PRÓLOGO

¿Alguna vez has tenido un amor platónico? Esa persona que existe pero es inalcanzable. Puede ser alguien de fama mundial, un artista, deportista, científico o tal vez no tan lejano pero cuya probabilidad de que corresponda a tu amor es por debajo de cero. A esa persona le has inventado mil cualidades, lo has idealizado y el oír su nombre te provoca una sonrisa. No hay edad para ello, lo digo por experiencia porque a mí me pasó. Las historias siempre han rondado por mi cabeza y aunque no he estudiado letras he llenado hojas y más hojas de lo que he tachado como las locuras de una mente saltarina. Mi platónico es un actor turco 16 años menor que yo y desde la primera vez que lo vi actuar quedé embelesada. Mientras disfrutaba sus películas y series nada podía borrarme la sonrisota de oreja a oreja. De repente al escribir pensaba en él y mis locas historias de amor ya tenían cuerpo, cara, voz y gestos así que me sentí motivada a compartirlas. Así surgió PLATÓNICO, una serie de historias diferentes donde el protagonista es él. Ojalá algún día lo pueda ver en pantalla interpretándolas.

Adriloch

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