Liam.
Las cosas se comenzaban a complicar, Agatha ya comenzó en mi contra, y es que me ha indicado que valla a conseguir la agenda, pero por su parte Demian me había dicho que me la mandaría en los próximos días.
Me dirigí a la recepción de planta baja de la empresa, una señora cuyo pelo negro iba recogido en una coleta y llevaba un vestido verde oscuro, me miró. Me acerqué hacia ella.
—Hola, buenos días —saludé—. Soy el nuevo asistente de Agatha —me presenté—. Y me mandó a buscar su agenda. Es... Urgente.
—Deja checo si la tengo, es que Demian manejaba sus cosas. Deja veo si de casualidad está en su oficina.
Asentí con un leve movimiento de cabeza. Me senté en la sala a esperar y esperé al rededor de quince minutos a que la señora regresara, para después levantarme e ir a su dirección.
Sentí un cosquilleo en mi estómago pero le sonreí. No se porque demonios había hecho eso, pero lo hice y ya no hay vuelta atrás.
—Negativo amigo, no he encontrado nada —chasquee los dientes—. Será mejor que le hables a Demian ¿Tienes su número?
—No, me ha dejado sin ese dato importante —reí levemente.
Ella río también. Busco entre sus libretas que tenía allí, para después escribir el número en una pequeña hoja nueva, arrancarla y entregármela.
—Gracias, ¿amm? —indagué en busca de su nombre.
—Dinah.
—Mucho gusto, yo soy Brath.
Me marché hacia el pasillo y comencé a marcar el número en mi celular. Esperé unos breves segindos hasta que Demian respondió del otro lado.
Lo primero que hice fue saludarlo e indicarle quién era. El asintió y me dijo "¿Qué pasa?", respiré ondo tratando de calmarme, no quiero que se arrepienta de haberme dado el trabajo. Además, no quería exaltarme.
—Necesito un favor —pronuncié—. Algo referente a la agenda de Agatha.
—¿La necesitas ya? —me preguntó Demian, a mi terminar de hablar.
—Ella me indicó que la necesitaba de inmediato, sino me despediría —dije angustiado.
La verdad es que Agatha ya la había agarrado contra mí, yo no tengo la culpa de que le hayan estado buscando un asistente, yo lo único que hice fue buscar un trabajo. Y lucharé para mantenerme allí.
—Pasame tu correo para mandartela —me dijo.
Lo siguiente que hice fue pasarle mi correo electrónico. La llamada la terminé pocos minutos después, e inmediatamente me llegó una notificación, si, un nuevo correo.
Abrí el archivo y miré los compromisos próximos que tenía Agatha. Ahora me dirigí a donde Agatha, y llamé instantáneamente su atención con un carraspeo de garganta.
—¿Encontraste lo que pedí? —preguntó con cierto tono de burla—. No me digas, seguramente no lo hiciste —no me dejó hablar ni un minuto—. Ya me había gustado tenerte aquí.
Mentira, todo lo que decía era todo una mentira. Intentaba hacerse la buena onda pero la verdad era que desde que la conocí, se ha comportado de la mierda. Y ya me está comenzando a hartar. Pero no se la iba a hacer saber.
—Te equívocas, aquí tengo tu agenda —sonreí mientras le mostraba mi celular—. Así que punto para mí —disparé mi puño enfrente, pero ella no lo hizo, al contrario ella bufó.
Aun que ella intentará todo para sacarme de su vida, yo haré lo que este en mis manos para mantenerme.