Phishing

Capítulo 7: Rescate

Los chicos y yo comenzamos los códigos parecen ser una mezcla, hay de diferente sintaxis, pero eso no puede ser, todo código de programación debe estar escrito en una misma lengua y sintaxis.

—Algo— digo.

—Nada, puede que nos estén tendiendo una trampa— dice Max.

El reloj muestra que quedan ocho minutos y treinta y tres segundos, lo cual no me da tiempo para pensar en alguna solución, la chica esta atrapada y no podemos romper el contenedor, no tengo necesidad de hablar sobre las bombas.

—Lo tengo— dice Zack.

Al activar el código una de las bombas estalla.

—Carajos— digo.

Sigo trabajando en la computadora, debo buscar algo que este fuera de lo común, muchas veces tenemos que ingeniárnosla para dificultarle las cosas a los programadores profesionales, pero y si no es algo de un código que tal si es un archivo como tal.

Se me ocurre la brillante idea de hacer un código fuente en un bloc de notas, no es algo que quitar puede que sea algo que tengamos que poner, pensamiento a la inversa puede funcionar.

—Tengo la solución— digo.

Termino los comandos y decido insertar el archivo en la carpeta correspondiente y listo, el conteo termino y la señorita está a salvo.

Lograron completar el reto, los felicito equipo, en sus correos tendrán el número de transacción a su cuenta bancaria y felicidades esperen el siguiente reto y disfruten su segundo premio.

—Segundo premio— dice Max.

En ese momento la chica no es liberada, todo lo contrario, ella comienza a ser inundada con sanguijuelas y pirañas que se la comen. Huimos de la escena del crimen mientras miro el tanque lleno de sangre.

—Que loco— digo.

Los muchachos y yo vamos a casa para esperar al siguiente idiota que nos necesite. Verdad y bandido deben de estar esperándonos a que cumplamos con sus caprichos.

En esa noche decido darme un baño y masturbarme, es un día lleno de estrés y esas dos acciones me gustan para relajarme, aún sigo pensando en esa bella chica, Yinx, creo que es momento de buscarla, pero me daré un tiempo.

Escucho ruido de personas cargando armas, pero creo que es mi imaginación en ese momento un comando especial entra a nuestra casa, son miembros de la policía que nos llevan.

La patrulla esta fuertemente blindada y lo pero de todo es que nos tomaron en calzoncillos y no podemos vestirnos.

—Chicos— dice Zack.

Ambos lo miramos.

—Estamos jodidos— digo.

Cuando llegamos es una casa muy particular parece ser de un multimillonario o quizás de alguien que necesita de nuestros servicios, algún corrupto. Nos sentamos en una casa lujosa y vemos a varias personas, pero mis amigos los escoltan a otro cuarto.

—Lyon— dice el más viejo de todos.

—No sé quiénes son— digo.

—Agente Rodríguez, agente Adams y el agente Sakarawa —

—Me importa una mierda— digo.

—Tranquiliza— dice el agente Adams.

—¿Por qué estoy aquí sin mis amigos? — digo

—Necesitamos de sus brillantes dones— dice Adams.

Trato de callarme por si quieren hacer algo, uno de los policías está quitándome las esposas para hablar con libertad, decido cruzarme de brazos y no decir nada.

—La ley del hielo, no funciona conmigo— dice Adams.

Se siente en la pequeña mesa de madera enfrente mía.

—Necesitamos que trabajes para la policía— dice Adams.

Maldita sea, suficiente tengo con trabajar para un narcotraficante y salvar mi puta vida de que me mate un loco con máscara para estar involucrado con los burocráticos de mierda.

—No— digo.

—Necesitamos que hagan trabajos sencillos— dice.

—No— digo nuevamente.

Parece que lo estoy desesperando.

—Mira, no tienes elección o quieres que te llevemos a la cárcel por todos los delitos que has cometido y que te inculparemos injustamente, sabes que podemos hacerlo— dice.

En eso tiene razón.

—¿Qué trabajos? — digo.

—Eso me gusta—

—Trabajar para la policía será lucrativo para nosotros— digo.




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