Pétalos de cerezo

Pétalos de cerezo

Era una noche iluminada por las estrellas, rodeada de una brisa con olor a flores y una atmósfera misteriosa que inundaba aquel hermoso lugar, a pesar de que era de noche se podía apreciar y oler el pasto verde recién cortado junto con las flores de cerezo que adornaban el sendero que me guiaba hacia la luz. Era un sueño hermoso, un lugar poco familiar, pero encantador y muy tranquilo.
Los pétalos de cerezo caían despacio y luchaban contra el suave viento para guiarme a la presencia de un ser especial y fuera de toda imaginación, que me esperaba en medio del sendero, aunque no podía escuchar su voz claramente, el sonido que producía me hacía sentir paz y tranquilidad, parecía que flotaba en el aire y que mi cuerpo era más liviano a cada paso. Después de un rato comprendí que todo lo que veía no era real y que mi alma había abandonado mi cuerpo terrenal, es decir, yo había muerto y todo era parte de un camino que todos debemos seguir algún día, me encontré frente a frente con la criatura misteriosa y al estar junto a ella me di cuenta de lo hermoso que era. A pesar de que su cuerpo era tranparente, mis ojos podían apreciar el pelaje blanco y grueso que brillaba con la luz de la luna y en contraste unos ojos grandes,  azules como el tranquilo mar y unas orejas puntiagudas siempre alertas, pero lo más sorprendente era su cola que se dividía en nueve colas en total. 
Ante mi presencia estaba el zorro de nueve colas en todo su esplendor. Estaba esperándome para llevarme a otro lugar. Con una voz amable y tranquila me pidió que lo viera a los ojos y al mirarlo el escenario cambio por completo, lo único que no cambio fueron los pétalos de cerezo cayendo a mí alrededor, era como si estos me mantuvieran consiente dentro de mi sueño. La imagen que veía era gris y triste, en ella se veía a una joven mujer recostada en una cama de hospital y a su alrededor un padre y una madre sufriendo, la mujer estaba inmóvil y sin color en las mejillas, se podía oler a muerte en la habitación y también se podía sentir el frío que esta provoca. Al ver y sentir lo que tenia frente a mí, las lágrimas brotaban sin parar, mi cuerpo quedó inmóvil ante la escena, los pétalos de cerezo se congelaron en el aire, al igual que las personas frente a mí, el tiempo se detuvo frente a mí, sin embargo no podía dejar de llorar. El zorro se acercó a mí y me dijo que viera a la mujer que estaba en la cama y al ver su rostro me vi reflejada en ese cuerpo frío y sin vida, mis lágrimas caían sin parar, no podía soportar mirar mi propia muerte, tan sola, sin nadie a mi lado, a parte de mi familia, el dolor era fuerte y profundo, no podía entender la realidad frente a mí, ¿dónde estaban mis amigos?, esos que siempre me miraban y abrazaban con una sonrisa, ¿dónde estaban esos compañeros de trabajo?, esos que siempre me animaban a ser mejor, ¿dónde estaban los familiares?, esos que veía todas las navidades y fines de año, y ¿dónde estaba el amor de mi vida?, ese que me prometió estar conmigo hasta la muerte. Mi mundo se estaba cayendo a pedazos y los pétalos de cerezo eran su fiel representación, congelados, fríos y guiados por el suave viento de la muerte.
Después de ver tan impactante imagen el zorro se acercó a mí y me llevó a otro lugar igual de aterrador. La escena no era muy diferente, había un hombre recostado en una camilla de operaciones, rodeado de enfermeros y doctores que trataban de salvarle la vida, y yo aún sin conocerlo sentía un dolor profundo, al mirarme el zorro me llevó al lado del hombre que estaba sin vida en la camilla para que viera su rostro y fue tan grande la sorpresa al darme cuenta que ese hombre no tenía rostro. Al parecer no estaba preparada para verlo.
El zorro se acercó a mí y me señaló el camino de vuelta al sendero de cerezos, limpió las lágrimas de mi rostro y me señaló un túnel al final del camino, él quería que lo siguiera, pero yo no estaba lista para dejar atrás la escena del hospital, sin embargo él parecía triste ante mi decisión. Pues yo no estaba lista para dejar el mundo terrenal y mucho menos a las personas que conocí en el. Yo quería regresar a mi vida y reencontrarme con el amor de mi vida, para hacer todo lo que un día soñamos hacer.  Yo no podía abandonar mis sueños e ilusiones terrenales, para seguirlo a un lugar desconocido.
Y aunque estaba convencida de mi decisión había algo que me impedía regresar definitivamente a mi cuerpo, en mi dedo meñique estaba atado un hilo rojo que me unía con el zorro de nueve colas, al verlo comprendí que el zorro que me acompañaba era en realidad mi alma gemela, al mirarlo de cerca comprendí que mi amor había muerto, el zorro de nueve colas era en realidad el hombre de la camilla y su alma me esperaba para seguir nuestro camino juntos, así que regresamos a la sala de operaciones dónde comprobé que el amor de mi vida era el hombre de la camilla y después de aceptar lo que veía, el zorro tomó la forma del amor de mi vida entre luces y destellos luminosos, la que yo siempre conocí y de la que me enamore, él me tomó de las manos y me explicó nuestra situación, ambos tuvimos un accidente de auto, a él lo estaban operando de emergencia y yo había quedado en coma. El alma de él abandonó su cuerpo después de la operación, mientras que la mía seguía vagando, hasta que él me encontró en el sendero de cerezos y me mostró nuestro triste presente. Él sólo esperaba mi respuesta para seguir el camino hacia la luz, todo dependía de mi, pero yo ¿quería regresar a una vida dónde no está mi alma gemela?, él ya no tenía oportunidad en el mundo terrenal y yo tenía una pequeña posibilidad para sobrevivir, sin embargo yo ya no quería volver y con lágrimas en mi rostro, tomé su mano con fuerza y lo seguí hacía la luz sin mirar atrás, a su lado nada me importaba, pues yo sólo quería permanecer a su lado eternamente como lo habíamos prometido algunos años atrás.
Los pétalos de cerezo siguieron cayendo a nuestro alrededor como guías fieles y con su aroma dio consuelo a los que dejamos atrás. Mientras nosotros seguíamos avanzando hacia la eternidad, en el espacio terrenal el tiempo siguió su curso y nuestras almas siguieron su camino hacia un lugar desconocido al que todos irán algún día con la esperanza de regresar al mundo terrenal.



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En el texto hay: alma, amor, muerte

Editado: 09.06.2021

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