Me pregunto que preferirían, una dulce mentira o una verdad que los destruirá por dentro. Y quizás la mentira sea tan perfecta que solo quisiéramos caer en la negación. Hundirnos en algo que sabemos que no es real y nunca lo será.
La vida no es siempre como quisiéramos, pero tiene ciertas pausas donde todo parece estar bien, pero esas pausas deben terminar en cualquier momento. Mira siempre la realidad que te rodea, aunque muchas veces la verdad puede ser engañosa...
Ahí estába yo, frente al chico que considere un buen amigo, escuchando como el saca la verdad de bajo de una dulce mentira.
- Lo que oíste, yo soy el otro que pretende a Amy. - las palabras de Max son claras, pero a primera instancia no podía asimilarlo.
- ¿Cómo es posible? Debe ser una mentira. - digo para convencerme. - ¡Como haces ese tipo de bromas! - exclamo.
- No es mentira, yo solía salir con ella, mucho antes que la conocieras. - dice, no comprendía como podía ser.
- ¿Pero cómo? Yo te conocí primero y luego conociste a mis amigos, incluyendo a ella. - le recalco como pasaron las cosas con un poco de irá en mi voz.
- Eso si fue una mentira. - dice sin más.
- ¿Para qué fingir que no se conocían? - pregunto queriendo comprender esto. - Será mejor que te dejes de juegos. - añado.
- Esta bien, lo diré todo. - da un suspiro. - Fue hace un año atrás que la conocí. - empieza a explicar.
- ¿Y para qué decir que no se conocían? - le cuestiono.
- Primero te diré como pasaron las cosas. - continúa él. - Cuando la conocí ella estaba sentada, sola, llorando y lamentándose por su vida, es alguien que ha pasado por mucho. -
- Como todos. - añado y lo interrumpo.
- Así es. Pero antes era distinta, completamente perdida y con una mirada vacía. Quise ayudarla y me acerque a ella, la llegue a conocer mejor que nadie. Y sin querer ella se enamoró de mi. - yo permanecía ahí de pie escuchando su explicación, pero cuanto más avanzaba, más engañado me sentía.
- Continúa. - trato que mis palabras salgan con calma, quiero saber el final de esta historia.
- Amy sabía que no sentía nada por ella. Así que me pidió un favor, más bien un deseo, me pidió que fingiera que era su novio. Y así lo hice. - concluye. No podía creer lo que escuchaba.
- ¡Como puede ser que apenas sepa esto! - exclamo con ira. - Entonces ¿Por qué fingir que no se conocen? ¿Para qué dejarme enmedio de esta cruzada? - le empiezo a cuestionar, exigiendo respuestas.
- Yo cometí el error de enamorarme de ella, eso no era parte del trato y preferí terminar con ese trato de fingir ser su novio. - Cuanto más habla, más entra en mi el deseo de golpearlo.
- Si en verdad la querías ¿Para qué terminar con ella? - pregunto.
- No era lo suficiente para ella, o eso creía, además como seguir una relación que inició como una mentira. Y después ella te conoció. - Empieza a explicar mi parte de la historia.
- Cuando te conoció, me di cuenta que se interesó en ti y tu en ella. Quería saber si eras bueno para Amy, así que me hice tu amigo, no fue coincidencia que sepa quien eras la primera vez que nos vimos. - las palabras de Max me hicieron ver que todo era un engaño, en realidad yo no tenía un amigo.
- ¡Maldición Max! Creí que eras mi amigo, solo me engañaron. Estas completamente loco, como puedes utilizar a una persona así, inmiscuirte en la vida de alguien más solo por capricho ¿Cómo puedes? - le reclamo con euforia por sus acciones.
- Perdóname, tenía que saber si eras bueno para ella. - dice, con tanta tranquilidad como si eso remediara las cosas.
- Pues disculpa si no llené tus espectativas. - digo con total ironía.
Nos miramos un instante, en silencio, como si quisiéramos descubrir en que piensa el otro. Analizando cada expresión corporal emitida por el otro, tal vez mi enojo e indignación es notorio, pero en el no se desprende nada. Una mirada vacía como si esto no le incomodara.
- ¿Por qué ahora? ¿Por qué decirme esto ahora? - le pregunto finalmente para saber sus razones para esto.
- Porque quiero recuperarla. - dice con seguridad en sus palabras, y es increíble que se atreva a decir algo así.
- Se ve que no tienes vergüenza. - digo con irá. - ¡Con que derecho dices algo así! - exclamo.
- Se que estas molesto. Adelante, gelpeame. - pone sus manos en la espalda y a cerca su rostro en señal de que le propicie un golpe.
- No lo haré Max. - digo.
- Hazlo - réplica.
- No - le repito.
- ¡Vamos hazlo! - levanta el tono de su voz.
- ¡Maldición Max no lo haré! - le grito en la cara. - Crees que eso cambiaría algo. - le reclamo.
- No, pero te hará sentir mejor. - lo que dice puede ser sierto, pero no por eso tiene razón.
- En estos momentos hay cosas más importantes de por medio, una pelea entre tu y yo no mejorará nada. Propongo que resolvamos el misterio de Tylor y después tu, Amy y yo nos sentaremos a tener una larga plática. - mis palabras fueron precisas para calmar la situación, pero también quería dejar un punto claro.
- Y espero que entiendas que tu ya no eres mi amigo. - digo y empiezo a alejarme para irme de ahí.
- Amy es mía. - alcanza a decir Max antes de que me retire por completo.
Y la verdad es que no voltee ni dije nada, solo me fui. Esas palabras dieron vueltas en mi cabeza "Amy es mía", refiriéndose a ella como si fuera un objeto. Me di cuenta que el chico que alguna vez considere mi amigo era un idiota. Me engaño y me puso en medio de un maldito triángulo amoroso. Pero claro, Amy tenía algo de culpa también, aunque en ese momento me gustaba pensar que no, que ella no tenía la culpa de nada.
La gente muchas veces miente y nos engaña, las mentiras parecen formar parte de una sociedad que se engaña así misma. Cada vez es más difícil poder confiar en alguien. Aprendí una lección muy importante después de todo, al final muchos te traicionan, y quizás es algo inevitable. Pero vendrán personas que vendrán que harán que las cosas valgan la pena.