Pétalos.

Capítulo 4.

Jesse había despertado hacía cerca de una hora, ya estaba vestido y se estaba colocando sus pulseras de cuero cuando volteó y vio a Chris dormido en su cama.

Se le quedó mirando unos segundos, recordó cuando había llegado la noche anterior, cuando él, afortunadamente, estaba solo en casa y no le importó dejarlo dormir ahí. Le había parecido extraño cómo llegó ahí, él nunca había llegado de imprevisto. Fue extraño, sobre todo, que le hubiera dicho que había salido con Michael y él se había comportado raro, así que Jesse bromeó sobre que Michael estaba enamorado de Chris y rió mientras fumaban marihuana.

En eso, en algún momento de la noche, Chris cayó rendido en la cama de Jesse y él no tuvo más remedio que dormir con él, aunque se planteó muchas veces sacarlo a patadas de su cama.

Él no era una persona madrugadora, de hecho, odiaba las mañanas y, en esa, el sol estaba siendo muy irritante. Tristemente tenía cosas que hacer, así que se levantó, se vistió y ahora veía a su amigo dormir, decidiendo entre si dejarlo ahí o despertarlo.

Fue en ese momento, escuchando la respiración irregular que Chris tenía cuando dormía y viendo sus lentes sobre la mesa de noche, que se dio cuenta que, debajo de las sábanas, Chris tenía una erección. Eso lo hizo sonreír con malicia, tal vez pudiera gastarle una pequeña broma.

Caminó hacia la cama tratando de no hacer ruido y se subió sobre Chris de la misma manera, además, sabía que él era una roca cuando dormía, una roca que no paraba de moverse y estaba enrollado entre las sábanas, fue un milagro que Jesse pudiera dormir en una misma cama con él sin que lo pateara.

Cuando estuvo sobre el chico volvió a sonreír y empezó a acariciar su cuello y a besar castamente detrás de su oreja, nunca había hecho eso, pero sabía que sería suficiente para causarle un sueño húmedo o, al menos, hacerlo gemir. Y Jesse era tan morboso que le causaba curiosidad y diversión hacerlo.

Simplemente se quedó sentado sobre el menor y siguió acariciando y besando su cuello hasta que causara alguna reacción en él, y empezó a lograrlo. Chris se retorcía un poco y jadeaba en sueño. Eso hizo a Jesse sonreír con satisfacción, hasta que escuchó el nombre de Michael salir de los labios de Chris en un jadeo extraño, la pronunciación también lo fue, pero Jesse entendió perfectamente.

Chris aún parecía plácidamente dormido, aún con una erección en los pantalones y una camiseta de Star Wars. Jesse abrió sus ojos grandes ante lo que escuchó. No podía creerlo.

...

Cuando Michael despertó a la mañana siguiente, después de todo lo que había pasado el día anterior, tuvo una gran sensación de vacío. Odió esa sensación.

Todavía no podía creer todo lo sucedido. ¿Realmente Chris y él se habían vuelto a besar y Arthur se había puesto como loco?

Arthur, sintió un escalofrío al recordarlo. Luego recordó a Chris y sintió mucho remordimiento.

¿Al final se habría ido a su casa enojado? ¿Estaría molesto con Michael por como lo había tratado?

Por supuesto que debía estar molesto, se dijo Michael, incluso él estaba molesto consigo mismo.

Dios mío, la cagó, había cagado todo. ¿Cómo pudo pasar eso cuando, precisamente, estaba besándose con Chris?

La noche anterior se repetía tortuosamente en su cabeza, incluso la parte del beso se sentía tortuosa. Recordó desde el buen rato que había pasado con Chris en el cine, donde también quiso besarlo cuando lo vio reír por algo de la película, hasta el momento en el que le había gritado que se largara y tuvo que ver su expresión desconcertada y cómo, finalmente, se iba.

Se quedó bastantes minutos sentado sobre la cama, recordó todo. Arthur no estaba en su habitación, no lo había visto desde la noche anterior. Todo era escalofriante y, a pesar de que sabía y entendía que Arthur había amenazado a Chris y a todo quien se acercara a Michael, prácticamente, aún no terminaba de entender qué era lo que Arthur quería. ¿Qué quería decir con que era suyo? Sintió unas ganas terribles de llorar, ganas que le causaba el no entender.

Tal vez Arthur sólo estaba bromeando, pensó amargamente. Bueno, sería una broma bastante pesada, pero todo eso no podía ser verdad, no podía querer alejarlo de las personas. No podía ser.

Sintió la inmensa necesidad de enviar un mensaje a Chris. Quería disculparse, aunque no sabía cómo hacerlo porque no podía, realmente, explicar todo lo que había pasado. Quería saber de él.

Mordía su labio inferior con su celular entre las manos, no veía a Arthur por ninguna parte, pero ¿y si entraba en cualquier momento y lo veía enviándole mensajes a Chris? ¿Y si volvía a enojarse?

Arthur podía tocar cosas, podía tomarlas, se recordó. ¿Y si también podía poseer personas? ¿Y si podía meterse en su mente cuando quisiera?

Esos pensamientos no lo dejaban dormir o hacer cualquier cosa.

Tenía que ser una maldita pesadilla, una pesadilla, repetía en su mente, eso no podía estar pasando.

Recordó lo que había dicho Arthur, que debía hacer lo que él decía, debía ser bueno. Debía serlo, tal vez, si lo era no le pasaría nada, Arthur no le haría nada.

Desechó la idea de enviar mensajes a Chris con miedo, mucho miedo. Pero no importaba, ya podría hablar con él mañana en la escuela.

...

Cuando Chris despertó esa mañana lo primero que pudo ver fue a Jesse sobre él, casi grita, lo miró sorprendido y extrañado.

—Jesse, ¿qué estás...?

—Tienes una erección —anunció interrumpiéndolo.

Su expresión no podía estar más tranquilo y neutra, mientras que Chris se ponía cada vez más sorprendido... y rojo.

—¡Pues quítate de encima...!

—Estabas soñando con Michael —volvió a interrumpir.

Esta vez lo miraba acusador, Chris relajó su ceño, aún se veía muy sorprendido.

—Claro que no —dijo volviendo a ponerse ceñudo.

¿Por qué Jesse seguía sobre él?



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En el texto hay: fantasmas, amor lgbt, angst

Editado: 20.09.2020

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