(Perspectiva Zack)
No sé donde demonios estoy, solo vie como unos sujetos me tomaban y luego me drogaban para vender mis órganos, tengo la leve sensación que verdad está detrás de esto y no sé si me secuestraron algunos miembros de su secta.
Solo me están dando comida enlatada y he subido un poco de peso, ha pasado una semana desde que me secuestraron solo recuerdo que durante mi momento de inconsciencia abría paulatinamente los ojos y miraba médicos y personas ayudando, yo está en ese lugar, pero no era al que operaban o sacaban los órganos.
Tengo el recuerdo de alguien que se parecía a mí y solo escuchaba sus voces pronunciando algunas palabras que no recuerdo, estoy vestido de una forma muy rara, un uniforme con cuadros blancos y negros. Me siento como una pieza de ajedrez.
En un momento veo una persona cubierta con un trapo, abre la celda en la que estoy encerrado como animal y con una señal hace que me pare y lo siga. Estos tipos no usan palabras simplemente con señas entiendes que debes hacer siento como si me hubiera puesto en la silla eléctrica y reprogramaron mi cerebro.
Camino detrás del sujeto y veo que hay varios cuartos con personas, algunas siendo torturadas y otras teniendo sexo con animales o cadáveres, esto me parece grotesco, pero algo me llama la atención es un cuarto en donde se ven varios televisores con op arts en ellos quizás un cuarto de lavado de cerebro o donde pudieron reprogramar mi cerebro.
Llego a un cuarto solitario y veo que hay una cámara enfrente, un sujeto con máscara extraña que me pide que este sentado.
—Estas cómodo— dice el sujeto con máscara de dos caras.
—Necesitamos de tus dones— dice.
Porque me necesitarían a mí.
—¿Dones? —
—Tienes habilidades que no han podido ser explotadas, que te parece si trabajas para nosotros— dice.
Esto me suena a traición, no puedo hacerle esto a mis amigos, ellos me han apoyado desde el final de los tiempos y ahora sería tonto hacerlos ver como estúpidos.
—No acepto— respondo.
—Ganaras el doble que ellos y además tus habilidades no serán un desperdició en repartir drogas, ayudar a policías corruptos, somos una sociedad que busca equidad e igualdad entre nosotros— dice.
Me muestra un sobre con una cantidad enorme de dinero, Lyon no ha dirigido en estas aventuras y no creo que sea lo correcto, pero también estoy harto de ser una marioneta simple que solo sigue órdenes.
—Acepto—.
—Tu primera misión se te dará en dos horas, descansa— digo.
(Perspectiva Lyon)
Estamos en la casa de bandido, nos ha pedido que protejamos un cargamento de droga hasta la carretera después de eso otro escuadrón lo resguardara hasta su destino.
—Están listos chicos— digo.
Los autos que usaremos están modificados para responder en caso de que alguien nos ataque o que la policía nos intente detener. Tenemos computadoras que nos indica todo tipo de información: kilometraje, distancia entre las patrullas, cámara delantera y trasera, visión infrarroja y de rayos x y lo más importante GPS.
Los chichos y yo nos alistamos, salimos de la bodega privada de bandido ubicada al norte de la ciudad, la carretera esta vacía así que no tardamos más de quince minutos en incorporarnos a la ciudad.
Lamentablemente la policía esta trabajando para otros narcotraficantes y les molesta que bandido este poco a poco tomando el territorio de los rivales, elimino a varios repartidores y cabecillas para poder total libertad.
Todo parece normal, tenemos un radio que utilizan los policías para saber si están informados. Los carros son de diversos colores para no pasar ninguna sospecha. Esta idea se me ocurrió, se debe tener en cuenta que si carros del mismo color o muy llamativos están juntos es algo sospechoso, en vez de estar llamando la atención pasamos indiscretamente.
—Tenemos un puesto— dice.
Revisaran el cargamento así que tenemos que accionar, envió por un mensaje que carguen el arma por si esto se pone feo. Los policías nos rodean, puedo ver por los retrovisores que hay dos en cada lado y con armas de asalto así que mi pistola 9mm no hará mucho efecto, pero cubrirá las espaldas. Me alegro ponerme el chaleco antibalas.
—Baje la ventana— dice después de golpear ligeramente el vidrio con su cachiporra.
—Diga—
—Necesitamos su identificación— dice.
Por suerte siempre traigo algunas falsas.
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Editado: 02.08.2019