Estoy en el living de mi departamento tarde por la madrugada. Esta oscuro, pero veo el entorno gracias a aquella luz de luna que entra por las ventanas. El lugar es más grande, tanto living como cocina y dormitorio. Me levanto del sillón en el que estaba durmiendo hasta ese momento e intento encender la luz que estaba en un costado de la puerta del dormitorio. Presiono el botón repetidas veces, pero no hay luz. Hace calor, y deduzco que cortaron la luz por mucho consumo eléctrico. Agarro mi teléfono que estaba en el suelo al lado del sillón y busco el botón de la linterna. No tengo batería, así que me es imposible encenderla. Veo la barra principal de la pantalla, no tengo señal para mandar mensajes. En lo que pienso en que hacer, recuerdo que mi amiga Laura está en la habitación durmiendo. Fui a verla preocupado, busqué prender la luz, pero tampoco hay electricidad. Busque en medio de la oscuridad a mi amiga, pero no hay señales de ella. Un extraño presentimiento brota. Decido mirar por las ventanas si es que los vecinos tenían luz, y en efecto, sus luces estaban encendidas. El único departamento que no las tenía, era el mío.
“Algo anda mal, algo está muy mal”, pensé. Desesperado, revuelvo las cosas de la habitación para encontrar una pequeña daga para defenderme. Encuentro la misma en la mesa la cocina y presiono el botón para sacar la cuchilla, estoy dispuesto a pelear.
- ¿Dónde estás? – Pregunto enojado, tratando de confrontar al supuesto intruso. Observo en todas direcciones y me posiciono en el living para estar en la parte central del departamento. Cierro la puerta del dormitorio para estar alerta por la dirección en la que podría venir tal persona.
Desde la cocina, en medio de la oscuridad escucho la voz de Laura, preocupada por la situación. Vestía un pijama amarillo y sostenía un oso de peluche en sus manos.
- ¿Qué está pasando? – Pregunto ella.
- Hay algo raro en el departamento, es el único que no tiene luz. Creo que alguien acecha allá afuera, y quiere hacer daño. – la tome de las manos y la lleve a sentarse en el sillón mientras yo hacia la retaguardia.
- Vos también lo sentiste. Justo mi papa me comentó que ha mandado a alguien de confianza para llevarme a casa. – Extiende su celular para mostrarme los mensajes.
Pienso que es bueno, ella debía irse, corría mucho peligro estando entre estas cuatro paredes. Sin embargo, eso mismo me aterra. Si ella se va, quedaría solo a la espera de este sujeto. Los minutos avanzan, y por los pasillos se escuchan unos pasos lentos y arrastrados.
- ¿Puedo ir contigo? – Le pregunté a Laura.
- Voy a preguntarle a mi padre.
Un ruido extraño proviene de la pieza. Decido echar un vistazo abriendo la puerta. Hubo sorpresa, hay luz en esa habitación. Contemplo un escenario en el que esta todo desordenado y destruido. Presiento que el sujeto esta cerca. “¿Quién está ahí?”, me pregunto a mí mismo sin emanar voz.
Intento intimidar al intruso lanzando golpes al aire, como demostrando que se pelear, pero no logro hacer nada con dichos movimientos. Cierro las ventas con la cortina para que no se vea el interior, porque si algo era seguro, es que me estaba observando desde afuera. Vuelvo al living para quedarme con Laura, pero al revisar el sillón y el alrededor, ella ya no está. Lo más seguro es que el sujeto que mandó su padre había pasado a recogerla.
Hasta ese entonces, nunca se me ocurrió salir del edificio. Cuando broto la idea, me dirigí lentamente hacia la puerta principal, y antes de tocar el picaporte, en un silencio absoluto, desde el otro lado, alguien jalo el mismo para entrar. La puerta se abrió con delicadeza, luz entraba del pasillo, una figura humana completamente negra, sin rostro, se posaba lista para entrar…
Editado: 25.11.2024