Luego de navegar por mares desconocidos,
Decidimos anclar el barco para descansar.
¿Recuerdas el sitio exacto del cual descendimos?
Pues desde ahí, mi amorcito, debemos de zarpar.
Timonear contigo, a mi vida da un grato toque.
No obstante, por lo pronto, unas cuantas millas serán,
Hasta observar un sendero rodeado de bosque,
Por el cual, de la mano, debemos atravesar.