Para el final de este libro, les dare el principio de lo que deben practicar en su día a día por el resto de sus vidas, para que logren ser personas de carácter sencillo y ligero; pues nada bueno surge de tomarse todo para ustedes mismo y fragmentar su alma y su interior por algo que vean grande sin ser así.
Esta es la clave y lo que yo considero como el único cambio y el único control que podemos manejar conscientemente en nuestras vidas. ¡Lo que si podemos cambiar y lo que si podemos controlar!
Lean todos esto y compartan lo bueno que puedan ver y sacar de este pequeño relato informativo para reflexión.
"Yo en mis tiempos de juventud, tenía el hábito de que cuando me duchaba, lavaba el jabón para que no le quedará espuma, cabello y nada parecido. Viendo esto, mi abuela que era muy delicada en el aspecto de usos personales, solo se duchaba seguidamente después de mi, poruqe siendo el caso de otra persona; ella esperaba media o hasta una hora de tiempo para poder ducharse, pues sabía que yo tenía hábitos muy detallistas en cuanto al aseo personal se refería.
Un día; el de navidad para ser más preciso, todos estábamos apresurados por ducharnos, y visto que sólo teníamos un baño, había que hacer cola para cada quien utilizarlo. En la ventanilla del baño siempre se encontraban dos jabones; del mismo uso por igual, y me toca el momento de ducharme luego de mi papá para luego ser lugar de mi abuela. Cuando entró, veo unos de los jabones lleno de pelo y el otro de espuma, lave uno de ellos, me duché normalmente y después lo volví a lavar al terminal.
Mi abuela que le tocaba entrar a ducharse; entró pero se salió enseguida. Como estábamos todos apresurados por la llegada de los invitados a la cena, no le preste mucha atención y fue el turno de otra persona, lo cierto fue que mí abuela no se ducho hasta después.
...
En esos tiempos, yo también tenía el hábito de mantener mi cama estirada y no desvestida; pues me agradaba que las personas vieran que era un joven de orden y limpieza, pero mis hermanos al contrario de mí; hacían que tuviera que todas las tardes tener que volver a ordenar todo el cuarto.
Una mañana, cuando llegaban unas amigas de mi hermana; las cuales una de ella me gustaba y yo a ella, pasan y ven el cuarto desordenado y a mi en el; acabando de llegar de un partido de fútbol, lo cual provoca mala mirada en la chica a la cual yo le gustaba.
Al día siguiente, escuche por parte de mi hermana que la chica se había metido en una relación con otro chico, lo cual me sorprendió por que ya habíamos de quedado en intentar ser pareja días atrás.
Después de preguntarle a la chica el por qué de su actuación, me respondió que: yo no era lo que ella pensaba y lo que había esperado, pues era muy cochino y desordenado.
Obviamente no pregunté más, pues ya todo me había llegado a la mente, a lo cual me dije a mi mismo: que fue mi culpa; porque ese día después de llegar del partido yo me habia decido a tender la cama y ordenar el cuarto, y no lo hice por la conformidad del pensamiento...
"Para que lo ordenó si en la tarde mis hermanos lo vuelven a desordenar".
No podía culpar a nadie más.
Por qué yo había causado una mala reputación en mi; no otros. Porque a aunque le dije a mi padre y familiares que limpiarán el jabón para que no se viera desagradable; ellos no lo hacían. Porque aunque le dije a mis hermanos que no desordenarán el cuarto y lo mantuvieran limpió; ellos no lo hacían.
A causa de ellos yo cambie y empeze a hacer lo mismo que ellos; o sea que ellos me cambiaron a mi, pero no me obligaron, yo elegí cambiar. En vez de de no implantar mis buenos hábitos en quienes no podían hacerlo, y en vez de seguir yo haciéndolos aunque a ellos no les importará; no lo hice, más en cambio decidí volverme como ellos.
Quiero decir que: terceros fueron la causa de mis errores, más no los culpables; pues ellos no me obligaron, sino fue que yo elegí dejarme influenciar por ellos.
Porque yo no podía controlar el hecho que hacerlos o querer cambiarlos; pero si podía controlar el cambiar o mantenerme yo mismo. Yo pude elegir seguir lavando siempre el jabón y ordenando siempre el cuarto; más no lo hice por el hecho de agarrarme a la idea de que si los demás no cambiaban, yo no tenía porque hacerlo bien, ciertamente me aferre a algo que no podía controlar.
Y ciertamente quede ciego ante lo que estaba en mis manos poder controlar, ante seguir lavando ese jabón, ante seguir ordenando ese cuarto.
Ciertamente les relató esta historia para que vean que el control verdadero y único que pueden ustedes ejercer en sus vidas; no es otro sino que otra manera más de tener una visión diferente de cualquier cosa que se les presente, una perspectiva diferente ante lo que no puedes controlar; pero lo que sí puedes hacer para lograr el control y el cambio en algo.
Porque yo fuera mantenido mi reputación intacta de ser alguien pulcro y ordenado; pero decidí querer controlar el cambio de las personas; algo que estaba fuera de mis manos. Descuide el seguir fuerte con mis buenas creencia y hábitos; algo que si podía controlar y seguir haciendo.