El final ni se asoma cuando piensas en renunciar a las metas del año, mejorar el físico, cambiar el estilo de vida y permanecer mas tiempo fuera de casa que en un habitación umbría, a media noche te despiertas porque la acidez cotidiana no te deja tragar una sensación pasajera, con la luz del teléfono se iluminan las ideas y dejas escapar un gas de preocupación dándole vueltas a una situación nueva que sufre un patético ser hipocondriaco, lo que significa un daño en la cabeza porque sientes que no eres tú, sino una simulación del pasado programada para realizar lo mismo de siempre sin cambios sugerentes ni monólogos ocurrentes, no creo que sufras el síndrome de piloto automático, un modo inusual que busca olvidar la coherencia del presente todas las personas la padecen en ciertos momentos de su vida, un sentimiento parecido pero sin consecuencias terribles, ¿pero que ocurre cuando superas la ficción y olvidas lo que hacías antes de leer un fragmento aburrido? Quizá sea esto lo que tanto anhelas o quizás le temas a experimentar algo nuevo ya que al parecer el final jamás se acerca… jamás se muestra como vos piensas…