Abril Whiten

Mi vida no puede ser más perfecta. Podría declararme la mujer más feliz de este mundo. Hace tanto que no he vuelto estar triste. Ya todo lo tengo, ya que no me hace falta nada más.

Tengo la mejor familia que pudiese desear. Tengo un esposo, con él he pasado grandes aventuras y a pesar de las peleas, no me arrepiento de estar con él. Su nombre es John.

Estábamos tan enamorados, que fuimos novios tan sólo 6 meses antes de casarnos. De verdad somos la pareja perfecta. Lo cierto es que tenemos muchas cosas que no cuadran, pero como dicen por ahí: "Pareja dispareja".

Tengo una hija llamada Brenda. Ella es mi única hija al menos, hace poco... Tenía otra hija llamada Christine. Ella era la mayor y era la más inteligente de la familia. Era divertida y le encantaba lo extremo.

Un día, fuimos de excursión la familia completa a excepción de Brenda, ya que ella en ese entonces era muy pequeña como para ir. La excursión era de escalada.

Como a Christine le encantaba lo extremo, estaba feliz de estar ahí, hasta que... pasó algo terrible...

...Ya estábamos muy alto, como a 100 metros del suelo, cuando nos percatamos de que la cuerda que sostenía a Christine no era del todo resistente, así que la cuerda comenzó a cortarse poco a poco hasta romperse por completo...

...Pude ver como Christine cayó, gritando, sin que yo pudiera hacer algo para así tratar de evitarlo...

...Pude ver como cayó su cabeza fuertemente contra el piso, pero volteé antes de poder ver el cadáver de mi hija lleno de sangre.

Por obvias razones, Brenda no recuerda a Christine, pero siempre le cuento sobre algunas aventuras que tuvimos con su difunta hermana Christine.

Es por este suceso, que soy sobreprotectora con Brenda, ya que no quiero que le pase lo mismo que a Christine.

Trabajo en una compañía llamada Power Woman, una compañía de ropa para mujeres. Es muy famosa y tiene varias sucursales en el mundo, ingresa mucho dinero y la verdad es que nos alcanza para todas nuestras necesidades y aún más objetos.

Mi superior es Wendy Reinolds, la fundadora de la compañía, la que más gana dinero en ella. Mi compañera es Lara Craford. Nosotros fuimos las primeras empleadas de la Señora Reinolds.

Recuerdo perfectamente qué hace aproximadamente un año no éramos tan conocidos y no ganábamos tanto dinero, la verdad es que no nos alcanzaba para ni siquiera nuestras necesidades básicas.

Hasta que de un día para otro los ingresos aumentaron desmedidamente, lo que hizo que pudiéramos comprar cualquier servicio que pudieras desear.

Lara y yo somos como las secretarias de la Señora Reinolds, ella es exigente y lo cierto es que se toma su trabajo muy en serio; mientras que nosotras, solo lo tomamos como un pasatiempo, una salida de amigas, nada más que eso.

Lara no tiene la misma suerte que yo. Ella está sola y la verdad es que la veo triste muchos días, pobre.

Noté que la Señora Reinolds se fue antes de tiempo, aproximadamente 2 horas antes de su hora de salida. Eso me desconcertó un poco, pero a seguí con mi trabajo.

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Mi trabajo ha concluido. Ya hice todas mis tareas, ya hice feliz a la Señora Reinolds y ya todo está listo para el día siguiente. Así que regreso a mi casa caminando casi como si estuviese saltando.

Llego a casa, ya muy entrada la noche, abro la puerta y hay tanto silencio que parece no haber nadie. Subo las escaleras y entro a la habitación de Brenda. Está frente al ordenador con los ojos más que abiertos, así que no creo que vaya a hacer nada que no sea estar al pendiente de la pantalla. Le pregunto qué tal le fue en su día, pero ella... está tan metida en la computadora que no me responde. Como ella se comporta muy bien siempre, decido dejarla así.

Me voy a dormir. Mi esposo ya se había dormido y ya estaba en la etapa más profunda del sueño.

En la noche —toda la noche— se escuchaban ruidos de Brenda riendo. No sé qué habrá sido, pero seguramente, era que ella era sonámbula o hablaba dormida; sin embargo, nunca había hecho esto antes. Más tarde supe que ese hecho tendría una explicación más aterradora.

Llega el alba, me despierto fácilmente como todos los días gracias a mi entusiasmo. Inmediatamente me dirijo a la habitación de Brenda para ver lo que ocurría en la noche. Al llegar, me encuentro con que ella estaba frente al ordenador en la misma posición que ayer. A esto no le tomé mucha importancia, tal vez sería una página para niños o algo por el estilo; ya que ella tenía tan solo 8 años.

Voy al trabajo caminando como todos los días. Llego y la Señora Reinolds estaba... triste y molesta a la vez. Yo no sé qué haya sucedido, así que —cómo buena empleada que soy— voy a preguntarle lo que sucedió y ayudarla con sus problemas.

Llego a su oficina, me acerco a su escritorio y le pregunto la razón de sus emociones. Responde después de unos segundos de silencio: "Ayer fue el aniversario de mi esposo y yo... seguro notaste que me fui temprano... la razón fue que iba a ver a mi esposo y pasar una noche increíble, pero todo se derrumbó al llegar... Lo vi besándose con otra mujer".

Al escuchar lo que le sucedió, me empaticé con ella, le recomendé discutir con su esposo y si era necesario, divorciarse de él; pero que no se precipitara con sus decisiones demasiado. Ella me agradeció y regresé a mi oficina.

La siguiente semana fue muy normal y feliz: iba al trabajo todos los días y era muy alegre, ¡así soy yo! Sin embargo, lo más extraño de todo es que mi hija seguía todos los días en su ordenador, sólo con la atención centrada en la pantalla del dispositivo.

Por la extraña condición de mi hija de estar todo el día en el ordenador, decidí ir a ver lo que sucedía en su pantalla al regresar del trabajo.

Llegué a mi casa corriendo, ansiosa de ver la pantalla del dispositivo de Brenda.

Arribé a casa, subí a su habitación y entré sigilosamente. Me acerqué sin que me viera y pude leer en la parte superior de la pantalla: "PerPer.com v.3", con unas letras rojas color sangre.