Eren encontró un diario. Al parecer, Lucrecia había comenzado a escribir las vivencias importantes alrededor de los 18 años.
Narraba haber sido una niña feliz pues ella y su hermana habían sido amadas por sus padres quienes les enseñaron a luchar por sus sueños. Su abuela siempre le dijo que le heredaría una cuantiosa fortuna pero aun así creció con la idea de estudiar y trabajar. Desde la adolescencia le gustó un chico, su vecino, con quien imaginaba bellos escenarios donde caminaban al altar y tenían tres hijos.
Sin embargo, el hermano de su padre destruyó sus sueños y su vida entera. El tío Ramón era tranquilo, amado por todos, cariñoso y buena persona. Un día en que sus padres habían viajado llegó a la casa y la besó sin soltarla. Ella forcejeó y le rompió una lámpara en la cabeza para defenderse. Él la golpeó con saña, la pateó en el piso y la dejó casi inconsciente, ahí se aprovechó de ella. No fue al médico a pesar de estar tan lastimada, sus lesiones sanaron solas, por lo menos las externas. No lo platicó. Cuando sus padres regresaron la notaron diferente pero prefirió callar. Nunca pudo tener relaciones sexuales aún con años de terapia.
Cuando el demonio, como ella llamaba a su tío, murió, le regocijaba imaginarlo ardiendo en el infierno.
Deseaba tener un esposo e hijos, una familia bonita. Cuando conoció a Eren supo que era el indicado. Al poco tiempo se enamoró. Sin embargo ella amaba diferente, desde sus limitaciones que jamás cambiarían.
Adem fue un regalo maravilloso y a diario lloraba por él a escondidas porque demostrar sentimientos no era lo suyo.
Sabía que tarde o temprano Eren encontraría a alguien así que se preparó para ello. Le tranquilizó que fuera Alexa, una chica sencilla que no estaría con él por interés. El que estuviera casada era una ventaja pues no podía exigir mucho, sin embargo sabía que Lucas daría serios problemas.
El diario relataba algunos detalles menores ocurridos con el pasar de años.
Pocos días antes de fallecer pareció presentirlo. Mencionaba que su amor por Eren permanecería con ella incluso después de la muerte. Deseaba que fuera feliz con Alexa y conservara lo que con tanto amor le heredaría. Decía saber que muchos se le acercarían a pedir dinero, quizá hasta familiares y amigos pero estaba segura que su gran inteligencia y criterio le harían poner un límite y jamás permitir ser utilizado. Esperaba que no se demorara mucho en ser feliz ya que en la vida no se debe desperdiciar ni un minuto. Se despedía de su amado Eren, de sus padres y hermana. Confesaba que Adem la había visitado en sueños y en susurros le dijo que pronto estarían juntos mientras tocaba su cara, por lo tanto no sentía temor. Aseguraba haber tenido una vida feliz de la cual se iría satisfecha pues los golpes recibidos habían sido una enseñanza y sus cicatrices eran muestra de ello. Finalizó con un Gracias.
Eren lloró y lloró por horas descargando su corazón lastimado y cansado que sabía debía seguir latiendo.
Alexa bajaba las escaleras con una charola de pastelillos cuando vio a Eren frente a ella. Se quedó boquiabierta. Éste tomó la charola y la ayudó a bajar. La voz, los rasgos de su cara y cada movimiento en él eran tan familiares que el tiempo transcurrido se esfumó. Se vieron a los ojos y una oleada de amor los invadió.
Se sentaron en la cafetería y platicaron como si se hubieran visto apenas el día anterior. Mientras se ponían al corriente de sus vidas sonreían sin poderlo evitar, la química estaba intacta, el lenguaje corporal los delataba, coqueteaban sin siquiera tocarse.
–Déjame cortejarte –pidió Eren–. Permíteme ganar tu amor otra vez. Sé que tenemos heridas y es natural sentir temor pero podemos lograrlo.
– ¡Te he esperado cada día, tardaste mucho! –contestó Alexa.
Se dieron un largo beso y Antonio los observó complacido.
Cuando Lucas Jr. vio a Eren fue hacia él y le dio la mano pero éste lo abrazó efusivamente haciéndolo sonrojar.
– ¡Qué maravilloso se sentía caminar de la mano con libertad y orgullosos de su amor!
Eren tenía planes pero quería esperar a que Alexa se graduara. Deseaba expandir el refugio a otras ciudades, instalar un comedor gratuito para personas en situación de calle y multiplicar la red de voluntarios y donadores. Quería que Alexa y Lucas Jr. fueran parte de todo.
Una mañana temprano, Eren y Antonio esperaban a Alexa en la cafetería. Antonio abrió los ojos asombrado cuando Eren le enseñó un precioso anillo. Antes de que pudiera decir algo, Nancy y Luis se pararon frente a ellos.
– ¡Ya me enteré que tienes a Alexa viviendo contigo bajo engaños! –gritó Nancy a Antonio.
– ¡Por favor cálmate y hablemos! –pidió el hombre en voz baja.
– ¿Qué está sucediendo? –preguntó Alexa acercándose al escuchar los gritos de su madre.
–Este sujeto me abandonó embarazada y con un niño de tres años –dijo Nancy temblando de furia–. El tiempo que vivimos juntos hizo de mi vida un infierno pues era violento, alcohólico, infiel, irrespetuoso y muchas cosas más. Lo que nunca le voy a perdonar es que haya asesinado a quien yo más amaba. Mi padre nos acogió en su casa y cuando este monstruo llegó a buscarme salió a confrontarlo para defenderme pero recibió una brutal golpiza. Las lesiones que le provocó se complicaron y al poco tiempo perdió la vida. Después de mucho esfuerzo logré que lo metieran a la cárcel y esperaba que nunca saliera de ahí. Me dejó huérfana y desamparada con dos hijos. De no ser por Luis habríamos muerto de hambre los tres. He odiado a éste malnacido cada día de mi vida y eso no cambiará. No creí que tendría la osadía de aparecer a estas alturas. Alí me puso sobre aviso ya que fue a buscarlo, intentó engañarlo fingiendo no conocerlo pero él se dio cuenta de quién era y le pidió que no se acercara más. Tu único padre es Luis. ¡Aléjate de inmediato de ese asesino! No puedes permitir que Lucas Jr. esté cerca de él.