Pero te conocí

Capítulo: 12

Natalia

Abro los ojos cuando Damon me deja en el suelo, miro a mi alrededor dándome cuenta de que estoy en su habitación, él camina hacia el baño y segundos después vuelve hacia mí, sonríe llevando sus manos a mi rostro para luego acercarse más a mi cuerpo, me estremezco por completo por su toque.

—¿Qué haces? —cuestiono confusa cuando el vestido que traía cae al suelo, intento cubrir mi cuerpo, pero él me lo impide.

—Dije que serias tratada como una reina —una de sus manos acaricia mi rostro —ven conmigo —toma mi mano y camino detrás de él, al entrar al baño veo la bañera y sé lo que hará, Damon mira mis ojos —entra —no lo pienso mucho y eso hago aunque mi rapidez solo sea porque estoy desnuda frente a él.

—Podrías dejarme sola —digo al sentir sus manos en mis hombros, suspiro cuando comienza a darme un masaje en estos.

—Yo seré quien limpie tu cuerpo —su voz en mi oído hace que toda mi piel se erice, sus manos ahora acarician mis brazos con cuidado —luego vas a cenar algo

—No tengo hambre, solo quiero dormir —murmuro abriendo los ojos, ya que solo recuerdo lo que pasó si cierro estos

—Debes comer, tienes un bebé que alimentar —me tenso cuando una de sus manos acaricia mi vientre —luego iremos a ver a tu esposo —lo miro solo para que nuestros rostros queden a centímetros de distancia —vas a decirle que ya no quieres seguir casada con él y luego de eso nos casaremos.

—Quiero hablar con James a solas —pido sin apartar la mirada

—¿Y podrás hacerlo sin caer en sus mentiras? —asiento con lentitud —entonces te daré un voto de confianza Natalia, no me falles esta vez.

—Gracias —él sonríe al escucharme, respiro hondo cuando besa mi frente, sus manos siguen moviéndose por mi cuerpo y aunque no hay ninguna otra intensión que no sea limpiar mi cuerpo, el deseo que siento es indescriptible, ¿se dará Damon cuenta de ello? Espero que no aunque por la forma en que sonríe no estoy ya muy segura de ello.

Me levanto de la cama y tomo rápido algo para vestirme, la noche fue demasiado larga, prácticamente no pude dormir nada teniendo pesadillas con lo sucedido, además de que Damon quiso que comiera y lo único que eso provocó fue que pasara toda la noche con náuseas, miro mis manos y solo recuerdo cuando apreté ese gatillo, no debí hacerlo, ahora soy una asesina, miro el lugar en el que estoy, una lujosa habitación, cuando la puerta se abre miro hacia esta, ahí está Damon con una bandeja en la mano repleta de comida.

—Traje el desayuno —deja esta sobre la cama, las ganas de vomitar vuelven a mí —come algo que debemos salir, irás al despacho de tu esposo y vas a hacer que firme el divorcio.

—Damon

—Ven, quiero darte de comer —me acerco a este, no mentía al decir que me trataría como una reina y es muy lindo de su parte aunque eso no quita todo lo que me ha hecho pasar y no es esto lo que quiero.

—¿Sabes que veo cuando cierro los ojos? —él me mira —lo veo a él Damon, muerto en el suelo y a mí con un arma

—Es normal, es tu primer muerto Natalia, ya luego te vas a acostumbrar

—¡No me voy a acostumbrar! —alzo la voz sin dejar de mirarlo —no nací para vivir aquí, no nací para matar

—Natalia come algo

—¿Y sabes que veo cuando miro la comida? —me acerco más a él —¡veo ratas! Damon, siento asco, no quiero ser tratada como una reina —lanzo la bandeja al suelo haciendo que toda la comida caiga por este y todo bajo la atenta mirada de Damon —quiero irme de aquí, quiero volver a mi casa —yo caigo arrodillada al suelo viendo borroso por las lágrimas —no aguanto un maldito segundo más, quiero irme de aquí, volver a mi vida, a mi trabajo, con mis amigos.

—Para que eso pase debe morir uno de los dos Natalia —él toma mi mentón haciendo que mis ojos se encuentren con los suyos —solo cuando uno de los dos muera serás libre —Damon me suelta y se pone de pie —cuando tengas hambre come del suelo a ver si así aprendes modales —él arregla su traje y simplemente sale de la habitación, me vengaré, algún día lo haré.

Bajo del auto y camino hacia el edificio en donde trabaja James, puedo sentir la mirada de Damon sobre mí, yo llevo una mano al colgante que me ha puesto antes de dejarme salir del auto, estoy segura de que es un micrófono, maldito. Saludo a todos en el edificio y entonces me detengo frente al despacho de James, tomo aire varias veces para entonces entrar.

—Que bueno que llegas, debemos ha...—James se calla cuando voltea y me ve a mí, no sé a quien esperaba, pero tampoco importa, siento demasiadas cosas al verle aunque todo lo bueno queda opacado por la imagen de él con otra que llega hasta mí, James da par de pasos y se detiene —Nati —sonríe entonces y viene hacia mí, cuando me abraza queda claro que mis padres no le han dicho nada —joder te echaba de menos —me besa en los labios con suavidad —¿por qué demonios no me atendías las llamadas? ¿En dónde estabas? ¿Sabes lo preocupado que he estado? —me alejo de su toque o seré incapaz de decir algo

—¿Preocupado? 

—Si, te esperaba hace días Natalia, no respondes mis llamadas ni mensajes y tus padres ni tus amigos me dijeron en donde estabas, he estado volviéndome loco —lleva una mano a su boca —Nat te llevaste las cosas de la casa sin dar una explicación —habla con profunda tristeza

—James solo estoy aquí para pedirte el divorcio —camino hacia él y le extiendo los documentos que traía en la mano —ya no quiero seguir casada contigo

—Nati hablemos ¿sí? No puedes pedirme esto sin hablar

—Las palabras sobran James, sé que me eres infiel —el color de su rostro desaparece

—Natalia no sé quien te dijo eso, pero es mentira mi amor, yo te amo —suelto una carcajada al escucharlo

—nadie me dijo nada James, te vi —sus ojos se abren en demasía —¿recuerdas el día de nuestro aniversario? —me acerco un poco a él —fui a la casa, quería darte una sorpresa y te vi con otra mujer



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En el texto hay: mafia, amor, embarazo

Editado: 07.05.2024

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