Los muchachos y yo preparamos nuestras máscaras de Vendetta, nos comunicamos con lo último que vende en la red profunda en relación con dispositivos de comunicación y espionaje. Tenemos muñequeras virtuales que nos dan acceso a cualquier red y cualquier bit de información que esté a nuestro alcance.
Yinx nos diseño tarjetas de parqueo para podernos infiltrar dejaremos el vehículo sin ningún tipo de evidencia biológico o físico, uno de los adeptos se quedará limpiando como medida de caución. Los muchachos y yo nos preparamos. Hemos decidido poner nuestra inversión en nuevas armas que no contienen balas de plomos.
Son nueva tecnología que no encuentras en una armería e incluso en el ejército, son armas que posee munición para diferentes casos: bolsas con pérgolas que ayudan a calmar a las personas solo les causa moretones, dardos eléctricos en caso de que se pongan agresivos, pequeñas granadas con gas lacrimógeno, balas perforantes, munición de pintura igual que en el gotcha y todo en una misma arma.
Comenzamos disparando a los guardias dardos eléctricos y luego tapamos las cámaras con seguridad, si entraremos por el elevador con otros miembros del escuadrón de bandido. Me coloco un guante de látex y oprimo el botón para el primer nivel.
—Ya saben que hacer— digo.
Al abrirse las puertas del elevador, comenzamos a disparar a objetos endebles como lámparas, vidrios que protegen a los cajeros y las oficinas. Tomo al primer sujeto que tengo y le apunto con el arma, es momento de sentir la adrenalina.
—Muy bien hijos de puta, cooperen con nosotros antes de que alguien salga herido— digo.
Saco unas esposas y al sujeto lo atrapó en una mesa cerca de mí. Me mantengo haciendo guardia porque algún idiota debió activar la alarma para alarmar a la policía, lo hemos cronometrado hay una estación ha cuatro kilómetros y se tardaran tres minutos en llegar, pero si logran insertar la USB y activar el virus todo nos jugara a favor.
Veo el pavor de los rehenes deseando nunca trabajar aquí y que todos están viéndonos.
—Señal de ayuda denegada— dice Zack.
—Busquen toda la información necesaria— digo.
La bodega debe estar protegida, solo esperemos que el gerente del banco nacional este aquí, también analizamos el edificio y encontramos que hay un cuarto de pánico que no se abrirá hasta que todo sea seguro, solo puede activarse desde adentro porque tiene un sistema integrado de cámaras que permite ver la situación, pero por suerte tenemos a mi equipo para que se encargue del problema.
—Y (Yinx), dime que tienes todo bajo control— digo.
—Al parecer no han sabido de su epopeya— dice Yinx.
Por algo dejamos el carro abajo y fue para que alguien active los bloqueadores de señal para que ningún civil pueda realizar llamada, pero eso no se podrá hacer hasta que alguien sea listo y se vaya fuera del rango.
—Z (Zack), dime que ya acabaste con todo — digo.
—No, pero puedes destruir las cámaras— sugiere.
Disparamos a las cámaras y por si acaso tomaremos los discos duros y poder evitar una relación con este crimen. Los rehenes parecen tranquilizarte yo camino entre ellos siempre precavido porque en cualquier momento alguno puede hacerse el listo o jugarle al valiente y jodernos el plan.
—Listo, el gerente se encuentra en la oficina— dice Zack.
Subo al segundo piso solo porque no quiero ayuda para enfrentarme a un viejo de cincuenta o sesenta años, cuando entro a la oficina veo que esta muy bien protegida así que utilizo toda la fuerza de mi pie derecho, pero resulta inútil porque los marcos son metálicos.
—La puerta está cerrada Z— digo.
—Un momento— responde.
En ese momento escucho como alguien toma lo que es un extintor, mi reflejo de gatos me permite evitar que me golpee, solo le apunto al abdomen y le lanzo los pequeños sacos con perdigones para luego rematar con la culta y destrozar su nariz. Uno de los guardias de seguridad se creyó muy listo, pero le falta mucho.
—Abierto— dice Zack.
Abro la puerta y veo que el sujeto tiene su propia nueve milímetros equipada, me quedo en el pasillo y tanteo el problema.
—Todo bien— dice Zack.
—El viejo tiene un arma— digo asustado.
Uno de los secuaces me ayuda, sacando su arma también le apunta y dispara.
—¿Qué haces estúpido? — digo.
Cuando entro a ver veo que el gerente esta muerto.
—Carajos— digo.
—Lo necesitábamos vivo— dice Yinx.
—Pueden hackear el sistema— digo.
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Editado: 02.08.2019