Planificación; El Juego Entre Las Sombras.

I

"La muerte me enseño el juego; me permitió entender lo que todos esos Noxianos terribles y serios que pelean en el centenar de guerras aun tienen que aprender; solo puedes jugar al juego cuando sabes que es un juego. Deja a un hombre jugar al ajedrez y dile que cada peón es u amigo. Déjale creer que sus alfiles son sagrados; déjale amar a su Imperio..... Y observale perderlo todo."

Palabra de Mordekaiser.

 

Gloria.

Es con ese sentimiento con el cual caen los entresijos de un Bastión; un Bastión que antaño fuera suyo, y que ahora está bajo el control de una usurpadora, de una mentirosa, bajo el control de una mentira que se oculta tras otras mentiras.

En la niebla Negra, Mordekaiser aguarda, espera, analiza, observa. Las brumas plagadas de brujería y magia antigua se arremolinan a su alrededor. Mordekaiser espera y aguarda, mientras las brumas forman lo que antaño fuera su preciado Bastión Inmortal. Su fortaleza inquebrantable, su bien amado orgullo, y que ahora es reducido a una civilización mediocre que solo ve la fuerza como única estrategia de comando.

“En una fortaleza antigua aguarda, su bien aventurado poder; su energía oculta bajo grandes muros y rocas. Bajo sangre y acero un arma mortal oculta. Bajo sus grandes muros, sus fuerzas se multiplican, y en el corazón de la fortaleza, una “Rosa Negra” se marchita. Sus fuerzas ya rampantes se agrupan y conquistan, al tiempo que sus Reyes conspiran. Creen estar unidos bajo su fuerza y poder; creen que sus murallas los protegerán. Creen firmemente en su poder, en su confianza…”

Una puerta se abre, Mordekaiser gira, se da cuenta que se trata de uno de sus seguidores, uno de sus bien amados hijos.

—He dicho claramente que nadie puede entrar.

El fiel seguidor carraspea, se aclara la garganta, y luego traga saliva para proseguir. Ver al mismísimo Mordekaiser es más que un honor; es un privilegio. El fiel seguidor no puede evitarlo y se inclina poniéndose de rodillas, como si estuviera adorando a un Dios.

—Mi señor, siento importunarle en tales condiciones, pero hemos capturado a un espía, un Mazon de guerra noxiano que se hizo pasar por uno de tus seguidores, un hereje. Un traidor.

Mordekaiser se da la vuelta, su armadura reluciente sale de la densa bruma y se deja ver en todo su esplendor, a su alrededor los gritos de otras almas se arremolinan; son como formas etereas de color verdoso que se unen a él, y cantan una sinfonía antigua.

—¿Vaya? Por lo que veo Noxus no se hace esperar. Tráiganme al espía, lo quiero aquí, ante mis pies.

El ferviente seguidor asiente y luego se retira sin decir una palabra.

—Hijo mío, trae también a mis demás seguidores, sobre todo a los capellanes, tengo algo que deciros.

El seguidor asiente, se da la vuelta y se retira del santa sanctórum. Mordekaiser se da la vuelta y los recuerdos regresan a su mente, el recuerdo de una traición, el recuerdo de una fortaleza en llamas, el recuerdo de sus seguidores masacrados, el olor a podredumbre y a pelo quemado. La sonrisa de una mujer, una carcajada de triunfo, una ristra de satisfacción. Si, esa era la locura de la traición, la horrenda y dolorosa traición. Recuerda sus ultimas palabras:

“Leblanc. ¿Qué has hecho?”.

Y recuerda las últimas palabras de la traidora.

“ Lo que había que hacerse”.

Y entonces el olvido impero, y la muerte lo abrazo; como una amante silenciosa. O era así como lo recordaba.

Mordekaiser apretó el puño, en señal de odio, y alzo la mirada hacia el techo de su Santa Sanctórum, ya no conocía el sueño, ya no conocía el dolor, o siquiera el sabor de la carne. Solo el odio. Habia reservado ese odio durante un largo tiempo. Mucho tiempo en el encierro, mucho tiempo pudriéndose en el olvido.

“Ya llegara el momento”. Pensó, al tiempo que tomaba su enorme crozius y se daba la vuelta, para observar a sus seguidores.

Observo con sorpresa, cuando se dio cuenta de que el espía era una mujer. Una joven de solo 17 años de edad, la epitome de la juventud.

—Admito que no esperaba esto; ¿tan desesperado esta Noxus por intentar derrocar a un rey caído?

La Niebla negra, como un ser viviente atado a la voluntad del Rey Brujo se movió encogiéndose y tomando la forma de un tentáculo, el tentáculo se dirigió hacia la joven y se partió en cinco pedazos como una mano hecha de pura bruma Impura. 
— ¿Y dime? ¿Quién te envía?

La joven no contesta.

—Vamos contesta, seria increíble que lo hicieras bajo tu propia voluntad y no bajo otra.

La bruma corrupta levanta la mirada de la joven, en esta no había miedo, solo determinación, y el Rey Brujo se dio cuenta de que la voluntad de la joven es inquebrantable, se da cuenta que no dirá nada. 
Mordekaiser se acerca a ella, le acaricia con sus dedos fríos y oscuros como la muerte, siente el almizclé de la juventud en ella; explora sus memorias atraves de sus ojos, luego se levanta. Se da cuenta que ella no dirá nada.

—Ya veo. Te envía la dama blanca; Necesitare información, perdóname por lo que hare, y por lo que te sucederá. La muerte a llegado, y conoce tu nombre.



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En el texto hay: fantasia, traicion

Editado: 13.08.2018

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