Alí dio un empujón a su papá y estuvo a punto de golpearlo pero Nancy se interpuso entre ellos.
–Has llenado de vergüenza a la familia –vociferó Luis.
–Les ruego que se calmen y platiquen. Cualquiera que sea el problema traten de resolverlo pero no se falten el respeto, son padre e hijo –pidió Nancy.
Alí fingió una carcajada.
–Hace años que sé que Luis no es mi papá –su voz resonó en la sala.
–Me parece magnífico que lo sepas –exclamó Luis–. Al fin podré gritarlo a los cuatro vientos, ¿quién querría un hijo como tú? Estoy harto de callar.
Nancy soltó un grito.
– ¿Desde cuándo lo sabes? ¿Cómo te enteraste? Luis podrá no ser tu padre biológico pero te ha criado como si lo fuera. Gracias a él tienes una carrera universitaria, te ha alimentado, vestido, respaldado y jamás te ha puesto un dedo encima o dicho una mala palabra.
–Tu esposo está lejos de ser un padre –gritó Alí a su madre–. Ha sido un proveedor y ya. No me enseñó a andar en bicicleta o me dio un consejo. Toda mi infancia busqué agradarlo para que me volteara a ver. Observé cómo los demás padres trataban a sus hijos y me moría de envidia. Una noche los vi pelear y escuché a Luis decir que no somos sus hijos. En ese momento supe por qué siempre nos ignoró a mi hermana y a mí. Gracias a su indiferencia y a tu sumisión, Alexa y yo crecimos llenos de inseguridades. Yo estoy siguiendo mi propio camino y tratando de sanar pero mi hermana está muy dañada gracias a ustedes. ¿De qué sirve que Luis nunca nos haya golpeado o insultado si existen otras formas de herir? ¿Acaso hacernos a un lado no es maltrato? ¿Cómo llamas al hecho de que no te respete como esposa y te pase a sus amantes enfrente?
–Alexa no está dañada –aseguró Nancy con voz temblorosa–. ¿De dónde sacas eso?
–Vaya que lo está –dijo el chico–. ¿Alguna vez te has preguntado por qué se embarazó a los 17 años? ¿Por qué se casó con un hombre tan perverso como ese? ¿Por qué le aguanta cosas terribles? Pues por huir de esta casa, porque la opción de regresar es impensable, porque está repitiendo el patrón y siente que merece esa vida. Además su situación va a empeorar si sigue cerca de ese demente.
–Alexa está bien –repitió Nancy–. Lucas no es malo, sólo un poco seco pero es porque ha sufrido mucho. Por favor hijo trata de calmarte, hablaremos después, estás alterado y eso te hace inventar cosas.
–Vives en negación madre –concluyó Alí resignado–. Necesitas ayudarte primero y luego tratar de ayudar a Alexa. He observado a ese psicópata y sé cómo es, además conozco otras cosas de él y créeme, es urgente rescatar a mi hermana.
Luis escuchaba furioso sin dejar de fruncir el ceño.
–Te estás alejando del tema principal e inventando estupideces para desviar la atención de lo estás haciendo –gritó el hombre–. Lo único que has hecho es enlodar la reputación de ésta familia.
– ¿Cuál reputación? –Alí movió la cabeza negativamente–. Se han burlado de mi hermana y de mí desde que éramos niños por tu culpa. Nos decían que nuestro papá tenía otras novias, incluso te llamaban por un apodo: 'el donjuán' y nosotros ni siquiera sabíamos el significado de esa palabra. ¡Madre! Hace unas horas me encontré de frente con tu esposo, estaba abrazado de otra mujer que llevaba una bebé en brazos.
Nancy agachó la cabeza sollozando y cubriendo su rostro con las manos. Luis le alzó la cara.
–Te voy a informar dos cosas. La primera, estoy harto de ti y tus hijos. Me marcharé en este momento con la mujer que amo y nuestra hija. Pensaba decírtelo más adelante, poco a poco, pero tu hijito me ahorró la molestia. Y segunda, tu amado hijo es homosexual, acabo de descubrirlo. Es por eso que está haciendo tanto drama, para desviar la atención.
Después de su confesión, fue por una maleta y salió por la puerta. Nancy lloraba a gritos.
Alí abrazó a su madre pero ella lo rechazó.
– ¿Por qué hiciste que se fuera? ¿Tenías qué armar este alboroto?
–Madre. ¡Despierta! Yo no hice que se fuera, él decidió hacerlo. Te ha sido infiel desde el principio de su relación, acaba de decir en tu cara que no te quiere. ¿No crees que sea tiempo de dejar ese lastre y comenzar a vivir?
–Es mi esposo. Somos una familia. Es fácil para ti decirlo. Además, ¿qué tonterías son esas de que eres homosexual? ¿Es broma verdad?
–No mamá, lo soy. Es mi orientación y no cambia mi esencia.
–No es el momento para hablar de eso. ¿Acaso no ves los problemas que tenemos? –la mujer se dejó caer en un sillón abatida.
–Está bien madre. Sólo recuerda, no estás sola. Debemos luchar por rescatarnos los tres, aún es posible –dijo el chico con determinación.