Pieces of Fate || Jeon Jungkook

Capítulo Nueve.

9. La cruda verdad.

Jungkook


—Déjame ver si entiendo —Yugyeom se recuesta en el sofá de la sala.

Llegué hace veinte minutos a casa de mi madre para llevar a Sook al colegio, tal y como se lo prometí. El problema es que desde el sobre que dejaron ayer he estado inquieto y ahora se lo comparto con Yugyeom, quién está en terno porque tiene una firma en la empresa donde comenzará a trabajar.

Ni bien me vio no tardó en darse cuenta de que algo me inquieta. Se lo conté y entregué el sobre que lo revisa con detenimiento.

—Te dejaron esto—alza el sobre—, y ahora quieren recuperar lo suyo. —niega con una sonrisa— Te deben de estar jugando un pésima broma.

—¿Pero quién? No conozco a nadie de la que pueda estar haciendo éstas cosas.

—¿Le dijiste a YoonGi?

—Si ayer lo llamé. Iba a llamarte a ti, pero supuse qué estarías durmiendo. —digo y él sonríe.

—Claro. Estaba en una especie de sueño mágico en la que ni un movimiento sísmico me levantaría.

La manera en la que sacude su pierna y la leves bolsas que se le forman debajo de su ojo es una clara respuesta de que se a desvelado.
Giro mi atención hacia el sofá del frente y el control esta sobre el cojín y una envoltura de galletas al rincón. Al parecer Yugyeom se da cuenta de lo que estoy viendo porqué tose y se pone de pie.

—¿A qué hora se fue a dormir Sook? —pregunto porque según mi madre, la dejó durmiendo y era pasada las once de la noche, Yugyeom ayer se fue a las diez del consultorio justo cuando revisaba los últimos análisis.

—Temprano —responde sacándose una pelusa inexistente de su corbata.

Le doy una última mirada antes de comenzar a subir las escaleras e ir a la habitación de Sook Min.

Antes de abrir la puerta de la habitación de mamá se abre y ella sale colocándose su abrigo hasta que se da cuenta de mi presencia.

—Buenos días, hijo. —me abraza y deja un beso en mi mejilla.

—Buenos días. — dejo un beso en su frente— ¿Cómo amaneciste hoy? ¿De nuevo te llegaron esos dolores?

—No como antes, han disminuido bastante. Son breves punzaciones.

Hace tres semanas atrás, antes de estar acá en Seúl, ella comenzó a tener algunos dolores del pecho, pero el médico le mencionó que eran dolores secundarios por el accidente, pero no era nada grave.

Eso me tranquilizó, pero de todas maneras la llevaré a le hagan unas revisiones más para salir de la duda.

—Igual reservaré una cita para una revisión.

—Eso estaría bien. —sonríe— Trata de no ser un pesado con Sook.

—La despertaré como se de debe.

—¡Jungkook!

Riéndome ingreso a la habitación. Su mochila está a un lado junto a su uniforme. Lo que  delata a Sook Min de haber dormido tarde es el vaso de leche vacío que está en la esquina de su escritorio junto a un lienzo y algunas pinturas ya tapadas.

Me acerco hasta la cama y me siento en el borde.

—Sook, levántate —intento despertarla, pero sigue sin moverse.

Intento una vez más sin tener éxito. Entonces ella sonríe y se tapa con la sábana todo el rostro.

—¡Te vi riéndote! —la acuso.

—¡Mentira! —se defiende.

—Jeon Sook Min, tienes 10 segundos para que despegues ese cuerpo y vayas  a darte un baño para que bajes a tomar desayuno. —le arrebato  las cobijas de la cama y ella solo reniega para después abrir lentamente los ojos y mirarme—Eres genial, Jeon, estaba tan entretenido mi sueño que por tu culpa no lo recuerdo con claridad.

Se baja de la cama para ir al baño, pero antes de entrar ella me regala una sonrisa.

—No puedo ir mañana es que .... —antes de que Sook termine de hablar yo solo niego.

—Nadie te mandó a quedarte hasta tan tarde viendo esas novelas con Yugyeom. —cuando la veo que va a refutar en contra, hablo de nuevo—Ni se te ocurra negar.

—No iba hacerlo. —dice muy indignada adentrándose al cuarto de baño.

Sostengo su mochila y salgo de la habitación. Ni bien  ajo las escaleras la conversación de mi madre y Yugyeom es audible, avanzo hasta el sofá dejando la mochila para acercarme hasta ellos.

—...es depende las circunstancias. No estoy en busca de alguien la verdad. Estoy bien así de solterito. —Yugyeom sonríe orgulloso de si mismo. Mi madre lo observa incrédula.

—Jungkook me dijo que estabas saliendo con alguien en California. —menciona mi madre sentándose.

Yugyeom se hace el sorprendido para luego negar.

—Tiempo pasado. Ahora solo estoy concentrado en mí —se acomoda la corbata—, además prefiero estar así y no estar detrás de alguien. Es una pérdida de tiempo.

—Eso dices ahora. —señalo y mamá sonríe— Nadie sabe el más adelante.

—Oye, no vengas con que ahora eres una especie de vidente.

—Solo doy una posible situación o acontecimiento. —me encojo de hombros.

—¿La levantaste, Jungkook? —mamá pregunta poniendo las cosas del desayuno en la mesa.

— Sí, pero hay que tener cierta paciencia para despertarla, tiene el sueño  muy pesado esa niña—le digo para después tomar un poco de jugo.

—Eso lo sacó de ti. —me dice divertida.

—Concuerdo con eso. —le sigue Yugyeom.

—¿Hoy te quedarás  hasta tarde en la empresa donde tienes esa firma? —Mamá le pregunta a Yugyeom quien está sentado al costado mío desayunando.

—No, hoy salgo temprano —mamá asiente—, puedo pasar por Sook antes de venir a casa.

—Sólo déjame hablar con la profesora de Sook para darte la autorización de que pasarás por la Sook. —le aseguro.

Volteamos los tres cuando las pisadas rápidas de Sook al bajar las escaleras son más persistentes.

—Baja con cuidado. Vas a lastimarte. —ña reprendo y ella se encoge de hombros.

—Una razón más para faltar a clases. —se sienta al lado de mamá— Buenos días.

—Sook Min, tus chistes no están ayudando.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.