá para la gente que viene a está casa—, quiero un papi.
Un suspiro abandona mis labios y voy junto a ellas para cambiar de tema no quiero que mi sobrina se ponga a llorar.
—¿Qué les parece comer un poco de helado antes de ir a dormir?
Eso llama la atención de Mabel la cual se levanta de inmediato para darme un abrazo.
—Eres la mejor tita. ¡De lima!
—¡Fresa, por favor!
—Vayan a la sala mientras voy por los helados.
Me pongo un abrigo mientras salgo del departamento, al subir al ascensor me fijo en la hora, son las nueve así que sigue siendo temprano. Mabel tiene un horario para ir a la cama pero como mañana no tiene clases voy a consentirla un poco, de camino a la tienda me pregunto que estará haciendo Jasy en su reino ¿Estará pensando en mi? Me río de solo pensarlo, por andar de distraída tropiezo con mis propios pies, por suerte nadie me estaba mirando, carraspeo y voy directo a la Tienda. Agarro seis helados, solo uno de limón y fresa los demás de chocolate porque sé que uno de mis hermanos hará acto de presencia en breve.
Vuelvo al departamento con la bolsa en mano sonriendo tontamente al pensar en mi rey de Araro'y. Me siento triste solo pensando en que jamás en la vida conoceré a alguien como él en la vida real, pero al menos debería ser agradecida con la vida por darme la oportunidad de respirar el mismo aire que él en mis sueños.
Al entrar a casa dejo las llaves colgadas y ahí me percato que en la sala tenemos un invitado.
Josue no es nada discreto en cuanto a sus sentimientos se tratan creo que no soy nadie para juzgarlo ya que esa es mi maldición igual que la suya. Le gusta verónica, lo supe desde la primera vez que los vi juntos cuando ella vino a casa, la forma en la cuál él la observa sigue dándome escalofríos, sus ojos hasta creo que brillaron y lanzaron corazones.
Obviamente mi amiga también es conciente de que él esta enamorado de ella pero según ella no tiene interés en mi hermano así que no puedo hacer nada al respecto.
¿Hay algún tipo de maldición en está familia para que nos gusten personas inalcanzables?
—Josue ¿No que estabas estudiando?
—Ya termine —Dice con la mirada fija en Vero, la cuál está cambiando de canal de forma distraída—. María se llevo a Mabel en la cama, tienes suerte que no le dije lo del helado ¿Azúcar a un niño a estás horas?
Le lanzo uno de los helados de chocolate, lo atrapa justo antes de que caiga, le lanzo el otro a Vero quien lo atrapa sin siquiera mirarme.
—Le guardaré su helado en la nevera para que lo tomé mañana.
Mis párpados pesan demasiado, así que sin decir nada, guardo las sobras en la nevera y me dirijo a mi cuarto. Decido no llamar la atención, no quiero interrumpirlos. Después de cepillarme los dientes, me recuesto en la cama y, en menos de un minuto caigo profundamente dormida.
Mis ojos se abren de golpe y al ver los pedazos de tela de la cama sé que estoy de vuelta al mundo del libro. Me siento en la cama observando mis brazos y cuerpo, no tengo nada raro así que pase una noche tranquila en este mundo, me levanto de la cama y con los pies descalzos voy dando saltitos hasta el baño.
Estar en este mundo me pone de buen humor ¿Qué debería vestir hoy para ver al Rey de mi corazón? Detengo mis saltos cuando veo una caja cuadrada azul con listón dorado sobre el tocador ¿Qué es eso?
Desato la cinta con cuidado abriendo la caja, al ver su interior suelto la tapa llevando ambas manos hasta mi boca ¿Esto es lo que creo que es? Con mucho cuidado saco el vestido de la caja ¡Es el uniforme de los magos! Por supuesto, recuerdo bien la descripción del libro.
Es un vestido que por su diseño asimétrico, creo que me llegará justo por debajo de los muslos en un lado y hasta las rodillas en el otro. La falda se divide en dos... el lado izquierdo es más corto, mientras que el derecho cae con elegancia. Ambos extremos están unidos por pequeños broches dorados con forma de copos de nieve que parecen estar hechos de oro. Tiene mangas largas, y el diseño también está dividido en dos: el lado derecho está decorado con delicados dibujos azules y dorados. Sobre el pecho destaca el mismo sello que vi en las armaduras de los guardias... Oh, Dios, es tan hermoso.