Pero Que Me Quedes Tu

CAPITULO 4

ESMERALDA…

Durante todo el camino Ulises no dice ninguna palabra, solamente conduce con una mano puesta en el volante y otra en la palanca, sin emitir ninguna palabra, al contrario yo, estaba apunto de morirme ahogada con una bocanada de aire que necesitaban mis pulmones, mientras el estaba de lo mas tranquilo.

 

ULISES…

Noce porque razón, una desconocida me pone asi, como si fuera la única mujer en el mundo, trato de controlarme y de no mirarla, las manos me sudan, quizás se ponga nerviosa si le digo algo, se ve que esta relajada mirando por la ventana.

 

ESMERALDA…

 

Hasta que por fin miro que vamos ah llegar, estaba algo ansiosa de buscar mis cosas y regresar rápido a casa.

 

_ Bien, por fin llegamos. Exclamo mirando bien donde estacionarse, era un lugar algo solo, estaba al frente de nosotros muchos galpones y una gran área en donde estaban muchos autos el dia de ayer, pero esta vez no había nada, asi que eso me ponía mas nerviosa.

 

_ Bien, quédate aquí mientras busco tus cosas. Eso me cayó como un balde de agua fría, no quería quedarme sola en ese lugar.

 

_ No, no, no, voy contigo. Asi que tome sin darme de cuenta su brazo antes de cerrar la puerta, el se sorprendió y se quedo mirando.

 

_ No te va a pasar nada, solo será un momento. Asi que solté lentamente su brazo y cerro la puerta, me quede mirando fijamente a donde estaba entrando, hasta que se perdió de mi vista.

 

SE NOTA QUE ULISES HACE EJERCICIO, TIENE BUEN CUERPO (A veces mi conciencia suele ser algo atrevida)

 

_ Mejor cállate, no estoy de chistes por ahora, siento que algo me mira horrible.

 

PUES TIENES TODA LA RAZON, MIRA HACIA TU IZQUIERDA ESME…

Era el viejo abusador de ayer, el cual estaba mirándome, y venia hacia aca, abrió la puerta rápidamente sin darme de cuenta ya estaba sentado del lado del conductor.

 

_ Hola Princesita, tu y yo tenemos algo pendiente mi reina, me recuerdas. Los pelos se me pusieron de punta, mientras que el muy asqueroso me miraba de arriba abajo.

 

_ no se atreva a ponerme una mano encima. Trate de abrir la puerta, pero al intentarlo, me tomo del brazo fuertemente, y me empujo hacia el, quedando frente a frente.

 

_ Óyeme una cosa preciosa, cuando me gusta una niña divina como tu, la hago mia, me entendiste, asi que tu y yo vamos arreglar cuentas. Saco un arma de su pantalón y me apunto con ella, yo abrí mis ojos como platos, parecía que mi corazón se me iba a salir.

 

De pronto, se escucho salir el seguro de una pistola, pero no era la del asqueroso viejo, sino la de Ulises que apuntaba la cabeza del morboso.

 

_ Dudo mucho que la hagas tuya Gabino, asi que anda quitando tus asquerosas manos de ella, y saca tu horrible trasero de mi auto, mira que no quiero ensuciarlo con tu putrefacta sangre, asi que lárgate.

 

SENTI PAZ… El viejo no paraba de mirarme, y poco a poco soltó mi brazo, y bajo del auto, esta muerta del miedo, y la cara de Ulises no era para nada agradable.

 

_ Espero que no se vuelva a repetir. Bajo el alma y lo miro frente a frente.

 

_ Y espero que no la traigas mas por aca Ulises, ya sabes como soy con las mujeres. El muy idiota no dejaba de mirarme.

 

_ Yo traigo a quien a mi me de la gana, entendiste. La respiración de Ulises aumento más de lo normal.

 

_ Se nota que te gusta esta perra…. No había de terminado de hablar cuando Ulises lo pego fuerte mente contra el auto, colocando su brazo en el cuello.

 

_ Que parte de tu diminuto cerebro no entiende que ella no es una maldita perra con las que tú te revuelcas.

 

Baje rápidamente del auto y lo jale por la cintura, el viejo estaba ya morado, creía que lo iba a matar.

_ Ulises vamos si, no vale la pena, vamos. Asi que me miro de reojo y lo soltó. Nos montamos rápidamente en el auto y el arranco bruscamente, mi corazón se iba a salir.

El silencio volvió a invadir el auto, me mire el brazo y aun tenia los dedos marcados de ese hombre, trataba de esconderlo.

 

_ Te encuentras bien. Pregunto de forma sorpresiva.

 

_ Si estoy bien, y tú. Por fin voltee a mirarlo de frente, suspiro y me dijo

 

_ Si. Solo asenté con la cabeza y seguí mirando al frente.

 

_ T e gusta el mar. Pregunto.

 

_ Si, pero hace mucho que no lo veo.

 

_ Te gustaría verlo ahora mismo. Volteo a mirarme con sus ojos color miel.

 

_ Si porque no. Asi que cruzo y cambio de dirección. ESTABA LOCAAAAAA.




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