Hay viajes cortos, de esos fugaces que apenas tienes tiempo de saborear.
Viajes en los que casi sin deshacer la maleta y acomodarte, ya se han terminado.
Somos de costumbres y en cada viaje nos llevamos un recuerdo para atesorar el tiempo que nos duró.
Yo soy de atesorar personas, momentos, sonrisas, miradas...
Soy despistada, lo material lo acabaría perdiendo pero el sentimiento de cada instante permanece perenne.
Ahora mi jornada será más larga, porque no estarán tus ojos buscando los míos, ni me sonreirás al oír una palabra que solo nosotros entendemos...
Mi destino, es un país frío, donde hablan otro idioma, tienen otras costumbres, donde me faltas tú.
Aún así, agradezco el viaje que me trajo a ti, porque aunque tú no lo creas, estoy segura que venimos de otra vida, nos habíamos visto antes, ya fuimos.
Gracias por ser, estar y formar parte de este breve e intenso viaje.
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Editado: 25.11.2023