—Esta colmando mi paciencia —le dije a mi madre—. Aún que parezca lo contrario, de verdad me estoy hartando.
Y para ser sincero era verdad. Siempre mantenía mi sonrisa perfecta, mostrando todos mis dientes, pero por dentro mi paciencia había llegado a su límite.
—No tienes por que soportar ese abuso laboral —dijo sentándose en el comedor, en dónde cenaríamos, pero ahora teníamos que esperar la llegada de mi hermana menor y mi padre.
—No es abuso laboral —pronuncié en modo de reclamo.
—¿Entonces que es? —preguntó, pero no me dejo responder nada cuando siguió hablando—. Por lo que me has dicho te da órdenes fuertes, y además te habla de una manera ruda, ya ni yo te hablo de esa manera.
Ya le había contado hace días como me iba en el trabajo, y como una gran madre protectora me ha estado tentando a abandonar el empleo.
Yo no soy capaz de abandonar a su suerte la empresa Yorthment, y menos después de la gran oportunidad que me han dado.
—Pero no creo que lo haga de mala onda, sólo siento que su forma de ser es así —dije.
Un gran nudo se hizo presente en mi garganta, prohibiéndome el paso de la saliva. Aún que no lo pareciera, seguir hablando sobre este tema me estaba resultando incómodo.
—Yo no lo creo.
Apenas terminó de hablar la puerta se abrió, y por ella pasó mi hermano corriendo, detrás de ella mi papá también iba entrando.
Julie, lo primero que hizo fue saludar a mi mamá para después dirigirse escaleras arriba directa a su recámara. Mi padre se adentró a la sala del comedor y, nos saludó a mi madre y a mi.
—¿Cómo te fue hoy? —Mi madre le preguntó a mi papá.
En ese momento deje de tener conexión con el mundo, mi cerebro se desconectó y sólo me concentré en un tema, Agatha.
—Liam ¡Oye! —La mano de mi hermana me hizo regresar al planeta—. Quitate de mi lugar —comenzó a reírse.
Por más tonto que pareciera Julie siempre hacia todo para fastidiar, yo me encontraba sentado en mi lugar, su asiento está del otro lado. Gruñí ante su intervención.
—¿Qué te pasa, Liam? —mi papá comenzó a interactuar por primera vez conmigo desde que llegó—. ¿Algún problema con la pintora?
Miré a mi mamá, sólo ella sabía lo que me estaba pasando. Ella asintió con la cabeza, creo que me está insinuando a hablar con él sobre mí problema y me ayude a buscar una solución.
Comencé contándole todo lo que había estado pasando en los últimos días en mi trabajo. Tambien le dije que no quería renunciar, no quería pagarles tan mal después de la gran oportunidad que me habían dado.
—No sé en qué pueda ayudarte —dijo—. Pero si tu estas bien en ese trabajo, nosotros no nos podemos intervenir con tus decisiones personales.
Alcé mi ceja izquierda, la verdad no esperaba ni más ni menos por parte de él. Nunca ha sabido darme un buen consejo, entonces ya estoy acostumbrado.
—Bueno, gracias por tu consejo —dije desganado.
Mi mamá sirvió la comida, y el resto de la cena estuvieron hablando de cosas que la verdad no puse mucha atención.
Al término, me dirigí a mi habitación para por fin terminar con este día de mierda. Bueno, para ser sincero, todos los días que llevo trabajado con Agatha, han sido de la mierda.
Espero pronto hacerla cambiar de parecer y mostrarle que de verdad no soy mala persona. Y me llegue a tomar aprecio como yo le he tomado.