Planeta Rojo

Capítulo 5: Un corazón que volvió a latir

2035

Ahora sé que el destino no es quién uno cree, sino lo que él mismo destino te trae, ello lo supe desde el primer día que vi a Pollux, aún sin poder comunicarnos verbalmente, solo con mirarnos, los dos supimos que éramos nuestros destinos, si nuestros destinos.

-.5 años atrás.-

Un apuesto joven de ojos amarillentos y cabello rojizo hablaba en un extraño idioma con el pequeño robot que llevaba sobre su hombro, quién a las justas pronunciaba algunas palabras que Alice lograba comprender pues eran las que ella había repetido y el nombre de su planeta de origen.

 

—Alas, ¡tiene alas!, uno de los idiomas que se hablan en el Planeta Tierra — decía el pequeño robot.

—Sí, yo soy del Planeta Tierra, me llamo Alice, ¿y ustedes? — pronunció la joven, mientras miraba que las alas del joven de cabello rojizo disminuían de tamaño, mientras este, y el robot volvían a hablar entre ellos en aquel idioma extraño que no lograba comprender.

—Mi nombre es Trek y él, es Pollux, y te da la bienvenida a su planeta “El Planeta Rojo” — pronunció el pequeño robot, tras algunos minutos, dejando sorprendida a la joven que no espero que aquel diminuto robot pudiera comprender lo que le dijo.

-.Tiempo actual.-

Ese día nos hicimos amigos, Trek, fue nuestro intermediario, y se hizo también mi amigo, bueno hasta ahora lo sigue siendo, aunque ya no lo necesitamos tanto para comunicarnos, como antes, pues con el tiempo todo se aprende, así sea un tanto dificultoso al principio, todo se termina aprendiendo.

-.5 años atrás.-

—¿Qué haces? — decía Alice, al sentir las manos del joven de cabello rojizo sobre su cintura.

—Tranquila, tranquila, Pollux, solo quiere llevarte a casa — pronunció el pequeño Robot en el idioma que hablaba Alice.

—¿Y cómo es que sabe dónde está la nave en la que vine? — respondió Alice, mientras, el joven de cabello rojizo, estiraba sus alas y se elevaba en el aire.

—Pollux te llevará a nuestro hogar, Pollux, te llevara a nuestro hogar — dijo Trek.

—No, eso no — pronunció Alice, pero como respuesta, solo sintió la fuerza de los brazos de Pollux sobre su cintura, ello, hizo que el corazón de la joven empezara a latir, a mayor velocidad.

 

Tras algún tiempo de vuelo, Pollux que llevaba a Alice en sus brazos y a Trek en su hombro, descendió a una zona que parecía una especie de cubo, pero de cristal, a penas él descendió uno de los lados del cubo se elevó, y de este salieron 3 jóvenes, cada uno con una apariencia distinta a la Pollux, si bien físicamente parecían unos humanos, cada uno de ellos tenían algo que los diferenciaba, ya sea una cola de reptil, unas orejas tipo gato y garras o simplemente colmillos y lengua extremadamente filuda como de una víbora.

Pollus en su extraña lengua se comunicó con cada uno de ellos, y luego hablo con Trek, quien empezó a hablar en el lenguaje de Alice, mientras señalaba con pequeño brazo de robot a los mencionados, quienes levantaban la palma de su mano.

 

—Él es Spock, representante de la comunidad reptiliana del Planeta Rojo, y ellas son Juno y Nevaeh, representantes de las comunidades Felinas y Ofideas del Planeta Rojo, Pollus es representante de la comunidad aérea y terrestre del Planeta Rojo — dijo Trek, mientras los nombrados inclinaban su cabeza a manera de saludo.

—Un gusto — respondió una sorprendida Alice.

-.Tiempo actual.-

En aquel momento no comprendí bien lo que Trek decía, pero ya luego al convivir con cada uno de ellos me di cuenta que cada uno era el representante de una pequeña comunidad de 30 a 50 habitantes, los cuales daban una población que no sobrepasaba los 200 habitantes, por ello tal vez los científicos de la Tierra pensaron que no había seres vivos en este planeta, pero no fue así, había vida, yo fui la primera en saberlo y luego lo supieron los demás miembros de la tripulación, aunque todos hicimos un pacto de no revelar ello, al menos no por un tiempo, cada quien tenía su motivo, Luca y Martino, por ejemplo, querían conocerlos mejor, Debí y Bianca, estaban fascinadas con la tecnología que encontraron en este planeta al igual que la mayoría de tripulantes y Karl al igual que yo, había sentido el flechazo del amor al conocer a Juno, aunque tampoco podía aún comunicarse con ella.




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