Píntame la mirada

Capitulo 32

Xavier no tardo en echar a la aspirante de modelo, los días de audiciones eran realmente molestos, niñas por doquier y casi ninguna mujer de verdad. Últimamente no tenía nada divertido que hacer más que ganar dinero.

Por eso agradecía que su ex se cruzara en el camino de Jennifer y al mismo tiempo en el suyo otra vez para brindarle algo de diversión.  Destruirla sería bastante entretenido, como siempre lo había sido, le gustaba que sufriera tanto como él lo había hecho en su momento por su culpa…

Sonrió al escuchar su teléfono y ver el nombre de Luis en la pantalla

— Espero que traigas noticias— dijo al nada más contestar.  El hombre gruño

— Si tengo, y muchas. Tenías razón, Isabela está saliendo con el pintor de cuarta… y no solo eso,  al saber que volvía con su madre, se ha ido a vivir con él de inmediato — Xavier se sorprendió significativamente ante su historia, no se esperaba eso. Isabela no solía actuar de esa forma.

Pero aunque sonara extraño, aquella acción le iba muy bien.

— Al parecer las cosas van mejor de lo que creí — Luis claramente no entendía nada, viejo estúpido.

— ¿Pero no querías que lo dejara? Claramente eso no paso, no tuve tiempo de hacer ni decirle nada — rodó los ojos, si era sincero tenía ganas de mandarlo al carajo, pero necesitaba que siguiera al lado de la imbécil de María.

— Créeme que Isabela va a terminar dejándolo por su propia cuenta…  la conozco. Me encargare de eso, tu solamente has lo que te pedí hasta que te avise.

Luis asintió no muy crédulo, igualmente le importaba un carajo lo que pudiera pensar. Le parecía gracioso el hecho que por una vez que quería ser solidario con Isabela ella misma lo arruinaba. Ahora que se había separado de su madre, iba a quedarse completamente sola.  Eso no era parte del plan, pero ni modo, que se joda.

Cuando ella dejara a Saavedra,  quedaría completamente arruinada, justo como merecía estarlo. Sonrió ladino al ver la foto de la pelirroja en la pantalla junto al estúpido pintor. « Con mi mejor amigo » ponía el encabezado junto a una cara sonriente.  Finalmente, abrió el correo electrónico, adjuntando las fotos que había conseguido pagándole a un par de periodistas de farándula imbéciles más unas que tenía guardadas desde hace años de su querida ex novia.

— Disfruta de tu pequeña fantasía todo lo que puedas, preciosa…— murmuró para sí mismo mirando cómo se cargaban los archivos en el ordenador — Porque yo mismo me encargare de destruirla… en muy poco tiempo.




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