Perspectiva de un adolescente

Capítulo 33 - Buenas noticias

Hace unos días estuve leyendo un libro, uno de esos motivacionales que te regalan con alguna revista, no les mentiré, lo leí porque no tenía nada mejor que hacer. Siempre había creído que esos libros eran basura, y solo te dicen cosas obvias que no ayudan a nadie, pero quizás me equivoque un poco.

Ese libro hablaba de las razones por las que la vida existe, de las coincidencias que hicieron que todo en nuestro alrededor sea posible. Si los planetas no estuvieran alineados como lo están, si la gravedad tuviera una fuerza distinta, si algun elemento en tabla periódica tuviera alguna otra valencian, el más mínimo cambio haría que la vida como la conocemos no existiera. Todo esto demuestra que no son solo coincidencias, fuimos minuciosamente planeados por una fuerza más allá de nuestro entendimiento.

Todos y cada uno tenemos un propósito, ya que somos un milagro por así decirlo.

(28 de abril del 2016)

Pasaron un par de semanas desde que fue el festival, mi corazón aún no sanaba después de lo que pasó. Toda posibilidad de estar con Amy se me escapo entre mis manos, y quien alguna vez fue mi mejor amigo me apuñalo por la espalda, Max se convirtió en la persona más detestable para mi, actualmente no lo podría ver, se gano a la chica que amaba a base de mentiras y manipulaciones, entre en su juego y él hizo trampa, jamás se lo perdonare.

Por otro lado Nicole y Dereck seguían pasando problemas en su relación, siempre creí que ellos son de ese tipo de parejas disparejas que podemos ver en una tragicomedia, la verdad no se como seguían juntos, lo que si se es que esto los separaba más del grupo. Cara se iría, Amy estaba con Max, en definitiva el grupo llegaba a su fin y el año escolar de igual manera.

Los exámenes finales se acercaban, ya sería la graduación de los de último año, y cuando eso pase mi hermana estaría en camino a la universidad.

Aún le ocultaba el secreto a Elizabeth, no sabía como reaccionaria al saber que el bueno en la historia es Robert y quienes han estado mintiendo es mi madre y Nathalie. Ha sido difícil ocultarlo, ya que al estar en casa con mamá y mi otra hermana recuerdo lo que le hicieron pasar a Robert, me entra irá y tristeza, hay una parte de mi que quisiera explotar y decirles todo.

Fueron tiempos duros, ni siquiera en mi casa podía estar cómodo. Recuerdo que esa noche de abril fui a pasar un rato en la casa de Robert, mi padre. Jugamos baloncesto en su patio, ya que tiene una cesta.

Yo tenía el balón mientras él me cubría, en un movimiento rápido me lo quita y logra encestar.

- Parece que te estoy ganando hijo. Tienes que mejorar o tendrás que decir que un viejo te ganó. - expresa Robert con mucha satisfacción.

- No estás tan viejo. - es cierto, pudo haber tenido casi sus cincuenta, pero aún así se lo veía bien.

Trato de encestar, pero fallo.

- Espero no me estes dejando ganar. - dice mientras toma el balón.

- No es eso, solo estoy distraído. - le respondo con algo de duda, no sabía si mencionarle lo que pienso.

- Puedes decirme lo que sucede. - trata de ser comprensivo como cualquier padre.

- ¿Crees qué esta bien no decirle a Elizabeth la verdad? - pregunte al fin. - Decirle que nuestra madre y Nathalie siempre estuvieron mintiendo, que tu en realidad fuiste una buena persona. - debía discutir esto con él, ya no sabía que hacer.

- James, si dependiera de mi se los hubiera dicho a ambos desde un principio. - responde y suelta un suspiro. - Pero eso depende de ti, has estado a su lado siempre, algo que me hubiera gustado hacer pero no fue así, tu eres el más indicado en decidir si tiene que saberlo. - comprendí lo que decía, en parte tenía razón.

- Si esto la afecta puede que no logre entrar a la universidad que quiere, y sería mi culpa. - respondo mientras veo el suelo, me pierdo en mi pensamiento pesimista, veo la peor versión de un futuro cercano.

- No creo que eso suceda. - dice con total seguridad. - Ambos son muy fuertes, puedo verlo, me gusta pensar que lo heredaron de mi. - sonreímos.

Robert tenía mucha confianza en que mi hermana soportaría saber la verdad, aunque la cayera como un balde de agua fría, no la afectaría.

- No te pido que se lo digas, pero nada me haría más feliz que saber que ella me pueda ver como el hombre que en verdad soy. Me gustaría saber que antes de que se valla tenga un buen recuerdo de mi, y quizás cuando regrese me pueda ver realmente como su padre. - sus palabras me llegaron, podía sentir su pena, su tristeza, su deseo estar con nosotros.

- Te entiendo Robert... - empiezo a hablar.

- Di me papá. - me interrumpe. Aunque ya lo veía como mi padre, aún no estaba acostumbrado a expresarlo, a decirselo, pero ya era hora.

- Claro, papá. - digo y nos damos un cálido abrazo.

La plática con Robert me hizo abrir los ojos, tenía que decirle a Elizabeth lo que sucedía, sin importar lo difícil que sea. Sabía que si se lo decia una parte de mi se sentiría liberada, tras todo lo malo que he estado pasando finalmente una luz brillaría al final del túnel, quizás lucharía por convertirnos en una familia.

Al llegar a casa busco a mi hermana, quien se encontraba en su habitación, muy feliz y saltando de alegría por toda el cuarto, me pareció extraño, toque la puerta para que notara mi presencia.

- ¡Tengo increíbles noticias! - exclama con alegoría y entusiasmo.

- ¿Qué sucede? - pregunto curioso y extrañado.

- Fui aceptada en la universidad John Hopkins en Baltimore. - revela con mucha emoción. Casi no lo podía creer.

John Hopkins es una de las universidad más prestigiadas en el país y en el mundo, el sueño de Elizabeth siempre había sido estudiar ahí. A mi en lo personal nunca me había importado en que universidad estudiar, pero ella es diferente, ella es mejor, siempre viendo muy alto.

Ella había realizado el examen para entrar y tener el privilegio de que se le otorgara una beca completa por su excelente desempeño académico. Me muestra el papel que tenía en sus manos, era la carta que le envió la universidad, al leerla pude ver por mi mismo que mi hermana fue aceptada, pero no era solo eso. La carta decía que si Elizabeth quería validar la beca tendría que empezar ya, el semestre comenzó y tenía que ir a Baltimore para que forme parte del alumnado, decía que Elizabeth no tendría que preocuparse por realizar los exámenes finales en el colegio, sus calificaciones eran suficiente para graduarse.



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En el texto hay: romace, novela juvenil, adolecentes

Editado: 27.03.2019

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