Picasso

DOS CARAS

Tenía 21 años , tenía un buen trabajo , no con un salario alto pero suficiente como para vivir. Vivía con una chica maravillosa, Cony que era lo que más feliz me hacía . Trabajaba en un centro comercial y llevaba una vida muy sencilla.
Seguía robando pero ya buscaba objetos de más valor o robó de información.
No conocía quien me pagaba, de hecho no sabía nada de él, salvo a su intermediario el Sr Brosco . No conocía su nombre real y este era quien recogía lo que robaba y quién me pagaba. No era algo diario pero si cada vez era con más frecuencia algo que preocupaba a mis hermanos que vaian como ese alías, se hacía muy conocido y empezaba a estar en boca de otros delincuentes.

-Dejalo Barry , ahora que puedes. Ese tipo te tiene dónde quiere y cada vez te dejará más expuesto con cifras de dinero más altas.
Yo no puedo dejar esto, porque si lo dejo matará a mi novia y atacará a todo lo que lo le rodea. Barry por favor te lo pedimos como hermanos. Para!!!- me insistían.

Yo ignoraba lo que me decían y seguí mi camino , buscando un lugar donde esconder el dinero que iba llevado a casa.

Íbamos de vacaciones a lugares carísimos, restaurantes , vivíamos como reyes. No quise dejar el piso en el que vivimos y lo mantenía por la gente que nos rodeaba ya que sería demasiado extraño mudarnos sabiendo que entre los dos no ganábamos más de 2500 $.Aun así, había semanas que vivíamos en un hotel de 5 estrellas de los ángeles con todo incluido y el cual solo pasábamos por el piso para coger ropa etcétera. Nadie sabía nada pero realmente cada vez me daba más igual.
Desconocía lo que ella hablaba de mi a sus amigas o familiares , pero solo puedo decir que era maravillosa que estaba súper enamorado , y que no quería dejar esa vida.
Ésas dos caras eran cada vez más peligrosas, y no era consciente de que mi final estaba más cerca de lo que pensaba.

Amante de los coches, alquilaba deportivos de alta gama y mi tren de vida no era consecuente a lo que realmente hacia.
Como podéis imaginar, deje mi empleo de carpintero y me centre en disfrutar del dinero y mi trabajo. A ella le conté que era un agente de seguros o algo así y que por eso cobraba tanto. Yo tenía 22 y ella 23 y todo lo demás la daba igual . Solo queríamos disfrutar , vivir felices y decirle al mundo que éramos los más afortunados .

Pero esta bella historia tenía un final , el que todos imagináis, porque en esta profesión hay un momento en el que tienes que saber que si te caes puede ser tu final para toda la vida. El dinero, la fama ,los vicios, la buena vida en general, era fruto del esfuerzo y el reconocimiento pero dentro de una profesión como la de la delincuencia , tienes que saber que dentro de las reglas ,que hay y de los consejos que te pueden dar otros delincuentes, hay unas palabras que iban unidas.

Gente anónima que me conocía y que sabían quién era, me repitieron una y otra vez que en esta profesión al final puedes vivir en la cima pero al día siguiente estar enterrado.
Pero yo seguía ignorando una y otra vez cualquier cosa que me decían y no cambiaba ni tren de vida ni forma ni nada.
Vivía tan cegado, que la realidad me atrapó y me bajo de las nubes , dándome un golpe tan fuerte de que no me iba a recuperar.

Lo tienes todo y lo pierdes todo sin que te des cuenta a la velocidad del rayo, y acabas sentado replanteandote si realmente merecía la pena. Sé que todos en nuestra vida tenemos momentos así y os aseguro que en la mía como veréis a continuación , comenzaba una cuenta atrás en la que iba a ser mi autodestrucción.
La codicia el creerme mejor que nadie el querer ser una leyenda dentro del crimen organizado.
Crecer, ser una buena persona, querer ser legal pero sin dejar el trabajo como delincuente.
Todo eso era un cóctel que estaba a punto de estallar , y lo peor de todo es que me avisaron y todos lo vieron, excepto yo.



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En el texto hay: accion, romance o

Editado: 28.11.2025

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