Natalia
Los labios de Damon se mueven sobre los míos causando que mi pulso se acelere cada vez más, no negaré que he soñado con esto más de una vez, pero sentirlo es completamente distinto y mucho más excitante, una de sus manos aprieta con fuerza mi muslo para luego subir por este, debo detenerlo, sé que es lo que debo hacer, pero no puedo dejar de besarlo, jamás he sentido un deseo tan intenso como el que estoy sintiendo. Luke se queja en la parte de atrás y Damon se separa de mi, abro los ojos de golpe y miro hacia el pequeño, sigue dormido, Damon me mira y nuestras miradas se encuentran, parece confundido y rápido vuelve a acomodarse en su asiento y a arrancar el auto sin decir ni una palabra.
—No sé que pasó —digo rompiendo el silencio, pero cuando él ríe lo miro
—Me deseas, eso pasa —mi ceja se alza
—Tú fuiste quien me besó —él se detiene frente a la casa y me mira
—Eres guapa, sexi y estás muy buena Natalia —sé ahora que mis mejillas están rojas —y soy hombre, me deseas, eso se nota, además, viviremos juntos, estaremos casados dentro de poco, seamos sinceros, es normal si tenemos sexo.
—Me estás diciendo que
—Que si quieres yo no voy a negarme a satisfacerte —mi boca se abre, pero no logro decir nada —porque es obvio que no podrás estar con ningún otro hombre —él baja de su auto, yo rápido hago lo mismo
—¿Y tú qué? —me mira —tampoco podrás estar con otras mujeres? —él ríe tomando a Luke en sus brazos
—Natalia dije que no podías hacerlo, pero también dije que soy hombre —camina hacia la casa, comienzo a seguirlo sin saber bien qué parte es la que me enoja de todo esto, Damon entra a la habitación del pequeño.
—¿Eso quiere decir que no me serás fiel? —cuestiono mirando como con cuidado deja a Luke en su cama, él me mira
—Ni tu esposo te fue fiel —sus palabras son hirientes, pero no demuestro lo mucho que me duelen —por algo sería ¿no? —enarca una ceja acercándose más a mí —y crees que yo? Que tengo a la mujer que quiero en mi cama te seré fiel? —él ríe —no seas tonta Natalia, si tenemos sexo en algún momento solo es para complacer tus deseos —su mano toca mi mejilla, pero me alejo rápido de su toque.
—Vete al infierno Damon —él solo sonríe.
—Ten buena noche Natalia —no lo miro cuando camina hacia la salida, mis ojos se llenan de lágrimas sintiendo mucha rabia.
Salgo de la ducha y me miro en el espejo, las palabras de Damon siguen dando vueltas en mi cabeza, ¿acaso hice algo mal para que James me fuera infiel? ¿Es mi culpa? ¿En qué fallé? Las lágrimas vuelven a asomarse mientras acaricio mi vientre, yo voy hacia la cama en donde encuentro los documentos del divorcio, miro la mano en donde debía estar mi alianza, sé que Damon la quitó de mi dedo, miro hacia todos lados, ¿por qué sigo aquí cuando no todo está perdido? Tomo el bolígrafo que hay sobre la cama y salgo de la habitación, miro hacia todos lados, sonrío al no ver a nadie y camino rápido, voy a huir de aquí, pero al pasar por la habitación de Damon me detengo en seco, la puerta está entreabierta y las luces encendidas, pero eso no es lo que llama mi atención, sino los gemidos que salen de ahí, me acerco más con el corazón latiendo a mil y miro, Damon está sobre la cama y hay una chica con él, chica que conozco, es una empleada, mis ojos recorren el cuerpo desnudo de Damon por completo y aunque sé que debo dejar de mirar lo sigo haciendo, siento asco, pero a la vez envidia de no ser yo quien esté ahí. Mi mirada viaja a su rostro y mis ojos terminan en los de él, me tenso por completo porque este está mirándome a mí mientras la chica sigue gimiendo, Damon sonríe y yo solo retrocedo llevando una mano a mi pecho.
—¿Te gusta mirar? —abro mis ojos de golpe, él está frente a mí, con su pecho desnudo, pero esta vez trae un pantalón puesto —menuda sorpresa —ríe pegándose más a mi cuerpo
—Déjame ir —pido cuando no logro alejarme
—¿Quieres ser tú quien esté ahí? —su cabeza se esconde en mi cuello y suspiro —Natalia, vi el deseo en tus ojos, lo sentí en ese beso y ahora, lo estoy oliendo —besa con suavidad mi cuello, ya hasta olvidé por qué estaba aquí.
—Déjame
—¿Eso quieres o quieres algo más? —interroga en mi oído —solo debes pedirlo y te haré gemir como mismo lo haces cuando sueñas conmigo, pero esta vez vas a decir mi nombre despierta —mis ojos se abren, ¿me ha escuchado? El maldito sabe que sueño con él.
—¿Sabes que quiero Damon? —él mira mis ojos sonriendo mientras una de mis manos toca su pecho —quiero irme de aquí —no lo pienso mucho y lo ataco con el bolígrafo que traía en mi mano, el cual entierro en su hombro, salgo corriendo rápido sin saber si le hice mucho daño o no y arrepintiéndome enseguida de lo que acabo de hacer porque no quiero matarle, pero tampoco quiero seguir aquí, puedo escuchar gritos cuando salgo de la casa y corro hacia los árboles, tropiezo y caigo al suelo causando daño en mis rodillas, cuando intento ponerme de pie otra vez siento un fuerte golpe en mi rostro que me manda al suelo.
—¿A dónde huías? —cuestiona el hombre que acaba de golpearme y me toma con fuerza del cabello, él ríe, yo siento la sangre salir de la herida en mi frente —tan linda —me acerca más a él —quizás debería divertirme un poco contigo maldita antes de llevarte ante el jefe —yo niego viendo algo borroso y él vuelve a golpear con fuerza mi rostro, caigo al suelo sintiendo el sabor de la sangre en mi boca y las ganas de vomitar se apoderan de mí, escucho un disparo, mis ojos se cierran y dejo de sentir.