Piece of guitar: La historia de una banda

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-Gracias por traerme, maricón – le dije a Trevor mientras bajaba del viejo coche.

Kevin y Jackson ya estaban en sus casas porque Trevor los dejó antes que a mí.

-¿Quieres pasar a tomar una cerveza?

-Quisiera pero tengo que llegar a casa antes de Angie se vuelva loca – dijo mientras reía.

-Sí, como es Angie – reí con él.

Caminé por atrás del coche, abrí el maletero y saqué el estuche con Audrey, golpee la puerta del maletero y Trevor se alejó, a 100km/h de nuevo.

Vi cómo se alejaba hasta que dio vuelta en la esquina a la derecha.

Caminé hacia el garaje, abrí la puerta y entre, encendí la luz y deje mi estuche en una esquina.

No era muy grande, pero era acogedor. Yo vivía en el garaje y mi padre vivía en la casa, exactamente al lado.

Me había dicho que podía quedarme ahí durante un tiempo hasta que pudiera pagar una casa o un departamento tan siquiera. Pero eso era tardado con un pago de cien dólares la noche cada fin de semana en Waiters.

Por mientras tenía que estar en el garaje y no estaba tan mal, tenía mi propio espacio.

Me quite la chaqueta y la colgué en el perchero que había al lado del portón. Me senté en el sillón que no estaba tan viejo que el de los camerinos de Waiters y eché la cabeza atrás en el respaldo.

La oportunidad había entrado por la puerta del club y me estaba buscando, nos estaba buscando a nosotros. Era la oportunidad de oro, la oportunidad que habíamos estado esperando durante 6 años.

De pronto vinieron esos recuerdos de cuando éramos niños, cuando teníamos 5 años y jugábamos a tener una banda de rock.

Yo tomaba una escoba como si fuera una guitarra y fingía cantar canciones de Sex Pistols o incluso de Metallica, mientras que Kevin tomaba unos palillos chinos y golpeaba cubetas sin ritmo alguno. Trevor hacia lo mismo que yo respecto a la escoba y Jackson usaba un trapeador, no sé por qué un trapeador, quizá porque era lo único que quedaba, y hacía ruidos como si fuera un bajo.

Mi padre tomaba videos de nosotros y reía, tenía esas viejas cintas pero mi padre las guardo en el ático. De vez en cuando le gustaba verlas.

Pero desde que falleció mi madre no ha sido el mismo, casi no me habla. Bueno, antes solo nos separaba la puerta del garaje, pero ahora hay algo más, algo que quizá no me haya dicho respecto a su muerte. Pero en fin...

Tomé una cerveza de la nevera que tenía, y salí al jardín. Tenía que pensar si iba a hacer un trato con ese tal Brian Pearson. Era nuestro salto a la fama, se acabaron las noches en el club. Aunque me agradaba, lo debo admitir.

Salió Jay, mi vecino de enfrente, a sacar la basura. Mientras la dejaba en la cubeta plateada que estaba en la acera me vio y me saludo con la mano, a lo que yo le respondí el saludo.

Tal vez no estaría tan mal hablar con él, aunque no teníamos ningún tema en particular, ni siquiera los gustos similares. Pero aun así él era agradable y no me buscaba problemas, con eso me basta.

Di un largo sorbo a mi cerveza y lo pensé bien, tal vez era buena idea lo de tener un representante exitoso, y no teníamos nada que perder, sino lo contrario. Además, por un simple contrato no nos pueden detener, no pueden decirnos que hacer.

Sonreí y arroje la botella en la cubeta que estaba enfrente de mí.

Regresé al garaje y llame a ese tal Brian, y ahí empezó todo.



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En el texto hay: bandas rivales, banda de musica, rockeros

Editado: 22.05.2019

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