Pieces of Fate || Jeon Jungkook

Capítulo Doce.

12. Sensaciones buenas.

YonMi

Hoy podía retirarme temprano para poder descansar. TaeHyung llamó pidiéndome reemplazarlo en su guardia justo cuando comenzaba a ponerme al día con Sohyun, que por cierto hasta ahora no la vio, porqué necesitaba hacer unas cosas, lo cual Sohyun también se fue cuando recibió un mensaje. Le dije que la llevaría, pero se negó.

Así que me vi en la obligación de volver al hospital y cubrirlo.

Recojo todas mis cosas para ponerlo en mi bolso, cuando termino salgo de mi consultorio, para comenzar a caminar por el pasillo que conduce a la primera planta del hospital, antes de bajar el ascensor se abre y la persona que está dentro hace que mi corazón lata de manera frenética, pero cuando alza la mirada lo veo con los ojos medio llorosos.

—Jungkook —Llamo por su nombre dejando las formalidades a un lado. Sube la mirada y me queda viendo por unos segundos—. ¿Qué te pas...? —mi pregunta queda al aire, cuando camina hasta mí hasta envolverme en un abrazo la cual yo recibo, hasta que escucho un suspiro.

No digo nada, lo dejo abrazarme sintiendo su necesidad de que en verdad le hacía falta. No hemos hablado desde el instante en el que nos besamos en su  consultorio, tampoco lo vi ayer acá. De echo todas citas que tenía programada pasaron a su tío como reemplazo.

No hago nada para alejarlo cuando su agarre se vuelve un poco más débil, pese a que es muy alto y yo apenas le llego a la altura del hombro, entonces enrollo mis brazos en su cintura y la manera cálida de su aliento  choca mi cuello haciéndome estremecer.

Luego de unos minutos se separa y aunque tenga todavía esos bonitos ojos llorosos, me regala una pequeña sonrisa que luce triste. Paso mi pulgar por debajo de sus ojos sobre sus notables ojeras, que lo ha en cerrar los ojos unos breves momentos.

—¿Me lo quieres contar? —niega y decide hablar.

—Es un tema muy delicado y no quiero que te agobies con mis problemas, tú estás cansada por tu guardia y no quiero que dejes de descansar por mis cosas.— lo dice sosteniendo mi mano incluso cuando deja un beso en la palma.

—No es problema, ven vamos. —agarro su mano y lo llevo a mi consultorio.

Incluso me debato si no soy yo quien lo está agobiando.

Una vez adentro, lo siento en el sofá  junto a mí dejándo su maletín junto a su guardapolvo aún lado. Saca las manos del bolsillo de su ambo para sentirse más cómodo.

No pierdo el detalle de que es la primera vez que lo veo con su ambo puesto, y es lo más sexy a la vista, porque sé de ante mano que Jungkook es de los médicos que pueden tener otro trabajo como modelo, y que sin duda aceptarían.

Camino para sentarme frente a él, dándole su espacio en el sofá, pero no logro sentarme donde quiero cuando el tira de mi brazo para tenerme a su lado.

—Así está mejor. —es lo que dice.

—Ahora soy toda oídos. Puedes confiar en mí, no pasa nada. —le digo para acariciar su rostro. Gesto que hace cerrar sus ojos.

Inspira hondo sosteniendo mis manos. Veo el debato mental que debe tener en estos momentos, si decirme o no, no lo presiono porque después de todo nos conocemos hace poco, y quizás el confiar en mí es mucho para él.

Cuando quiero decirle que está bien si no quiere hacerlo, sus palabras llegan antes de formular el mío.

—Sook Min es mi hija, YonMi. — yo dejo de acariciar su rostro con una inevitable sorpresa. Aprieta mi mano cuando baja la mirada negando lentamente— Escuché todo.

Yo lo acerco para abrazarlo, con su rostro escondido en la curvatura de mi cuello sintiendo sus brazos rodearme la cintura.  Entonces lo escucho llorar, me desconcierta que lo haga.

Dejo que se desahogue de lo que lleva dentro, incluso cuando siento mi blusa y mi cuello húmedo. Acaricio su espalda para tranquilizarlo.

—¿Ya hablaste con tu mamá para que te explique cómo pasó? — pregunta y en susurro, aún con abrazado y con su aliento caliente en mi cuello, afirma que lo hizo.

Entonces nos quedamos en silencio cuando antes de separarnos deja un beso en mi cuello haciendo sentir vibrar mi cuerpo por su toque.

—Su explicación fue una mierda. —su tono gélido que fue el cambio de segundos me hace querer saber que fue lo que paso porque incluso su mirada es decaída.

—¿Qué pasó con Sook Min?

Preguntarle fue el detonador que hiciera que su rostro se contrajera en dolor.

—Yo...yo hablé con ella ayer en la noche, le expliqué que es mi... mi hija y ella solo se decepcionó. Vi su mirada, YonMi, cuando quise acercarme ella retrocedió, me rechazo y luego se encerró en mi habitación. No ha vuelto hablarme hoy en la mañana cuando Yugyeom se encargó de llevarla al colegio. Tampoco a querido ver a mi madre.

—Dale tiempo, es una niña muy inteligente. Está conmocionada y sí, quizás dolida, pero no por ti, sino por la noticia.

—Tú la conoces desde muy pequeña. —menciona a lo que yo asiento.

—Sí, desde que tiene un año. —le digo y asiente.

El recuerdo de la vez que llegué de Japón después de pasar el año en el hospital de la abuela, lo cuál nunca me gustó el trato, decidí regresar y más aun con la propuesta del Doctor Jeon y mi padre para trabajar en el hospital, lo cual acepté.

Ese día vi a una pequeña niña con dos moñitos bien atados en su cabeza castaño abrazada al Doctor Jeon, quién venía cargándola y dejando besos en su mejilla de la pequeña. Por instinto pensé que era su hija y mas cuándo su esposa apareció a su lado.

Los saludé y al ver los ojitos castaños de Sook Min junto a la sonrisa que me regaló supe que había caído por esa niña. Después la veía en el hospital por revisiones y comencé acercarme en el transcurso de tiempo que crecía y el cariño que sentía por Sook fue correspondido hasta el día de hoy.

—Tienen el mismo color de ojos. —le hago saber y el sonríe.




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