Alicia mira su guardarropa y bufa como niña pequeña. Entra dentro el vestidor más profundo para excavar algún modelito que no haya usado en los últimos seis meses... su tarjeta de crédito hace tiempo que fue cortada, por suerte se encontraba sola cuando sucedió y se excusó de las compras con sus amigas con dinero diciendo que ahora solo compraba online modelos en el exterior. No es que muchas le creyeran la explicación. Era un secreto a voces que la familia de Alicia estaba en un muy grande problema económico. Sin embargo como siempre en esos círculos nadie diría nada delante de Alicia y seguirían excusándola cuando no pudiera poner su parte en las cenas con amigas porque " olvido la tarjeta" y nunca cargaba efectivo. Ella sabía cómo poner cada de " nada" o como convencer a sus amigas más pudientes que algún día pagaría sus favores. Era su prima Amber la que la salvaba últimamente con respecto a la ropa enviándole desde Londres la ropa que ya no usaba. Eso si, había tenido que matarse de hambre una semana para bajar tres kilos porque su prima estaba dentro de la "nueva moda vegana" y todo le quedaba demasiado ajustado. Pero ella suspiro y tomo uno de los vestidos que no había usado en casi un año, le quito el cinturón de strass y le agrego otro de seda negra para hacerlo más contemporáneo.
Pasó la mano por su cabello y luego se lo recogió para ver si lograba tapar las raíces oscuras. En el salón de belleza ya no la atendían porque debía tres sesiones y no tenía dinero para invertir en una tintura rubia que no quedara como falso color. Tomo su carpeta del instituto y suspiro. Ya debía tres meses de cuota y no podía volver a pedirle dinero a Marcus para pagarlas porque el ya le había dado ese dinero y ella lo gasto en varios pares de zapatos porque los que tenía estaban demasiado pasados de moda. Su prima calzaba tres números menos y era imposible caminar con esos zapatos. Así que tendría que ver si a su madre le quedaba alguna joya y robársela sin que se diera cuenta para empeñarla y cubrir algún pago ya que ella no se desharía de sus propias joyas. Era lo único que le quedaba de un esplendoroso pasado. Eso o... sucumbir a León Rodríguez. Un cubano socio de su padre, un hombre de 35 años bastante apuesto que estaba encaprichado con ella. Quizás se accedía a acostarse con Rodríguez podría cubrir algunas de sus necesidades económicas. Pero eso también la alejaría de Marcus... había intentado atraparlo de varias maneras, primero con su supuesto suicidio. Después haciendo todo exactamente como sabía que a él le gustaba, bajo su perfil social. Se volvió más simpática y humilde, pero nada había funcionado para que él se decidiera a tomarla más en serio. La única arma que le quedaba era quedar embarazada. Marcus era demasiado honorable como para dejarla si ella cargaba a su hijo. Aunque se arruinara la figura, eso lo podría solucionar con cirugías y tendrías a Marcus y a su fortuna a su merced para toda la vida o hasta que se cansara. El problema con Marcus era que jamás la había tocado. Se habían besado un par de veces y el incluso le había permitido darle sexo oral en una fiesta estando algo bebido pero cuando quiso pasar a más Marcus se lo dejo claro con una sola frase "estoy ebrio pero no soy estúpido" dejándole en claro que él sabía perfectamente cuales eran sus intenciones.
Salió de la ducha y seco su cabello, de repente se sintió débil, como si su energía se hubiera ido de pronto y cuando se recompuso lo que vio en el espejo la espanto
"tú me asesinaste" eran las palabras que rezaban en el espejo mojado y luego un frío extraño la embargo... sintió que su piel se erizaba y una voz susurro en su oído " asesina..." Alicia salió corriendo de su baño espantada y se sentó en la cama aferrándose a su toalla. Estaba aterrada. Daniel estaba en un rincón de la habitación mirándola. Disfrutando de verla aterrada, vulnerable... débil... ella y su padre sabrían lo que significa el verdadero miedo ahora que sabía como hacerlo...
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Marcus se recostó en su cama inquieto. No podía quitar de su memoria el aroma suave del cabello de Allegra... desde la primera vez que la había visto sabia que había algo diferente en ella. Pero no imagino cuan diferente era... no era solo su belleza, no era solo su talento para dibujar. Era su sonrisa franca mientras hablaba con Maura y los otros compañeros, era su paciencia ante los profesores más viejos. Su trato gentil con todos... era esa belleza pura y simple. Y lo tenía loco...
Alicia le reclamaba que se la pasaba mirándola y no desde el día de la biblioteca si no desde el primer día en que se topó con ella en la puerta del instituto. Cuando sintió su aroma suave y vio su cabellera naranja quedo inmediatamente prendido a ella. Ahora que la había tenido cerca y había visto de primera mano lo especial que era solo necesitaba sacarse a Alicia y a sus problemáticos padres de encima para poder acercarse un poco más.
Había sentido a Daniel alrededor un par de veces. En especial cuando iba a la colina del cementerio en donde se habían hecho amigos cuando eran pequeños. Habían enterrado al padre de Daniel hacia unos días y lo supo porque había estado faltando al colegio. Cuando le pregunto a la maestra que había pasado ella le dijo que el padre Daniel había fallecido por una enfermedad que después supo era cáncer.