Peter

Capitulo 6: La pequeña Hailey

[3 de julio de 1996]

-Peter hijo, ella es la pequeña Hailey- hablo mi padre con una sonrisa forzada.

Mire a la niñita frente a mí, era tan linda y risueña que suspire conforme al saber que me casaría con ella en unos años, sin pensarlo me acerque lentamente y me arrodille frente a ella con la misma lentitud, tomando sus manos entre las mías, bese su nariz con ternura.

-Oh Peter ¡Que tierno!- Dijo mi abuela con un entusiasmo inigualable-Ustedes dos se van a llevar a la perfección-afirmo con seguridad.

-Muy bien, ahora-dijo mi padre cortando la emoción de mi adorada abuela Alissa- Tu pequeño chalado, ten entendido que, la niña vivirá aquí con William y Katherine durante las vacaciones, espero no cometas ningún disparate, compórtate como tal y no me hagas pasar vergüenzas.

-¡Tonterías!- hablo mi abuela-Solo es un niño Kevin, déjalo disfrutar con Hailey.

Y por primera vez en la historia mi padre tenía razón, con un simple descuido lleve a la pobre chiquilla a la desesperación, nadie se explicaba él porque de mis acciones, nadie tenía la menor idea de las cosas espantosas que aun faltaban por suceder, la palabra “Disfrutar” se quedo pequeña con lo que yo sentía, pues todo lo que hacía era para ayudarla y defenderla, sin embargo para el resto de la familia yo la estaba lastimando.

Las cosas resultaron de una manera diferente, ellos decían que la golpeaba cuando simplemente quería espantar las arañas de su cama, debido a ello la despertaba a media noche y la hacía gritar del susto, incluso cuando cenábamos ella intentaba tomar las cucarachas que estaban en una de las cestas de pan en el centro de la mesa, para mí era horroroso dejarla comérselas, por lo tanto le tiraba manotazos de vez en cuando...

Ahora entiendo que a veces nada era como pensaba... nada era como mi mente solía imaginar y eso me confundía de tal forma al actuar que, en diversas situaciones no sabía si ayudar o quedarme quieto.

-¿Vas a casarte conmigo verdad?-pregunte a la pequeña sentada entre mis piernas, el pasto detrás del enorme granero era tan suave como una pluma y el árbol tras mi espalda daba una sombra increíble.

-Si- dijo de manera tranquila jugando con mis dedos.

- Te regalare las estrellas más bonitas-dije- las más bellas como tú.

- Te quiero mucho- sonrió de tal forma que no me contuve en besar su mejilla, estaba a punto de responderle cuando sentí un fuerte tirón en mi oreja izquierda.

-Peter ¡Por el amor a dios!-grito mi padre al mismo tiempo que Hailey se levantaba de mi regazo dando oportunidad a que el me alzara bruscamente.

-¡¿Que sucede?!-Mi madre y mi abuela preguntaron con horror al unisonó, al parecer los gritos se escucharon hasta la casa.

-Es Peter otra vez-respondió mi papá con enfado-Dije que no lo dejaran solo con la niña ¡Y es lo primero que hacen!

-¿Pero que hizo?-pregunto mi madre curiosa.

-Esta metiéndole estupideces a Hailey en la cabeza- frunció el ceño mirándome- No quiero meterme en problemas con William ni con Kathe, saben que los respeto demasiado.

-Por dios hijo-hablo dulcemente mi abuela- Solo son niños, no saben de esas cosas...

-Sabes que Peter no está bien-hablo en un susurro- no quiero que la niña salga perjudicada, ella solo tiene cuatro años mamá, no quiero que él y sus locuras la confundan- pauso tragando saliva- eso es todo...

La realidad era que Kevin Thomas no estaba conforme con su estatus social ni con la familia que estaba formando, tenía un hijo demente a el cual nunca podría presumir ante sus amigos y una esposa tan dedicada que ya le daba fastidio mirarla, no tenía un auto y vivía arrimado en casa de su madre.

Al contrario de su hermana menor Katherine, que se había casado con un reconocido abogado de buena reputación y clase, por lo tanto se había mudado a la ciudad y tuvo una hija magnifica en una relación estable y perfecta...

Eso le molestaba en demasía, la envidia y codicia era algo que no podía controlar, por esas razones quería sobresalir en presencia de William, protegía a su hija de una forma exageradamente innecesaria, daba órdenes pero nadie las cumplía, y eso aunque para aquel entonces eran tonterías que nadie quería seguir ni dar gran importancia, son ahora pequeños detalles que dejaron pasar, dando por sentado el crecimiento de una bola de nieve que al principio fue tan pequeña que ninguno se preocupo en derribarla y en solo unos segundos se convirtió en una enorme esfera de locura que termino siendo la peor catástrofe de todas.

Tristemente termino con un choque y una separación, logrando esparcir la enorme bola de nieve en pequeños fragmentos que con el tiempo volvió a unirse...

Y esta vez empezó con hadas, magia y un sinfín de incoherencias que trataron, pero no lograron ocultar la verdad sobre un pasado inolvidable.



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En el texto hay: secretos, amor, fantasia

Editado: 17.12.2018

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