Pieces of Fate || Jeon Jungkook

Capítulo Seis.

6. Lindo.
 

Jungkook

Llegué a casa para ver como estaba mamá y Sook después de estar charlando con los chicos, en el camino Yugyeom prefirió pasar por algo de cenar antes de volver a casa.

—¡Sook Min! — llamo a mi pequeña hermana.

Dejo las llaves en la mesa que está junto a la puerta principal.

— ¡kook, antes de que baje a saludarte, prométeme que no te enojarás conmigo! —grita desde su habitación.

— ¿Por qué debería de hacerlo? —hablo subiendo por las escaleras.

Sook Min podría ser muy traviesa como cualquier niña de su edad, pero es muy madura e inteligente, de hecho Sook Min no dominaba el mundo y no es porque no quiere, sino porque no encuentra una manera de como hacerlo y créanme sería una tortura.

Ya estando en su puerta me dedico a dar dos leves toques.

—Sook, abre la puerta. — digo calmadamente.

—No, no puedo, te molestarás conmigo.

—Jeon Sook Min,  abre la puerta ahora. —dicto ya estaba un poco molesto.

—Si tú lo dices. —La escucho decir, cuando iba a replicar la puerta se abre dejando a una Sook Min llena de pintura sobre todo su rostro y ropa, pero no entiendo cual era el problema.

Retiro referente a lo madura que es.

— Sook Min no veo el problema a esto, estabas pintando me parece bien pequeña. —la abrazo dándole un beso en la frente libre de pintura, lo cual ella rodea sus pequeños brazos por mi cuello jugando con mis cabellos, ya se le es costumbre incluso hasta cuando ella no podía dormir yo terminaba a su lado cantando para tranquilizarla y sus manos jugaban con mi cabello.

Solo que ahora está de pintura, por eso ríe.

Pero ella está nerviosa.

— ¿Qué pasa? Si hay algo que me quieras decir Sook solo hazlo.  —ella me mira y asiente de inmediato.

Señala el rincón del armario— Es que rompí las acuarelas que me compraste. — dice sin más, entrelaza sus manos y me sonríe mostrando sus dientes.

Por eso digo que retiro lo madura que es.

— Sook Min, esas acuarelas te las compré dos días antes de venirnos a Seúl. —peino mi cabello con mis manos para atrás tratando de mantenerla calma.

—Es que el tío Yugyeom las puso arriba del armario y no quise molestar a mamá para que los bajara. — se excusa con un leve puchero en sus labios.

—¿Y quién tiene la culpa entonces? — pregunto lo muy obvio sentándome en el borde de su cama.

—El Tío Yugyeom — dice indiganada—,  tiene la culpa, él las puso arriba. —y ahí va la madura de Sook Min.

—Pero tú las rompiste Sook, eso te hace responsable. —la acuso y ella entrecierra sus ojos mirándome.

Retiraré lentamente lo inteligente y pondré la palabra víctima como su logro en Sook.

— Pero una niña como yo no alcanza arriba del armario, y cuando algo quiero nadie esta a mí alcance, además no iba a molestar a mamá, ella estaba descansando y no soy una niña mala, toda niña es curiosa e imperativa y yo tan solo quería pintar, entonces agarre la escoba y lo moví pero el estuche cayó junto a las demás pinturas que estaban semiabiertas y todas se me...vaciaron, de pronto vi que las acuarelas estaban en el suelo rotas, por eso digo que el tío Yugueom tiene la culpa. —terminó de hablar con una sonrisa fingida.

—Ya que eres la víctima de todo esto, limpiarás lo que ocasionaste por tú modo de niña hiperactiva — comienza a entrecerrar su ojos comenzando a mirarme molesta —, y no me pongas esa cara de ogro que tú hiciste todo esto sola. — aviso mientras salgo de la habitación para dejarla renegar.

Antes de bajar me detengo en el tercer escalón—Si terminas de limpiar mañana te llevaré al hospital. — espero su respuesta.

1, 2 y ahí esta.

—¡Eso no se hace, Jeon Jungkook! ¡Eso no es...!—asoma su cabeza por la puerta de su habitación

—Lindo. —termino por ella y con eso un fuerte  portazo se oye.

Sonrío y es algo con lo que me divierto cada vez que veo a mi hermana.

—Ya estás molestando, hijo .—Mamá niega divertida, colocándo tres tazas de té en la mesa de la cocina.

—Sabes que amo molestarla— me acerco con una pequeña risa de por medio sin antes dejar un beso en la frente.

—No se como hicieron para vivir dos años juntos, Jungkook.

Sook a los cinco años quiso venirse a vivir conmigo a California, yo no me negué, de hecho me encantaba la idea al igual que a SunHee, cada vez que la llevaba al hospital decían que era mi hija y yo solo reía.

En esos dos años Sook congenió aún más con Yugyeom, se llevaron de maravilla desde el primer momento después de no verse por mucho tiempo, ahora diría que son inseparables. Incluso suele molestar a YoonGi diciéndole que si él no la consiente dejará que Yugyeom siga siendo su tío favorito.

Habíamos pasado unos momentos tormentosos con ella al entrar hospitalizada reiteradas veces en la madrugada debido a sus dolores de cabeza que ocasionaban un sangrado en su nariz y las veces que ingresaba por su ataques de asma.

—Pude soportarla, mamá —recuerdos venían a mi mente y me hacía sonreír involuntariamente, pero vuelvo a la realidad, y recuerdo el porqué estoy en casa—¿Cómo te sientes de esos dolores que traes en el pecho, mamá?—ella solo sonrie.

—Estoy bien, aunque los dolores no han aparecido desde ayer, pero suelen ser leves.

— Cualquier dolor que tengas me avisas, mamá, también tengo que decirte algo. — ella deja su taza en la mesa para observarme.

»Volveré a mí antiguo departamento, y Yugyeom me comentó que las acompañaría a tí y a Sook acá en casa. — solo asintió.

—Yo le sugerí a Yugyeom, hijo— dice tranquilamente, pero antes de responder Sook me gana.

—¿No te vas a quedar acá en casa, Jungkook? ¿Por qué?—sus ojos estaban brillosos.

—No pequeña, no me quedaré, mañana comenzaré en el hospital y mi anterior departamento queda un poco cerca. —le comento mientras la cargo y ella acaricia mi rostro.




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