Permíteme cambiar el final de la historia.

Capítulo 12.

Capítulo 12 - Un mundo diferente

―¿Este es uno de los portales, verdad?

Jasy asiente con la cabeza. Es tal y como lo describe el libro, dos columnas de piedra que parecen tallada a mano con símbolos antiguos serpentean en espirales hasta la cima. A simple vista parecen ruinas olvidadas pero si pasas entre ellas sin autorización, no irás a ningún lado. Solo los pases y el rey de cada reino pueden activarlo.

Vuelvo en mí cuando siento que toman mi mano. Volteo hacia él, pero el hombre parece completamente ajeno al estremecimiento que su tacto provoca en cada rincón de mi cuerpo. Verlo de perfil es como presenciar una pintura antigua hecha con trazos firmes, sus facciones marcadas, la expresión severa que parece un ceño fruncido permanente... y aun así sostiene mi mano con una suavidad que no esperaba.

Con las mejillas ardiendo, obligo a mi mirada a volver al portal. Jasy levanta la mano derecha y con un movimiento sutil algo cambia. El aire vibra y una luz comienza a formarse entre las columnas. Es del color de sus ojos, un azul cielo profundo que se arremolina como si fuera agua contenida en un cristal invisible. No me da tiempo para asimilarlo. En un abrir y cerrar de ojos me jala con él hacia adentro.

Cierro los ojos sintiendo cómo el aire cambia a mí alrededor. Hay un aroma peculiar una mezcla de hierba húmeda, leña y algo dulce que no logro identificar, es raro porque no creo haber olido algo similar en mi vida pero puedo decir con certeza que no se parece en nada al reino de Araro'y.

Cuando abro los ojos, me suelto del agarre del rey y camino asombrada. Este mundo parece sacado de un cuento antiguo. Las calles son de piedra y los edificios con tejados inclinados y ventanas luminosas se alzan en diferentes niveles. A lo lejos veo una torre con un reloj de engranajes que resplandece bajo un cielo ya oscuro.

Antes de que pueda seguir explorando, Jasy vuelve a tomar mi mano.

—¿Otra vez? —Pregunto con una sonrisa.

No es la primera vez que lo hace y en vez de asustarme la sensación me resulta divertida es como caer en un sueño y despertar en otro lugar.

Un parpadeo y ya no estamos en la ciudad. El aire cambia de nuevo y esta vez el olor a piedra fría me envuelve. Frente a mí hay un castillo con torres altas y balcones adornados. El anuncio de la coronación se llevará a cabo aquí ya que debe ser oficial frente a su reino pasamos los portones y puedo ver que hay gente siguiendo el sendero hacia el castillo... nosotros no lo haremos, nuestra misión ahora es que él encuentre a Yeruti. Terminamos separándonos de Matias quien es mandado adentro para vigilar lo que sucede.

Jasy suelta mi mano parece recién haberse percatado de que no lo había hecho antes y comienza a caminar sin decir nada. Su postura es firme propia de un rey... Me apresuro a seguirlo como puedo ya que sus pasos son largos.

—Podrías advertirme antes de teletransportarnos —Digo tratando de sacar un tema de conversación mientras vamos al jardín.

—No veo la necesidad —Responde sin mirarme.

Ese tono frío e impenetrable no debería afectarme, pero lo hace. No es justo que alguien con ese rostro tan hermoso sea tan distante. Aunque en realidad ya no me sorprende. Conozco bien a Jasy como lo he leído tantas veces siento que su mente es un laberinto en el que puedo moverme con facilidad. Cruzamos los pasillos adornados de enramadas hasta que finalmente llegamos a uno de los jardines. Es enorme con senderos de piedra blanca que se pierden entre rosales y fuentes.

Me detengo en medio del sendero.

—Este lugar es increíble... —Susurro.

Jasy no responde. Cuando abro los ojos lo encuentro mirándome de reojo, como si intentara entender algo que ni él mismo comprende. Aclarándome la garganta le señalo la fuente.

―Yeruti estará aquí dentro de un rato como te había dicho. Solo tienes que hacer lo que te dije mientras yo voy por ahí...

―¿A dónde vas?

A buscar a tu hermano.

―Por allí, no te preocupes por mí no iré lejos solo que no puedo aparecer cuando ella lo hace... solo tú puedes hablar con ella.

No lo dejo responder le hago una seña para que vaya hasta la fuente y con los brazos cruzados va en esa dirección. Ni siquiera me despido antes de comenzar a caminar en dirección contraria, sé donde está el Rey Kuarahy, el invernadero está cerca de aquí. Debo llegar antes de que se marche del lugar no puedo dejarlo intervenir entre el encuentro de esos dos.

Una parte de mi me regaña por hacer de cupido siendo que Jasy es mi amor platónico pero no puedo hacer nada al respecto. Mire quiere la historia termine bien, así que cambiemos las cosas aquí y luego en el mundo real ya conseguiré inspiración para continuar el libro. Luego de un rato por fin veo el invernadero.

El rey de Arahaku debe estar ahí dentro, al contrario a Jasy el mostraba una calidez y amabilidad a simple vista según lo relatado en la novela. Kuarahy es un rey atento, aunque al hablar con sus hermanos era diferente creo que esa faceta solo puede verla su gente. Asomo la cabeza entre las puertas y puedo verlo entre las flores, está observando las rosas y la vista que me regala de este lugar es encantadora, es apuesto, lo sabía muy bien pero verlo con ese traje blanco con detalles dorados lo hace parecer un ángel. Creo que elegancia es quedarse corto al hablar del aura que transmite con solo observar esas flores. Niego con la cabeza y me apresuro a esconderme detrás de uno de los arbustos. Agachada pienso como debería presentarme ante él, y como retenerlo aquí más tiempo para que no vaya a molestar a Yeruti y... Jasy.

―¿No ensuciaras tu vestido estando allí escondida?

―No ―Niego con la cabeza―, este lugar parece tan limpio que... ―Pego un respingo que me hace caer al suelo. Sentada y con el trasero adolorido veo a la persona que está frente a mi―. ¿Pero cómo..?

Con una media sonrisa me extiende su mano.



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En el texto hay: magos, reyes, arajere

Editado: 27.05.2025

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